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COLOMBIA SOLAR Y LA TRANSFORMACIÓN DE LOS SUBSIDIOS DE ENERGÍA

  • Foto del escritor: Andrés Camacho
    Andrés Camacho
  • hace 21 horas
  • 4 Min. de lectura

Por: Andrés Camacho



Colombia se encuentra ubicada en la línea del ecuador, lo que significa que recibe una gran cantidad de radiación solar durante todo el año, incluso en las regiones montañosas. Estos niveles de radiación solar son superiores a la media mundial, y muy superiores en La Guajira y el Caribe. Colombia está bendecida por el sol y tiene todo el potencial para transformar esa riqueza en energía eléctrica.


La energía solar se ha convertido en la más barata de la historia de la humanidad. Esto se debe a los grandes avances tecnológicos que han reducido los costos de producción y mantenimiento, pero también a la configuración de una industria solar a nivel global, lo cual ha generado el aumento de la demanda y configurado una economía de escala que hace de la generación de energía eléctrica a través de paneles una opción atractiva, viable y sostenible. Es por ello que países como China, quien lidera la producción de energía solar a nivel mundial, tienen una fuerte iniciativa de energía solar en techos, impulsada especialmente por la inversión gubernamental. Estados Unidos ha logrado un crecimiento significativo en la instalación de sistemas solares en techos impulsado por incentivos fiscales, India se ha enfocado en la expansión de sistemas solares en techos, Alemania ha instalado numerosos sistemas solares con esas características, Australia ha alcanzado una de las mayores capacidades per cápita de energía solar en techos impulsada por una combinación de incentivos y la disminución de costos, y Singapur tiene un programa especial para instalar paneles en los techos de las viviendas.


El potencial global de generación solar en techos es enorme. Algunos estudios estiman que los tejados podrían generar 27 petavatios-hora (PWh) anualmente, suficiente para cubrir cerca del 60% de la electricidad que se demanda a nivel mundial. Si a esto le sumamos que más de la mitad del potencial de generación bajo esta modalidad se encuentra en barrios pobres u hogares de bajos ingresos, tenemos la oportunidad perfecta para lograr enfrentar la pobreza energética y hacer la transición energética.


Desde que llegamos al gobierno esta fue una idea que se empezó a analizar, pusimos en marcha varios proyectos para probar su viabilidad en el contexto colombiano. Desarrollamos programas como energía solar para economías populares, que ya ha llevado paneles solares a tiendas de barrio en el país u hogares sostenibles en Cali que ya ha instalado más de 300 soluciones fotovoltaicas en barrios pobres de la ciudad. Estos programas han llevado las facturas de energía a cero, ¡sí, señoras y señores, a cero pesos!, todo gracias a la autogeneración que se logra en los techos de estos hogares. Con estos avances, la siguiente fase es masificar estos modelos a la colombiana ¿Qué instrumentos tenemos a la mano?, los subsidios de energía.


El artículo 368 de la Constitución establece que la Nación, los departamentos, los distritos, los municipios y las entidades descentralizadas podrán conceder subsidios, en sus respectivos presupuestos, para que las personas de menores ingresos puedan pagar las tarifas de los servicios públicos domiciliarios que cubran sus necesidades básicas. Es así como en 1994, mediante la Ley 142, es creado el Fondo de Solidaridad y Redistribución del Ingresos (FSSRI), bajo los principios de solidaridad y redistribución del ingreso, y de suficiencia financiera. El objetivo del FSSRI es recaudar fondos para subsidiar la energía eléctrica a las personas más pobres, específicamente a los estratos 1, 2 y 3. Sin embargo, con el tiempo esto ha creado una serie de distorsiones que es necesario corregir.


La metodología que hasta el momento se ha usado para la focalización de estos subsidios es la estratificación socioeconómica, con lo cual se pierden de vista factores como las condiciones reales de ingreso de estos hogares o sus necesidades de consumo de energía. Los recursos necesarios para desarrollar esta política representan casi el 80% del presupuesto del Ministerio de Minas y Energía. La pregunta que ha surgido, entonces, es, ¿es posible usar estos recursos para instalar paneles solares a través de un programa masivo de techos solares en los hogares más pobres de Colombia? La respuesta es COLOMBIA SOLAR.



Al buscar los habilitantes legales para entregar paneles solares como forma de subsidio, identificamos que la ley 1715 de 2014, la primera ley que regula la integración de las energías renovables no convencionales al Sistema Energético Nacional, contiene todo el sustento legal para organizar dicho programa. Esto debido a que faculta al Gobierno Nacional para promover la energía solar como fuente de autogeneración para los estratos 1, 2 y 3, es decir, convertirla en alternativa al subsidio. De hecho, ordena al Gobierno nacional a proceder en consecuencia, y por fin un gobierno, este gobierno comprometido con la transición energética, lo reglamentó. Es por ello que el 28 de febrero de este año publicamos a comentarios el Proyecto de Decreto - “Por el cual se adiciona el Decreto Único Reglamentario del Sector Administrativo de Minas y Energía, 1073 de 2015, en lo relacionado con el Programa Colombia Solar y se reglamenta la energía solar como fuente de autogeneración para los estratos 1, 2 y 3 como alternativa al subsidio existente para el consumo de energía eléctrica”. Este decreto, una vez revisado y comentado, fue firmado el pasado 30 de mayo por el nuevo ministro de Minas y Energía, dando inicio a la transformación del esquema de subsidios de energía en Colombia, pieza fundamental para la transición energética en nuestro país.


Así las cosas, se abren las puertas para consolidar el plan de instalación de techos solares más ambicioso de nuestra historia. Se abre camino la solución de fondo frente a las altas tarifas de energía para convertir cada casa, cada hogar, en un centro de autogeneración de energía. Ha nacido Colombia Solar.



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