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‘Ciudades deben tener agenda para posconflicto’


Se firmen o no los acuerdos de paz entre el Gobierno Nacional y la guerrilla de las Farc, las ciudades y no solo las áreas rurales deben prepararse para el posconflicto.

Aún más si se considera que el 76 por ciento de los colombianos vive en ciudades, y que para el 2050 se espera que la cifra supere el 80 por ciento, según proyecciones de ONU-Hábitat.

Esa fue la principal conclusión del ‘Primer Foro Ciudades y Posconflicto’, organizado por ONU-Hábitat, el Fondo Nacional del Ahorro (FNA) y Portafolio, en el que participaron representantes de los ministerios de Interior y Vivienda, alcaldes, expertos y cooperantes internacionales.

“Debería ser una política central de aquí en adelante. La agenda del posconflicto debe construirse, no solo para la firma de los acuerdos, sino como una prioridad para la transformación social del país”, aseguró Sandra Devia, directora de Gobierno y Gestión Territorial del Ministerio del Interior.

¿Cómo lograrlo? Devia asegura que un instrumento imprescindible son los planes de ordenamiento territorial (POT) de cada municipio y ciudad pequeña, intermedia o grande. “La descentralización no es esperar que la Nación les dé dinero, sino gobernabilidad, que los alcaldes construyan ciudad. Cada uno de ellos debe tener un plan para el posconflicto”, agregó.

Y esto exige que las ciudades dejen de mirarse en el espejo e incluyan en sus planes las áreas metropolitanas, que articulen a los municipios con los que interactúan por sus dinámicas económicas y sociales.

“Deben tener instrumentos de planeación que permitan capitalizar los dividendos de la paz, pero el 75 por ciento de las ciudades tienen el POT desactualizado y el 80 por ciento es de insuficiente calidad”, dijo Augusto Posada, presidente del FNA.

Fernando Castro, subdirector del Departamento Nacional de Planeación, aseguró que para ello el plan nacional creó una herramienta, un equipo para que los alcaldes construyan sus POT, con su apoyo.

Para Alexandra Guáqueta, directora nacional para el posconflicto, entre los retos está el cambio de dinámica en las relaciones de gobernanza entre la Nación y las urbes, así como repensar las estrategias de seguridad y hacer las innovaciones sociales, en educación y salud, para atender a víctimas y reinsertados.

Guáqueta señaló además que es hora de hablar del control territorial que los grupos ilegales tienen en algunas zonas de las ciudades, tema al que consideró se le ha dado la espalda, aunque pidió “diferenciar las dinámicas de criminalidad urbana distintas a las del conflicto armado”.

Sobre esto, León Valencia, director de la Fundación Paz y Reconciliación, señaló que es clave que la Nación y que los alcaldes recuperen el control territorial cedido por años a los ilegales: a los grupos armados en el campo y a delincuentes en la ciudad.

“Los jóvenes han sido cooptados en las ciudades por grupos criminales, se han apropiado de barrios donde hay debilidad del Estado, pero son actores vitales en la agenda”, anotó Valencia.

Un tema clave son los dividendos que dejaría la paz. Elkin Velásquez, director regional de ONU-Hábitat, aclaró que son diferentes para cada país y ciudad y que cada experiencia en el mundo es distinta, pero hay puntos de encuentro. “De entrada, solo se puede decir que un efecto inmediato es el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) y una reducción en la desigualdad, pero cada urbe construye eso”, expresó.

Pero Guáqueta planteó algunas posibilidades: “Tal vez ciertos productos se abaraten porque se facilitará el transporte desde zonas donde se vivió el conflicto, incluso, porque puede caer la extorsión de los ilegales a los ciudadanos”.

Una oportunidad

Otra conclusión del panel es que esta es una oportunidad sin precedentes. León Valencia lo resumió así: “En los procesos de paz y desmovilización que ha vivido el país nunca se habló de posconflicto. Tampoco se había visto que los alcaldes hablaran de ello”.

Carlos Caicedo, alcalde de Santa Marta, advirtió sobre los riesgos de no afirmar esos pasos y pidió no repetir la historia. “Tras el proceso con los paramilitares y su desmovilización, que dio lugar a bandas criminales que no son otra cosa sino los ‘paras’, la Nación nos dejó el tema social sin acompañamiento y nos tocó vivir, en el 2012, el paro armado de ‘los Urabeños’ ”, recordó.

En este sentido, la alcaldesa de Florencia (Caquetá), Susana Portela, asegura que en sus planes urbanos hace falta el apoyo financiero por parte de la Nación. “Tienen una obligación moral con nosotros y es clave, con nuevos recursos de la Nación, poder atraer al sector privado para que tengamos otras fuentes de ingreso para construir mejor ese plan para el posconflicto”, anotó.

Hay que fijarse en las raíces del conflicto

Jared Kotler, asesor de paz de las Naciones Unidas, pidió “tener procesos que miren los problemas que generaron el conflicto armado”.

Por su parte, Carlo Natale, de la Unión Europea, sugirió revisar el caso de Irlanda, cuyo conflicto se dio en el entorno urbano.

Víctor Traverso, director de CAF Colombia, enfatizó en que la lucha es contra la iniquidad y en las ciudades intermedias. “Hay que generar identidades barriales en zonas marginales, que nos sean zonas para ocupar, sino para habitar”, puntualizó Ramón Gandarias, embajador de España.

Nota publicada en el diario El Tiempo


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