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Cafeteros del Cauca esperan medidas frente al Covid-19

Por: Vanessa Useche. Enlace regional Norte del Cauca. Pares.


Frente a la actual situación que debe enfrentar el sector cafetero con el inicio de la cosecha de café en el Cauca y en otros departamentos del país, Dignidad Cafetera del Cauca y Dignidad Agropecuaria Nacional, mediante carta abierta al gobernador del Cauca Elías Larrahondo, el Comité Departamental de Cafeteros y la Secretaría de Salud del Cauca, plantearon su preocupación acerca de las medidas que el Gobierno Nacional ha decretado frente al Covid-19, puesto que no contemplan una ruta de acción específica para cientos de personas que requiere la cosecha cafetera.

A nivel departamental, se necesitan recolectores para 95.600 hectáreas de café arábigo de las variedades Castillo, Colombia, Caturra, Típica, Borbón y Tabí, según los datos del Comité de Cafeteros del Cauca. Compartimos el criterio general de que lo primero en las actuales circunstancias es preservar la salud de las personas, manifiestan. Sin embargo, no es de poca importancia la preservación de la economía regional, especialmente la que representa para el Cauca la producción cafetera que involucra a 95 mil familias en el departamento.


En los próximos meses se tendría previsto recolectar una cosecha que a precios de hoy se tasaría en un billón de pesos, según estimaciones oficiales cuya producción para este año se calcula en poco más de cien millones de kilos de café pergamino seco.


A pesar de que esta especie de bonanza no ha llegado al productor, pues aún no empieza la cosecha, queda la preocupación de cómo recogerla en medio de la emergencia nacional que vivimos.

La Fundación Paz y Reconciliación -Pares, habló con Alonso Osorio, líder de Dignidad Cafetera del Cauca y miembro del Comité Ejecutivo Nacional de Dignidad Agropecuaria Colombiana, para hablar sobre el contexto de la producción cafetera en el departamento del Cauca, los retos que enfrenta este sector frente al Covid-19 y las medidas que se esperan coordinar para la cosecha de café entre abril y junio.


Pares: En primer lugar, nos gustaría que nos cuente por favor sobre el contexto de la producción del café en el Cauca y el trabajo que lidera Dignidad Cafetera.


Alonso Osorio: Es importante primero examinar que el Cauca ha aumentado en los últimos diez años exponencialmente su producción de café. Mientras que el tradicional eje cafetero ha ido mermando la producción, el Cauca la ha ido aumentando. Lo mismo le ha sucedido a Huila y lo mismo le ha sucedido a Nariño.


Desde mi punto de vista, eso se debe, más que a una decisión política del gobierno central por recuperar estas regiones o darles un respiro económico, a que estas regiones tienen dos características: tierras más baratas que en el eje cafetero y mano de obra más barata.

Eso se hace para poder mantener un negocio que a nivel internacional cada día tiene costos crecientes y ganancias decrecientes. Es decir, se necesita un producto más barato para competir en el mercado internacional.


Todo el mundo sabe que por lo menos el 90% del café se exporta. Pero esa competitividad a nivel internacional se ha hecho, no sobre la base de subsidios estatales, de política para el agro, sino sobre la base del empobrecimiento de los productores.


Dicho esto, ¿cómo es que ha crecido esa caficultura? En el año 2010 ya había crecido mucho la caficultura del Cauca y había unas 65.000 familias vinculadas a la producción del café en el departamento. Hoy tenemos cerca de 95.000, nos acercamos a las 100.000. Igualmente, la vinculación de familias sube aparejada con el aumento de hectáreas.


En Dignidad Cafetera y Agropecuaria, acabamos de enviar una carta abierta, preocupados por la pandemia y la cosecha, porque eso mueve mucha gente de otras regiones. Hicimos las cuentas y a precios de hoy, la cosecha cafetera en el Cauca este año podría pasar los 100 millones de kilos, eso significa unos 8 millones de arrobas de café pergamino seco.


Cada arroba de café requiere más o menos un jornal en la siembra, fertilización, recolección y secado, lo que quiere decir que el café puede generar unos 8 millones de jornales al año, solo en el departamento del Cauca. Estoy hablando de jornales (no estoy hablando de empleos) en 32 municipios de los 43 del Cauca. Si se mantuvieran los precios, podría significar 1 billón de pesos, que podría valer esa cosecha para este año en el departamento.


Pares: La Federación Nacional de Cafeteros solicitó al gobierno nacional y departamental medidas específicas para el sector cafetero frente al Covid-19. Desde su punto de vista y la postura de Dignidad Cafetera ¿cómo afecta esta situación al sector cafetero? ¿qué propuestas se tienen para implementar medidas?


Alonso Osorio: Viendo el decreto expedido por el gobierno nacional sobre las medidas sanitarias y demás, lo que vemos con preocupación es que no hay una propuesta concreta. Bien es sabido que todos los departamentos que tienen café, tienen que traer mano de obra de otros departamentos para poder recolectar la cosecha. La mayoría de la gente viene a coger café desde otros sitios y la mayoría son personas que por su misma ocupación están menos informados que el resto.


De manera que si llegan a coger café y no hay unas medidas de parte de las autoridades con recursos del gobierno nacional y en cabeza del gobernador con todas las entidades correspondientes, lo que yo veo es que puede regarse la pandemia por todos los municipios del Cauca. La gente llegará con poca protección, con poca instrucción; las costumbres no se cambian de un día para otro.


Pensamos que debe haber un plan de contingencia donde el gobernador se ponga a la cabeza. Ese plan debe consistir más o menos en lo siguiente: empezar por dar una especie de salvoconducto en los distintos departamentos de origen para aquellos recolectores, andariegos o cosecheros que se van a desplazar (en este caso al Cauca), para que se puedan mover, porque si no los dejan mover no pueden cosechar el café.


Yo creo que un municipio como Piendamó, en un fin de semana en plena cosecha (que ya está empezando), puede albergar 8.000 o 10.000 personas foráneas. Debe haber controles, nuevos médicos, nuevas enfermeras, encuestadores, carpas especiales, al menos un examen básico gratuito al recolector cafetero, que ojalá se le dé un pote de alcohol, que le den instrucciones de por qué lavarse las manos, por qué está el asilamiento preventivo, etc.


Hay fincas que tienen que albergar 70 u 80 hombres y mujeres, y los meten en un solo cuartel. Eso tiene que manejarse con recursos económicos y material didáctico donde a la gente y a esos cafeteros les den la instrucción, por el bien de ese recolector, el de su familia y el de toda la familia cafetera.

A nivel nacional la situación es igual porque las medidas del gobierno nacional no mencionan de manera específica ese tema, ni hay una disposición especial para los cafeteros. Podrá haber otros cultivos, pero ninguno en este momento específico es tan extensivo en mano de obra como el café.

Yo me atrevo a decir que en este momento en el Cauca ya está empezando a llegar gente. No hay todavía un plan de contingencia de verdad con la gente, con una infraestructura que permita atender eso. Entonces, creo que en Nariño tampoco, ni en el Tolima, ni en la parte del Huila donde hay cosecha, ni en la parte del Quindío. Por lo menos, a nivel nacional, no hay medidas especiales y es muy preocupante.


Si bien el gobierno nacional ha sido llamado por la Federación Nacional de Cafeteros a tomar medidas específicas para que la cosecha de café pueda llevarse a cabo exitosamente y de manera controlada bajo las condiciones actuales que presenta la pandemia del Covid-19, el gobierno departamental del Cauca tendrá un papel fundamental en el establecimiento de una ruta concreta para el sector cafetero que debe trazarse en los próximos días.


Pares: Más allá de los retos que esta coyuntura representa para el gobierno nacional, departamental y para las familias cafeteras ¿Cómo resalta que este es un escenario propicio para hacer una reflexión amplia sobre la seguridad y la soberanía alimentaria en Colombia?


Alonso Osorio: Hoy, que nos ha tocado aislarnos y estar confinados en nuestras viviendas, tenemos la sensación de ir al supermercado y encontrar los estantes medio vacíos.


Creo que eso debería llevarnos a reflexionar sobre algo que Dignidad Agropecuaria lleva diciendo hace mucho tiempo: qué podría sucederle a Colombia si en algún momento dado por una pandemia como la que estamos sufriendo o por una guerra, argumentando diferentes razones, un país como Estados Unidos, Argentina u otros que nos venden comida, decidieran no vendernos más. Qué diríamos si esos países dejaran de vendernos 14 millones de toneladas de alimentos que nos venden al año.


En 1990 Colombia no necesitaba importar nada de comida, hasta que llegó César Gaviria con la apertura económica. Hoy, con los Tratados de Libre Comercio, hemos perdido buena parte de nuestra seguridad y nuestra soberanía alimentaria.


Yo creo que esa es una reflexión que tiene que hacer el país, seguirla haciendo, porque nosotros hemos llamado la atención con cifras concretas sobre el tema al gobierno nacional en el sentido de que tiene que revisar los Tratados de Libre Comercio.


Lo que ha sucedido es que mucha gente ha quebrado por falta de políticas del agro, créditos insuficientes, inoportunos y costosos, fertilizantes que no tienen control porque los precios suben y suben. Esta situación nos debe dar campanazos de alerta, que le dan la razón a Dignidad Agropecuaria cuando hemos dicho que no se debe traer del extranjero lo que podemos producir los colombianos.

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