Por: Katerin Erazo, Periodista
Foto tomada de: El comercio de Perú
El pasado lunes 04 de agosto, en la ciudad de Caracas, Venezuela, llegó a su fin el cuarto ciclo de negociaciones entre el Gobierno Nacional y el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Esta fase crucial del proceso de paz culminó después de 22 días de intensas conversaciones, marcando un hito importante en la búsqueda de una solución pacífica a décadas de conflicto armado en Colombia.
Este ciclo de conversaciones, que se inició el 14 de agosto, tuvo lugar justo un mes después de que entrara en vigor el acuerdo de cese al fuego bilateral, temporal y nacional, que fue resultado de la ronda anterior de negociaciones. Desde su inicio, este proceso de diálogo ha estado enmarcado por un ambiente de expectativa y esperanza, así como de desafíos significativos que ambos lados han tenido que abordar.
En un comunicado conjunto emitido al concluir el ciclo, las delegaciones gubernamentales y del ELN anunciaron un conjunto de acuerdos que marcarán un punto de inflexión en la implementación del cese al fuego y en la construcción de un camino hacia la paz sostenible. Uno de los logros más destacados es la creación de zonas humanitarias en áreas identificadas como críticas, donde se llevarán a cabo “acciones y dinámicas humanitarias”.
El acuerdo establece que en estas zonas se avanzará en la implementación de proyectos que reflejarán los acuerdos alcanzados hasta la fecha en la mesa de negociación. Estos proyectos abordarán principalmente los componentes de participación y cese al fuego, dos pilares fundamentales en el proceso de paz. Es importante destacar que estas iniciativas no solo involucrarán a actores gubernamentales y guerrilleros, sino que también se abrirán a la participación activa de la sociedad civil, las comunidades locales y el sector empresarial. Esto se alinea con la visión de construir un acuerdo nacional inclusivo que aborde las complejas realidades de Colombia.
El senador Iván Cepeda, miembro de la delegación del Gobierno, enfatizó la importancia de estas zonas humanitarias al afirmar que “se crean zonas humanitarias en las cuales habrá una intervención no solo de carácter humanitario, sino también a través de proyectos de desarrollo que plasmaron (…) la participación de la sociedad en la construcción de la paz, el cese al fuego de carácter bilateral y la activa intervención de la ciudadanía, las comunidades y también el empresariado, en lo que hemos llamado la participación social y la construcción del gran acuerdo nacional.”
Además de las zonas humanitarias, se acordó avanzar en la declaración de zonas críticas en el Bajo Cauca, el nordeste antioqueño y el sur de Bolívar. Estas áreas serán objeto de acciones humanitarias y se brindarán garantías para el cumplimiento del cese al fuego bilateral, nacional y temporal. La participación activa de las comunidades en el proceso de paz y proyectos de desarrollo social estarán en el centro de estos esfuerzos, nuevamente con la colaboración del Departamento Nacional de Planeación. La posibilidad de declarar otras zonas críticas en el futuro se mantendrá en consideración.
Uno de los aspectos más sensibles abordados en este ciclo de negociaciones se relaciona con los “presos políticos y personas privadas de la libertad reconocidas como integrantes del ELN recluidos en prisiones y centros de detención del país”. En un paso significativo, se acordó considerar las prisiones y centros de detención en Colombia como zonas críticas, lo que implica un compromiso específico para abordar la situación.
En relación con el Comité Nacional de la Participación (CNP), se anunció la continuación de su proceso de consolidación. Este comité desempeña un papel crucial en la definición de la participación de la sociedad en el proceso de paz. La tercera sesión plenaria del CNP está programada para los días 9 y 10 de septiembre de 2023, lo que representa un avance significativo en su labor.
Camila Fernández, investigadora nacional de la Fundación Paz & Reconciliación (Pares), destacó que este proceso con el ELN representa un hito significativo en la historia de las negociaciones con este grupo insurgente, que históricamente ha sido uno de los más difíciles de dialogar con el Estado. Hasta ahora, se han realizado seis intentos de diálogo y negociación con el ELN, y el proceso actual bajo el gobierno actual se destaca como el más exitoso.
Este proceso se ha caracterizado por la celebración de cuatro ciclos de negociación, el establecimiento de un cese al fuego, la creación del Comité Nacional de Participación y la implementación de mecanismos concretos. A pesar de estos logros, Fernández enfatizó que esto no significa que en otros procesos de paz no se hayan logrado avances significativos, citando el ejemplo cercano del proceso con las FARC en 2016.
La particularidad del proceso de paz con el ELN radica en los avances históricos que ha experimentado y en las propuestas novedosas que ha presentado con miras a alcanzar una “Paz Total”. Destacó que, por primera vez, se ha logrado un cese al fuego con una vocación de continuidad prolongado con mecanismos y protocolos concretos, incluyendo una misión de verificación similar a la que se implementó durante las negociaciones con las FARC. Además, se ha establecido un mecanismo de monitoreo y verificación con un componente de veeduría social y se ha creado el Comité Nacional de Participación como un paso hacia un gran acuerdo nacional.
Desde la perspectiva de Pares, Fernández evaluó de manera muy positiva el proceso en curso con el ELN, especialmente porque este proceso muestra una vocación de continuidad en el cese al fuego, lo que podría abrir la puerta a un proceso de paz a largo plazo y sentar las bases para las transformaciones sociales necesarias en el país.
En el comunicado conjunto entre el Gobierno y el ELN, también se informó que la quinta fase del proceso de negociación se llevará a cabo en México en noviembre de este año. Esto marca un hito importante en el calendario futuro de estas conversaciones, que continuarán avanzando hacia la construcción de un acuerdo de paz integral.
Es relevante destacar que, dado que ha transcurrido un mes completo desde el inicio del cese al fuego entre el Gobierno y el ELN, la Fundación Pares ha mantenido un registro de los acontecimientos desde el inicio del mes de este cese. Durante este período, se han registrado tres enfrentamientos, en particular con el Estado Mayor Central en Arauca y con el Clan del Golfo en Chocó. Además, se han reportado dos hostigamientos a la fuerza pública, dos casos de confinamiento y un episodio de desplazamiento. El confinamiento puede entenderse como una consecuencia directa de los eventos previamente descritos, ya sea como resultado de un combate o como consecuencia de un hostigamiento.
Es esencial contextualizar estos datos al compararlos con las acciones registradas en julio en la misma base de datos. En dicho mes, se documentaron 34 incidentes violentos. La disminución de acciones en agosto, desde el inicio del cese al fuego, es evidente. Sin embargo, es fundamental señalar que los incidentes reportados por la Línea Paz, Posconflicto y Derechos Humanos no necesariamente se vinculan a las acciones ofensivas contempladas en el cese. Camila Fernández, de la Fundación Pares, destacó que, en el caso de un enfrentamiento entre la Fuerza Pública y el ELN, no es posible determinar de inmediato si se trata de una violación al cese, ya que es necesario establecer quién inició la acción ofensiva. El mecanismo de monitoreo y verificación es la única instancia encargada de determinar si hubo una violación del cese o no.
En este cuarto ciclo de negociaciones, que coincide con el primer mes de los seis meses de cese al fuego, el mecanismo de monitoreo presentó su primer informe, que aún no se ha hecho público. Esto representa un paso importante para obtener cifras oficiales sobre las violaciones al cese por parte del ELN. Uno de los desafíos más significativos que identifica la investigadora nacional es la sincronización de este proceso con otros, en particular con el proceso de diálogo con el Estado Mayor Central. La mesa oficial de diálogo con el Estado Mayor Central se instalará el 17 de septiembre, y también comenzará un cese al fuego bilateral, nacional y temporal con este grupo armado.
Por lo tanto, un reto crucial para la política de Paz Total radica en encontrar formas de articular eficazmente los dos procesos, el del ELN y el del Estado Mayor Central. A pesar de que el ELN ha cumplido en gran medida con el cese, continúan los enfrentamientos con el Estado Mayor, en especial en Arauca, lo que ha resultado en un alto número de víctimas mortales en la última semana. Estas acciones no se consideran una violación al cese, ya que el cese se aplica entre el Gobierno Nacional y el ELN. Por lo tanto, Camila Fernández mencionó que es necesario buscar estrategias que permitan ceses multilaterales entre estos dos grupos armados ilegales o ampliar los protocolos y acciones que cubre el cese para reducir la violencia.
Además, surge la pregunta sobre cómo los territorios priorizados como críticos en el cuarto ciclo de negociaciones implementarán mecanismos para garantizar el cese al fuego, dado que son áreas de disputa armada entre actores ilegales. Para la investigadora nacional de la Línea Paz, Posconflicto y Derechos Humanos será fundamental observar cómo se materializa la propuesta de priorización de estos territorios críticos en relación con las disputas armadas que aún persisten, como se refleja en los casos de confinamiento de la sociedad civil en lugares como Chocó.
La culminación de este ciclo de negociaciones representa un paso importante en el proceso de búsqueda de la paz en Colombia, con acuerdos humanitarios y la creación de zonas específicas que buscan garantizar un ambiente propicio para el desarrollo de futuras etapas del diálogo entre el Gobierno y el ELN. A medida que avanzamos hacia la quinta fase, se espera que tanto los desafíos como las oportunidades sigan siendo una parte integral de este proceso, en busca de una paz duradera y sostenible en Colombia.
Finalmente, Camila Fernández resaltó la importancia del próximo ciclo de negociaciones programado para noviembre. En primer lugar, subrayó la necesidad de avanzar en el interciclo entre este cuarto y el quinto ciclo, destacando su relevancia debido al inicio del proceso de cese al fuego con el Estado Mayor Central. Será fundamental observar cómo funcionarán en paralelo estos dos procesos de paz, con sus respectivos ceses al fuego y las mesas de negociación distintas pero interconectadas, en el marco de la Paz Total. Este desafío implica la coordinación de mecanismos y estrategias para lograr una armonización eficiente entre ambas negociaciones.
Por otra parte, Fernández hizo énfasis en la necesidad de abordar a profundidad el papel de Venezuela en el proceso de paz. A pesar de su rol como garante, en este cuarto ciclo se mencionó poco su papel más allá de esta función. Desde la sociedad civil, es crucial impulsar la idea de que tanto el Gobierno venezolano como la sociedad civil de Venezuela respalden activamente el proceso de paz. Esto se fundamenta en el hecho de que el ELN ha afectado la soberanía del territorio venezolano y ha llevado a cabo acciones violentas que se han extendido a más de cuatro estados del país vecino. Por lo tanto, es vital abordar en el próximo ciclo los mecanismos y estrategias para involucrar de manera más activa a Venezuela en el proceso de paz, considerando la fuerte presencia del ELN en la frontera entre ambos países.
Además, Fernández señaló la relevancia del Comité Nacional de Participación, que habrá estado en funcionamiento durante tres meses para el próximo ciclo en noviembre. Es esencial que este comité presente una propuesta metodológica de participación hacia un gran acuerdo nacional. En este sentido, el próximo ciclo debe poner énfasis en otorgar un papel central a las víctimas y las organizaciones sociales que integran este comité, que abarca más de 30 sectores. La investigadora destacó la importancia de materializar la propuesta de participación y promover mecanismos de veeduría social que, hasta el momento, se encuentran en una fase incipiente.
En resumen, el quinto ciclo que se llevará a cabo en noviembre será crucial para dar seguimiento a las acciones que se han implementado hasta el momento y para continuar impulsando estrategias que fortalezcan los mecanismos, los ceses y las herramientas que se han establecido en el proceso de paz.
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