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Arauca, una comunidad bajo la sombra del ELN

Por: Paola Andrea Perdomo. Investigadora Nacional Pares.


El incremento de las acciones violentas por parte de la guerrilla del ELN en Arauca, es una situación que viene alertando a defensores y defensoras de derechos humanos, población civil y organismos gubernamentales y no gubernamentales en el departamento de Arauca hace más de un año.


Luego de la terminación del cese al fuego el 9 de enero de 2018, y el levantamiento de la mesa de diálogo entre el gobierno y este grupo subversivo el 17 de enero de 2018, se empieza a registrar en el departamento un aumento de los ataques directos a la fuerza pública -84 acciones entre 2018 y mayo de 2019- y la violencia homicida, la cual pasó de 88 homicidios en 2017 a 160 registrados en 2018.

Fuente: Forensis (fecha de corte Junio de 2019). Elaboración: Fundación Paz & Reconciliación.

A diferencia de la guerra que se libra en el Catatumbo, en la que la violencia actual es expresión de una indiscriminada disputa territorial, principalmente, entre el Ejército de Liberación Nacional- ELN y el Ejército Popular de Liberación-EPL o Pelusos, en Arauca hay un aumento de la violencia homicida que no corresponde a un enfrentamiento entre estructuras armados ilegales, a pesar de la presencia simultánea en el territorio de dos de estos.


La presencia del ELN en Arauca


Por un lado, el Frente Domingo Laín Sáenz, del ELN, el cual ha tenido una presencia histórica en el departamento y en los últimos meses hay un afianzamiento militar y de control territorial y social.

Por otro lado, el grupo armado postfarc autodenominado Estructura décima Martín Villa, que reúne a algunos exguerrilleros de los antiguos Frentes 10, 28 y 45 de las FARC y que en la actualidad tienen presencia en los municipios de Saravena, Tame, Fortul, Arauquita y, especialmente, sobre zona fronteriza de Arauca, en el corregimiento El Caracol, donde los exguerrilleros estarían recibiendo suministros y armamento proveniente del sector Puerto Infante, Estado Apure, Venezuela.


Según prensa local, un reciente operativo de la Octava División del ejército confirmó el hallazgo de armamento distintivo de la Compañía Anónima Venezolana de Industrias Militares (Cavim).

Elaboró: Fundación Paz & Reconciliación -Pares.

Durante el año 2018, el ELN y los grupos armados postfarc hicieron un pacto en el departamento. Producto de este acuerdo de cooperación y colaboración no existen reportes de enfrentamiento entre ambos grupos, por lo menos aún evidentes, que expliquen la actual dinámica de seguridad en Arauca: un incremento de la violencia homicida a partir del 2018 en todo el departamento, con un acentuado aceleramiento durante 2019 en municipios como Tame y Saravena, donde los homicidios registrados en lo que va corrido del año casi superan la cantidad registrada para el 2018 en cada municipio.


Según la Defensoría del Pueblo, esta violencia ha respondido más a una dinámica de fortalecimiento por parte de los grupos armados ya mencionados, especialmente del Frente Domingo Laín del ELN, el cual ha buscado reforzar una capacidad ya existente de control sobre la población civil, las administraciones locales, el territorio y las economías ilegales.


La estrategia del ELN


El grupo guerrillero está adelantando una estrategia de aprovechamiento del malestar social generado por actos delincuenciales por parte, en muchas ocasiones, de migrantes venezolanos, y la falta de acción oportuna por parte de las autoridades, para adelantar acciones de ‘exterminio’ o ‘limpieza’ social en Arauca.


Entre enero y mayo de 2019 se han registrado 19 personas venezolanas asesinadas, presuntamente, por estar vinculadas con actos delictivos (Alerta Temprana, 029-19). “Lo que se viene presentando es una expresión de fuerza, de quien tiene poder, quién pude dominar el territorio.

La información actual que se conoce es que varios de los homicidios cometidos en los últimos días se han dado contra personas estigmatizadas, lo que llaman comúnmente como “limpieza social””, según lo expresó el Defensor del Pueblo, Mariño Gómez.


Entre otras de las poblaciones mas afectadas por el accionar de estos grupos armados en el departamento se encuentran las comunidades indígenas, quienes han tenido que desplazarse forzosamente, de la zona rural del municipio de Arauca hacia la cabecera municipal, a causa de las amenazas y las actividades de reclutamiento de la Estructura décima Martín Villa, liderada por alias ‘Pescado’, cabecilla de esta zona donde se ha hallado recientemente una fosa común y una caleta con armamento.


A esta complicada situación humanitaria se suman los reportes de denuncias relacionadas con la posible aparición de grupos paramilitares que estarían haciendo presencia en zonas rurales del municipio de Fortul, a través de hombres armados, encapuchados y vestidos con prendas militares sin distintivos de identificación, quienes han intimidado a la población y han generado una serie de amenazas de muerte contra líderes y lideresas sociales, por medio de panfletos, mensajes de texto y chats en los que se ordena a las personas abandonar el territorio.


En este sentido, fuentes en territorio aseguran que existe un alto riesgo de confrontación entre las estructuras armadas ilegales debido a la posible entrada de los denominados grupos ‘paramilitares’ y también a la fragilidad de los pactos transitorios establecidos entre ELN y grupos armados postfarc. Asimismo, la dinámica fronteriza con el flujo de mercancías ilegales, armamento y, por supuesto, de migrantes, genera un escenario propicio para la confrontación entre estructuras que buscan hacerse al control territorial y del negocio.


Así las cosas, el departamento representa un reto en materia de seguridad para el actual gobierno, apenas incipiente en su respuesta frente a la actual situación, mientras se produce un mayor posicionamiento del ELN, quien ante el levantamiento de la mesa de diálogo ha potenciado su interés por fortalecer y legitimar su accionar militar en este territorio, incluso generando acuerdos de cooperación con grupos armados postfarc, produciendo con ello una compleja situación humanitaria que requiere atención y, a su vez, suscita la importancia de retomar una salida negociada al conflicto con este grupo subversivo.

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