Por: Sebastián Mora, investigador de la Línea Democracia y Gobernabilidad.
En Arauca el conflicto armado y la explotación petrolera llegaron de la mano. Era el inicio de la década del ochenta y un grupo de campesinos colonos de la ANUC, descontentos con las promesas incumplidas del gobierno, ingresaron a los llamados Consejos de Liberación Nacional, una plataforma ideológica conformada por jóvenes de distintos centros urbanos, como Bogotá y Norte de Santander, y activistas de izquierda que ya habían logrado un contacto con la guerrilla del ELN y estaba listo para entrar a la lucha armada. Así se dio origen al que se convertiría, años después, en el más poderoso frente del ELN: el Domingo Laín.
Este grupo incipiente encontró rápidamente una justificación para dar continuidad a su lucha en la explotación petrolera que iniciaba en el departamento y, casi como grito fundacional, lanzaron la consigna “¡Despierta Colombia nos están robando el petróleo!”. Años después, en el departamento harían presencia las FARC y, posteriormente, las AUC a través del Bloque Vencedores de Arauca.
Dos años después de la desmovilizadas las AUC, en el 2008, las FARC y el ELN entraron en una disputa sin precedentes por el territorio. Esta guerra dejó el mayor saldo de violencia en la historia del departamento y los empujó a la celebración de un pacto de no agresión en el 2013, que se extendió hasta la desmovilización de las FARC a finales del 2016.
Tras la desmovilización de las FARC, el ELN ocupó los territorios en los que tenían presencia los frentes 10, 28 y 45 de la extinta guerrilla, asumiendo el papel de operador de justicia y control social. Esto significó una afectación de la cotidianidad de algunos araucanos, quienes vieron modificadas las normas de conducta que antes imponían los ahora desmovilizados. Actualmente, las cosas han venido empeorando y cada vez son mayores las restricciones a la ciudadanía. Por ejemplo, en Saravena y Tame la mayoría de los comercios cierran a las 8 pm por la sensación de zozobra y la vida nocturna de la población se ha reducido al mínimo.
En Saravena, durante esta semana hombres desconocidos se han acercado a varios establecimientos comerciales increpando a los dueños por “cerrar tan tarde”. Esto ha estado acompañado de la instalación de vallas por parte del ELN, el 15 de septiembre, en las que se prohíbe el uso de cascos a los motociclistas que transiten por la vía entre Fortul y Tame en horas de la noche. Según fuentes de la zona, estos dos eventos estarían conectados en lo que parecería la declaración de un paro armado el próximo lunes en conmemoración de los 38 años de existencia y presencia del ELN en el nororiente del país. Además, en Arauca se escucha sobre la vuelta de grupos paramilitares a la región, quienes al parecer estarían ingresando por Casanare.
Sumado a esto, fuentes del departamento le han confirmado a PARES que algunos desmovilizados de las extintas FARC estarían siendo reclutados por un grupo postFARC que hace un par de meses tiene presencia entre Tame y Saravena. Al parecer, este grupo habría llegado a un acuerdo de connivencia con el ELN para operar en las zonas anteriormente controladas por la extinta guerrilla. Según algunos pobladores, desde hace un par de semanas, este grupo ha empezado a actuar y movilizarse de forma visible, demostrando el control que ostentan sobre el territorio. Incluso, existen testimonios desde la institucionalidad que hablan de reclutamientos de excombatientes por parte del ELN, especialmente dirigidos a los antiguos cuadros militares exFARC.
Con tal panorama, este lunes se declaró por parte de distintas organizaciones sociales en Arauca un paro cívico indefinido en cabeza del Movimiento Político de Masas Social y Popular del Centro Oriente de Colombia y del Congreso de los Pueblos. En un comunicado, publicado el 16 de septiembre, argumentaron falta de inversión y de seguridad a la lucha social:
Los colombianos afrontamos la hecatombe ambiental y la falta de derechos esenciales como la salud, educación, recreación, trabajo, vivienda dignos, el derecho a la participación y el acceso a agua potable y saneamiento básico, así como, la implementación de políticas que restringen el derecho de soberanía y seguridad alimentaria al imponer medidas drásticas de control fitosanitarios a los renglones productivos, mientras que a las corporaciones transnacionales se les facilita su normal desenvolvimiento.
Tales afirmaciones fueron reconfirmadas por el vocero de la movilización José Murillo, quien afirmó que se busca llamar la atención del Estado por su falta de inversión en el departamento y el uso de los recursos departamentales para suplir compromisos en saneamiento básico, salud y producción agrícola.
El accionar del paro implica el bloqueo de vías. Entre las zonas afectadas se encuentran Corocito entre Tame y Fortul, Banadia entre Saravena y Arauquita, Puente Tame entre Tame y Yopal, el sector de Royota entre Saravena y Curabá, la vereda Puerto Arturo, sector Villamaga entre Saravena y Arauquita, la vereda La Yuca entre Arauca y Arauquita, el centro poblado de Panamá de Arauca entre Arauca y Tame y el sector El Chuzo entre Arauca y Arauquita. Ante esto, medios territoriales en Arauca registraron la llegada de escuadrones Antidisturbiso de la Policía Nacional al aeropuerto de Saravena el 18 de septiembre, lo que podría agravar la situación.
Frente a esto, el Ministerio del Interior envió varios delegados para que, junto con el Gobernador del departamento, gestionarán el levantamiento de los bloqueos por medio de diálogos. Desde las organizaciones sociales se aceptó la propuesta bajo el compromiso de llevar el pliego de peticiones a Bogotá para la evaluación de la ministra Nancy Patricia Gutiérrez y su respectiva respuesta para el viernes 21 de septiembre. Así mismo, se acordó la reactivación de la mesa de diálogo departamental a través de un decreto presidencial.
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