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Alter Nativo, saberes de barrio

Por: Sergio Saavedra. Redacción Pares


Derrumbar estigmas por medio de una conversación horizontal con los niños, niñas y jóvenes en la Escuela de Microfútbol Popular y un programa de Danza que llamado Afonías del Alarido, es lo que se ha planteado la Fundación Alter Nativo como trabajo barrial. Para uno de los líderes de la iniciativa, Nicolás Rivera Rodríguez, de 24 años, este proyecto surge desde la pregunta ¿Es posible educar sin aniquilar la creatividad?

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“Al otro lado del muro,es posible/ recapturar una infancia/ (…) ese es el destino de todo vagabundo,/ así su marca, que mientras más vagabundea, más ancho se le hace el mundo.” (Fragmento del poema VII Widsummer)


Quise traer los versos Derek Walcott, nacido en Santa Lucía, un pequeño Estado insular en el caribe cerca a Venezuela, en razón a que Nicolás Rivera, con emoción, cuenta que el trabajo con los jóvenes es necesario para que contagien de rebeldía y pasión todo lo que hacemos y, les permita a ellos ampliar el margen de posibilidades que la sociedad se ha encargado de señalarles a los jóvenes del barrio San Joaquín, ubicado en localidad de Ciudad Bolívar, en Bogotá.


Reconocimiento del territorio


La propuesta de Alter Nativo es defender la subjetividad. Con un equipo de aguerridos de la comunidad, como los llama Nicolás, la idea es, en este sentido, construir en conjunto con el barrio; no desde una propuesta evangelizadora, sino más bien de espacios participativos y propositivos.

En los cuatro años que lleva como creada la alternativa, han podido liderar espacios creando modelos educativos alternativos. El objetivo es que en estos se impulse el libre desarrollo de la personalidad y que se generen cuestionamientos.

El grupo de trabajo de Alter Nativo se divide en: tres de Junta directiva, los de planta. Además, siete voluntarios colaboran en territorio, de esos, tres son fijos que van todos los sábados, los demás van rotando. Hay una voluntaria digital.


La idea de esta iniciativa es que sea la comunidad la que tiene las alternativas y posibilidades para encontrar vías de solución a las problemáticas del territorio.


Nicolás cuenta que las iniciativas parten del reconocimiento del territorio y una de ellas tiene que ver con lo ambiental, ya que el barrio San Joaquín queda muy cerca del relleno sanitario Doña Juana.


Los desafíos


Frente a esta situación “cuando la fundación les da los refrigerios, los niños y niñas llevan su menaje para no usar plástico, ni generar desechos con el refrigerio. Cuando se producen, hacemos artesanías con el plástico restante de un refrigerio”, señala Nicolás.


Otra problemática es el liderazgo mal dirigido, a raíz de la presencia de bandas criminales que hay en el sector. Nicolás señala que esa es una de las afectaciones que amenaza a los nuevos liderazgos de los niños y niñas en la comunidad.


Sin embargo, la posibilidad de que los ‘pelados’ estén en los espacios permite que tengan alternativas para el uso de su tiempo. Asimismo, el alto consumo de sustancias psicoactivas a tempranas edades es una constante; entonces “la apuesta es hacer una pedagogía sobre el consumo. Por eso es muy importante mantener canales claros y horizontales de diálogo y cercanía con los niños y niñas del proyecto”, sentencia Nicolás.


Nicolás recalca que en el barrio persiste una problemática alrededor de la vulneración de derechos sexuales y reproductivos, sobre todo con la población femenina.


“Frente a esta realidad es que hemos venido fortaleciendo las rutas de atención, incluso articulándonos con el Instituto de Bienestar Familiar – ICBF. Buscamos construir una red de apoyo para que los casos identificados en la vulneración de derechos, sea atendido, y de esa manera logremos ser una red de garantía y restablecimiento de derechos”.


El barrio, un pálpito comunitario


Para Alter Nativo la noción de barrio es fundamental. Más allá de ser un ítem espacial, en palabras de Nicolás, resulta ser el barrio “ese pálpito comunitario” que congrega a diferentes actores de la comunidad.


Los espacios de la Escuela de Microfútbol y la Danza han resignificado el barrio en el que hoy los niños, niñas y jóvenes con sus actividades hacen soberanía territorial.

La jornada de la Escuela de microfútbol está dividida para niños de 8 a 12 años, en el entreno de 7 a 10 de la mañana, la otra jornada es para niños de 12 a 18 años, en la jornada de 10 a 1 de la tarde.

“El acercamiento de los habitantes del barrio cobijando los espacios propuestos por Alter Nativo, ha permitido una apropiación y un reconocimiento entre vecinos, contribuyendo así al tejido social”, cuenta Nicolás.


En el proyecto están los beneficiarios que son los niños, niñas y jóvenes quienes participan en las actividades. También existen los veedores, que son los padres, madres o acudientes que velan para que nuestros programas cumplan con lo que se le prometió a la comunidad. Está, a su vez, la relación con la Juntas de Acción Comunal -JAC.


Sin embargo, para Nicolás es vital que estén ‘los parceros y el parche’ que habita el barrio para que permita, desde nuestros programas, lograr una zona soberana de lo que la comunidad decide.

En suma, lograr así garantizar los Derechos Humanos y que todos los garantes —llámese familia, sociedad y Estado— participen para crear espacios libres de vulneración”.


Otra de las apuestas radica en generar una red de intercambio de conocimientos, de propuestas. Para ello, nuestra principal apuesta es involucrar a estos jóvenes que comúnmente le llaman ´la manzana podrida’, el chico o la chica ‘problema’. Además, teniendo en cuenta que están inmersos en un contexto de periferia y dentro de la periferia son marginados.

En nuestros modelos educativos propendemos porque haya un diálogo, desde las propuestas de Paulo Freire, desde la educación para la libertad y la educación desde lo marginal.


Cómo entablar una interlocución en la que el educando proponga y diga qué quiere aprender, cómo lo quiere aprender, si le gustan los métodos, que cuestione y que sea propositivo. Nosotros, como educadores, desaprendiendo la idea de que nos las sabemos todas y así continuar en un constante proceso de aprendizaje entre seres humanos con complejidades, la apuesta es estar constantemente reevaluándose.


Nicolás cuenta que en la fundación les decían que no los recibieran en las actividades porque eran quienes generaban el desorden, los que golpeaban a los otros chicos. Sin embargo, “al vincularnos nos hemos dado cuenta que tienen un liderazgo impresionante y una capacidad de convocatoria que ha permitido que más personas se vinculen a la iniciativa.


«Son líderes positivos, además porque en las edades que tienen los ‘pelados’ también hay unas realidades complejas y que su violencia, también obedece a violencias que son ejercidas sobre ellos”, reflexiona Nicolás.


Salvedades


Nicolás precisa que “en el equipo de trabajo de Alter Nativo hay un ‘pelado’ que está estudiando licenciatura de educación y preparación física, con él y con una nutricionista estamos trabajando acorde a la curva nutricional de nuestra población; no es lo mismo trabajar con alguien que tiene las tres comidas, a trabajar con niños y niñas que llegan sin desayunar”.


Afonías del Alarido


El programa de danza que se llama ‘Afonías del Alarido’ pretende ser un espacio en el que se logre expresar esos recuerdos que en principio se creen olvidados, esos que muy a la ligera denomina la sociedad como traumas. En Alter Nativo los denominan ‘aquellos recuerdos que se creen olvidados’.

Las jornadas de danza son los sábados de 8 a 10 de la mañana y está dispuesto para la edad de 8 a 14 años.

“El espacio busca la forma de liberarlos, porque muchas veces esos recuerdos no encuentran lugar en la palabra y aquí es cuando la expresión corporal cobra mayor valor. Trabajamos el respeto al cuerpo propio, al del otro, en lo que es un proceso de reconocimiento y poner de tajo la discusión sobre los derechos sexuales y reproductivos”.


Para Nicolás, el lugar donde se hace el taller es poderoso porque está ubicado en la casa cultural del barrio San Joaquín, fruto de relacionar la red con la JAC del barrio. Este enlace permite que se pueda desarrollar el espacio en un salón entablado.


Además, como es un espacio retirado también permite que se de en una intimidad que le permite seguridad a los niños y las niñas para el taller de danza.


En el taller hace en presencia la educadora, la veedora y los beneficiarios. En este momento están trabajando con ritmos afro descendientes. Se hacen ejercicios de expresión corporal, no bajo el imperativo de que sigan unos pasos determinados, sino también que propongan nuevos movimientos y así encuentren nuevas formas.

También hacen retos coreográficos, para ejercitar la memoria y la coordinación; lo que es el despertar esa memoria del cuerpo.


Microfútbol Popular para todos y todas


Tenemos la Escuela de Microfútbol Popular Alter Nativo, que como escuela que no categoriza por géneros, es para todos y todas bajo las mismas condiciones. Buscan encontrar, aunque no sea fácil, métodos distantes del conductismo en la trasmisión bilateral de los conocimientos.

“Hemos, entre otras cosas, conseguido sortearnos espacios en lo que los ‘pelados’ puedan jugar contra otras escuelas de otros, asistiendo a torneos relámpago. Siempre con la premisa de una educación sin el castigo, prescindiendo de las dinámicas de la escuela de fútbol comercial y estableciendo el diálogo como alternativa para la resolución de conflictos.

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