¿Qué pasó en Medellín en la década de los 90a?Parte tres
- Juan Guillermo Sepúlveda Arroyave
- hace 3 días
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Por: Juan Guillermo Sepúlveda Arroyave[1]

Esta experiencia que rápidamente se lee, que fue duro escribirla y hacerla mucho más, pues costó muchas vidas de jóvenes que en sus noches de euforia, cuando soñábamos con la paz de Medellín, me decían, casi con un sentimiento de advertencia: «viejo Juangui, no nos ilusiones con la paz, no nos hagas soñar con la paz», está dedicada a todos ellos: a los que se quedaron insistiendo en la ilusión de la paz y ya no están; a los que se tenían que quedar y tuvieron que sumarse a otra idea de la paz; e incluso, a los que ya no sueñan… con la paz.
En este tercer artículo donde estamos presentados las Vivencias de Paz, de lo que paso en Medellín en la década de los noventa, que dio como resultado la reducción de los índices de homicidios en la ciudad y el Área Metropolitana, al punto que el Presidente Petro lo puso como ejemplo a seguir y digno de estudios. Para conocer, parte, de las causas de dicho fenómeno, hoy presentamos dos Vivencias: las vividas en el Barrio París del Municipio de Bello y en la Cárcel de Bellavista.
En el libro “Vivencias Urbanas de Paz, década de los noventa”[1] esta experiencia se denomina, “PARÍS METROPOLITANO”, pues narra lo vivido en ese barrio de Bello, uno de los más violento de la época, que bien podía tomarse como ejemplo en los demás municipios del Área Metropolitano del Valle de Aburra[2]
El día 14 de Febrero de 1995 las entidades que tienen presencia en la zona y representantes de las organizaciones comunitarias, se reunieron en la sede de la biblioteca Ludoteca el Mirador con el objetivo de analizar y buscar alternativas de solución al conflicto armado que se vive en la zona Nor-occidental parte alta, en los barrios El Triunfo, Progreso, Santa Teresa y París de Bello. Producto de la reunión, le solicitaron a la Asesoría de Paz y Convivencia que mediara en la confrontación armada que se presentaba en el sector entre bandas y las Milicias Populares del ELN, de COSERCOM y entre las Bandas de los dos municipios, etc.
Los resultados de los Pactos dieron como resultados la creación del “Parche Elegante”, de la Cooperativa de Paz, COOPAZ y a Taller Arte, iniciativa artística que en estos días fue reconocida por su labor de resistencia y el nombre del maestro “Memo” fue recordado como ejemplo a seguir.
Los “muchachos de París” crearon la Cooperativa de Paz, COOPAZ, que tenía como meta ser parte de la solución del gran flagelo que estaba viviendo Medellín y Bello en lo relacionado con el conflicto-urbano-armado, generando posibilidades de empleo por medio de unidades productivas barriales.
COOPAZ, se inició con un contrato de mano de obra con la oficina de empleo del Municipio de Bello. Posteriormente, con Empresas Varias de Medellín, trabajaron jóvenes en el aseo de varias zonas de los barrios de influencia de la cooperativa, hicieron los uniformes del Colegio Progresar, una huerta ecológica y un proyecto de microempresa de límpidos.
“Ministro (Horacio Serpa) ¿sabe qué?, queremos llegar a viejos como usted… ayúdenos”
Jair Q.E.P.D. Líder de los Pactos de Convivencia
El proceso de paz que se vivía en este sector de la ciudad, no era bien visto por grupos al margen de la ley que querían apoderarse de dicho territorio, los organismos de seguridad como la policía nunca entendieron la iniciativa y de otro lado, algunos sectores gubernamentales no hicieron el acompañamiento debido el proceso.
La Judicialización del proceso.
Vario lideres del proceso de paz fueron detenidos y con ellos, la atención del proceso se centró en la cárcel de Bellavista, que mediados de la década de los 90 era una de las cárceles nacionales más hacinadas y violentas del país. Ubicada en el Municipio de Bello, Antioquia, construida para 1200 internos y tenía 6.500. A ella llegaban sindicados y condenados por una gran variedad de delitos que iban desde terrorismo hasta delincuencia común, pasando por narcotráfico, paramilitarismo, extorsión, secuestro, entre otros. Los internos provenían en su gran mayoría de Medellín y los municipios que componen el Área Metropolitana del Valle de Aburrá.
Desde la cárcel de Bellavista se inició un programa sin precedente un centro carcelario denominado CÁRCELES PARA LA PAZ, centrado en la comunicación positiva entre cárcel y ciudad, y la “delación de paz”, consistente en señalar cómo y con quién se puede hacer la paz en tu barrio. Lo anterior producto de “descubrir” que los muchachos que están recluidos en las cárceles de Antioquia, tienen dos amores: la “cucha” (la mamá) y el barrio.
Además, se trabajó con los jóvenes detenidos en una Legislación especial de fin de siglo para jóvenes en conflicto urbano con voluntad de paz; hicieron una propuesta para ser efectivo el tratamiento progresivo en el INPEC; presentaron una iniciativa metropolitana penitenciaria de paz y convivencia, consistente en la creación de una Oficina Permanente de Paz y Convivencia al interior de la Cárcel de Bellavista, finalmente, la creación de un canal interno de televisión, que se llamaría Bellavista Televisión (BV-TV).
Se trabajo en dos líneas de intervención: convivencia carcelaria y seguridad ciudadana. Los logros fueron tozudos, pues se redujeron los niveles de violencia en Bellavista, y se desmontaron vacunas y extorsiones en la ciudad. Lo anterior aportó a la reducción de homicidios en el Área Metroolita.
Los medios de comunicación resaltaron el proyecto de Cárceles para la Paz, de la siguiente manera:

«El Parlamento Latinoamericano elogió el afán de paz de los reclusos». «Bellavista, ejemplo en América». El Mundo, sección «La Metro», Medellín, 22 de mayo de 1999.
«Bellavista. 20 meses en paz». El Colombiano, 28 de mayo de 1998.
«Bellavista exporta su experiencia de paz». El Mundo, 24 de septiembre de 1998.
· En 1998 hubo cambio en las administraciones de Medellín y Bello y los procesos de paz y convivencia que se estaban llevando en ambas administraciones fueron continuados por nuevos equipos, que tenían sus propias prioridades y metodologías de trabajo.
El 15 de marzo de 1999, la noticia que copó todos los diarias era la que daba cuenta que la Banda del Barrio París, “los muchachos de París”.
El diario El Colombiano, a cuatro columnas título así la noticia:
“Capturan Banda e inmovilizan 40 buses.” “Cinco meses de inteligencia, investigación y seguimiento, por parte de los organismos policiales, dieron sus frutos en la madrugada de ayer cuando 650 miembros de Departamento Administrativo de Seguridad, DAS, Sijin, Gaula, Fiscalía, CTI y actuando por Medellín, intervinieron simultáneamente para capturar 23 supuestos extorsionistas que operaban en la comuna Noroccidental de Medellín”.
Sindicaciones penales, que no tuvieron sustento jurídico, frente a la contundencia de la realidad social allí vivida, como lo dice la providencia judicial que se profirió en su momento por la Fiscalía, donde expone las razones por la que surgen las bandas y la seguridad privada, haciendo énfasis en la reacción social, antes que, en la penal, que el Estado debe tener frente a esta realidad sociales urbanas complejas.
“En estos sectores anónimos se están gestando bombas sociales que, si el Estado no desactive a tiempo dejando su incuria, van a estallar sin remedio y las graves consecuencias se dejarán ver, ojalá aún a tiempo para detenerlas.”
Fiscalía General de Colombia, Rad-443934. Cod. Act 110
El 28 de abril de 2.000, la Fiscalía General de la República ordena la libertad de los sindicados y la entrega de los buses de la operación policial antes mencionada.
Producto de la Providencia judicial que dio la libertad a los muchachos de París y que recomendaba, que para evitar que estalle una “bomba social”, mayor inversión social antes que represión penal en los barrios, se creó el Proyecto Asociativo de Alistadores de Transporte, PAAT de la zona noroccidental, apoyado por la Mesa de Trabajo conformada por la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia, el Programa PARE de la Arquidiócesis de Medellín; la Cooperativa COOPAZ; las empresas transportadoras (Transporte Medellín, Palenque Robledal y Transportes Hato Viejo; la Corporación para el Desarrollo Comunitario y la Integración Social, CEDESIS; los transportadores, el Comisionado de Paz del Municipio de Bello y representantes de la comunidad.

El 11 de noviembre de 2.000, el Diario el Tiempo informó: “Con la presencia del Procurador General de la Nación (El Procurador Bernal Cuellar), se inauguró ayer el Proyecto Asociativo de Alistadores de Transporte (PAAT), que vinculó a 202 personas dedicadas al lavado de buses en el noroccidente de Medellín. // Hace mes y medio la Cámara capacita a los jóvenes que se inician con el proyecto en temas de administración, primeros auxilios y resolución de conflictos

Lanzamiento del Proyecto Asociativo de Alistadores de Transporte, PAAT, en el Colegio Progresar. Preside la reunión el tutor moral del Proyecto, el arzobispo Darío Monsalve (de pie), a dicha reunión asistieron jóvenes del proceso, representantes de la comunidad, de los transportadores, de las empresas de transporte, de la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia y como invitado especial estuvo el General Luis Alfredo Rodríguez, Comandante de la policía Metropolitana de Medellín
Fin del Proceso.
Como se puede apreciar, el proceso de los muchachos de París, tuvo un desarrollo bastante accidentado, desde su paso por la marginalidad, luego producto de los Pactos de Convivencia, se creó COOPAZ, Taller Arte; a continuación, fueron judicializados; al salir exonerados del proceso crearon el Proyecto Asociativo de Alistadores del Transporte PAAT. Este último, vale la pena resaltar, se sometió al rigor empresarial para buscar su viabilidad, como lo demuestra el equipo de instituciones que lo acompañaron, la formación de que fueron objeto sus futuros trabajadores, el estudio económico al que se sometió el proyecto y finalmente el apoyo social con el que contaba la iniciativa.
Todo lo anterior, hacía presagiar que el Proyecto Asociativo de Alistadores de Transporte PAAT, tenía reservado un buen futuro. Pero dicho proyecto no logró consolidarse quedándose a medio camino, pues el 27 de abril del 2001 los NARCO-PARA-POLÍTICOS, decidieron patear la Mesa de Trabajo, donde se estaba jugando la partida por la convivencia, unos “salimos” con vida…otros la perdieron…y los que se quedaron la tuvieron que negociar.

La Mesa de Concertación Barrio París (Medellín-Bello), integrada por la Arquidiócesis de Medellín, la Cámara de Comercio para Medellín y Antioquia y las Empresas del Transporte del sector, COOPAZ y el Programa Asociativo de Alistadores de Transporte “PAAT”, emitió un comunicado a la opinión pública, el 27 de abril del 2001 anunciando el fin del proceso:
“Con profundo pesar registramos las muertes, algunas de ellas con monstruosa atrocidad y barbarie, de personas vinculadas al proceso y a la comunidad del barrio París. Nos duele suspender nuestro aporte a este proceso de paz y llamamos a quienes tienen la responsabilidad de estos hechos violentos a suspenderlos de inmediato, al mismo tiempo que pedimos a las autoridades competentes esclarecer los crímenes que se están sucediendo y garantizar la vida y la protección a la comunidad afectada.
[1] Juan Guillermo Sepúlveda fue el Asesor de Paz y Convivencia de Medellín entre 1994 y 1997. En el 2001 salió del país por temas de seguridad. De regreso en Colombia está dedicado a los temas de Cultura y Justicia Restaurativa. Es el creado y director de Colombia Restaurativa www.colombiarestaurativa.com y de Justica Penal Reintegradora juanguillerm.sepulveda@gmail.com
[2] “Vivencias Urbanas de Paz, década de los noventa” https://www.files.ethz.ch/isn/145616/VIVENCIAS%20URBANAS%20DE%20PAZ_2010_JGSA%20(06.2010).pdf
[3] Los municipios de área Metropolitana del Valle de Aburra son diez: Barbosa, Girardota, Copacabana, Bello, Medellín, Envigado, Itagüí, Sabaneta, La Estrella y Caldas.
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