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“Nosotros no matamos al presidente de Haití”: habla uno de los mercenarios colombianos acusados del magnicidio

  • Foto del escritor: Redacción Pares
    Redacción Pares
  • hace 6 días
  • 2 Min. de lectura

Por: Redacción Pares



El 7 de julio de 2021, el mundo se levantó aterrado. Las primeras versiones eran irrefutables, un comando de 16 mercenarios colombianos entró hasta la casa donde vivía el entonces presidente de Haití, Jovenel Moïse. Mientras dormía, lo asesinaron en su propia cama. Pocas horas después los metieron presos. Estuvieron, incluso, a punto de ser linchados por una multitud. La labor de defensa de la Cancillería colombiana, tanto en tiempos de Iván Duque como en el de Gustavo Petro, no ha sido la esperada. Cuatro años después, los mercenarios colombianos están declarando sus versiones en audiencia pública. La segunda audiencia fue el pasado 28 de mayo y quien habló fue el exsoldado Juan Carlos Yepes. Este hecho dejó en evidencia que, dentro del ejército colombiano, existe un gran problema: sus salarios. A algunos no les queda de otra que irse del país y vender su fuerza de trabajo a otros gobiernos. Muchos de ellos llegan a Ucrania, a algún país petrolero del Medio Oriente o a países como Haití.


Yepes contó que fue contratado por una empresa que decía ser de origen norteamericano y que en repetidas ocasiones la misma empresa afirmaba que estaba autorizada por el Departamento de Estado y por la CIA. Según las investigaciones que se han hecho desde la noche en que fue asesinado Moïse, no se ha podido comprobar la participación de Estados Unidos, ni de ninguna de sus agencias, en este magnicidio. Las labores que debía cumplir Yepes en Haití eran las de hacer trabajos con la Policía.


Durante el interrogatorio, Yepes afirmó que cumplía puntualmente estas funciones: entrenamiento a la Policía, restablecimiento del ejército haitiano, seguridad para las empresas que se iban a fundar en Haití, prestarles seguridad diplomática a los norteamericanos que estuvieran en la isla.


Pero esas funciones nunca fueron claras ni estrictamente definidas. El día 7 de julio de 2021, lo llamaron muy temprano para prestarle atención a la Policía. Entonces todo se puso extraño, así lo afirma en la declaración que dio este 28 de mayo: "Llegué a un lugar con la Policía, que no conozco, y estuve ahí hasta que me dijeron 'vámonos'. Mi responsabilidad era prestar seguridad en la parte de afuera".


La versión de Yepes es concluyente y coincide con la que otros de los detenidos colombianos han afirmado: una vez llegaron a la mansión de Moïse empezaron a dispararles. Así lo dijo otro de los mercenarios implicados en su versión del 26 de mayo; Carlos Giovanny Guerrero. Según lo publicó en su momento el periódico El Tiempo, esta es la versión de los hechos: "Fuimos con la Policía a una casa de una persona importante en Haití. En ese momento, yo no sabía que era la casa del presidente. Me dijeron: 'Vaya con la Policía'. Y fuimos con la Policía. (...) Yo no sé quién mató al presidente. Nosotros no fuimos. (...) No entendía por qué la misma Policía que había ido con nosotros nos estaba disparando".


La audiencia continuará en los próximos días. El juicio que se le sigue a los acusados del asesinato en los Estados Unidos está empantanado, justamente, por estas declaraciones de los mercenarios que prácticamente denuncian una trampa. ¿Quién tendrá la verdad?

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