Por: Redacción Pares
Foto tomada de: RCN Noticias
Hace un año exactamente, en el Bajo Cauca, el Clan del Golfo decidió que ni siquiera las hojas de los árboles se moverían sin su consentimiento. El 2 de marzo del 2023, después de que el gobierno Petro decidiera, con firmeza, atacar la minería ilegal. El pasado gobierno, el de Iván Duque, no tocó jamás una draga. El panorama cambiaría con el nuevo gobierno. En unos pocos meses se habían destruido 15 dragones brasileños, se incautaron 12 retroexcavadoras, 33 dragas tipo caperuza y 38 personas dedicadas a la extracción del oro. El mercurio, que es el veneno del rio, se incautó en cantidades que llegaron a 34 kilos de mercurio. Incluso se capturó al máximo cabecilla de la minería ilegal en el Bajo Cauca, José Manuel Rada Medina e incluso al brasileño Flavio Ferreira Da Silva.
Fueron justamente los brasileños los que empezaron a devastar al Bajo Cauca antioqueño. José Antonio Cavalcante quien en su momento de mayor esplendor, después de explotar una mina en Serra Pelada, estado de Pará, que le dejó 13 toneladas de oro, se vino para Caucasia con 16 dragas. Fue detenido en el 2017. Algunos dicen que está muerto, otros hablan de que sigue controlando los hilos desde la cárcel.
Ante el hostigamiento del gobierno el Clan del Golfo decidió mostrar su poder. A un año de que esto sucediera la gente en Caucasia vuelve a tener miedo. La muerte del minero Arnulfo Ospina Morales en el Bagre, mientras su compañero Jaider Conde Arias herido en un operativo de la Fuerza Pública, habrían sido el detonante, la excusa del Clan del Golfo para paralizarlo todo. Una circular está distribuyéndose vía wasap advirtiendo de una gran marcha el próximo 4 de abril a partir de las 8 de la mañana en el municipio de Caucasia.
Desde el Bajo Cauca se han venido denunciando las presiones del grupo armado a través de rentas ilegales a mineros informales, a ganaderos, contratistas de proyectos de infraestructura, y diferentes comercios de la zona para apoyar no sólo la marcha sino lo que sería un nuevo paro minero. También estarían ejerciendo presión a toda la población de la zona rural del Bajo Cauca y Valdivia para salir a apoyar dicha marcha.
Todo se repite. El 19 de febrero del 2023 la población empezó a sentir la violencia del paro minero. En los municipios de Nechí y Zaragoza se suspendieron las operaciones de transporte fluvial. El gobierno Petro envió a funcionarios del ministerio de minas y a la Defensorías del Pueblo para hablar con los líderes de la protesta y desbloquear las vías de acceso. En un momento decidieron levantar el bloque pero pronto este se intensificaría. En la primera semana de marzo de ese año ya habían 12 poblaciones completamente desabastecidas de alimentos y medicinas. El confinamiento llegó a afectar a 250 mil personas. La situación fue empeorando hasta el punto de que un motociclista después de chocar contra un árbol con el que los manifestantes bloqueaban una vía. Se quemaron dos peajes y una ambulancia en donde iba una mujer embarazada.
Fue el entonces gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria, quien advirtió que detrás de las protestas estaría el Clan del Golfo, una versión que fue respaldada por el propio presidente Petro quien en ese momento ya estaba decidido a sentarse a hablar con el grupo armado si se sometía a lo que su gobierno le pedía. Una de ellas era desistir de sus operaciones de minería ilegal. El gobernador Gaviria develó audios de miembros del Clan del Golfo en donde se obligaba a los comerciantes a no abrir sus negocios amenazándolos incluso de muerte. Aníbal Gaviria incluso denunció que a los muchachos que quemaron las ambulancias el grupo armado habría pagado entre $50.000 y $300.000 pesos. Aunque algunos líderes de los mineros afirmaron que el gobierno estaba atropellando sus derechos, los datos hablaban por sí solos. El 85% del oro que se extrae en Colombia se hace de manera ilegal, las dragas remueven 35 millones de tierra y acaba el agua del río cauca a punta de mercurio. El Clan del Golfo no está solo, el ELN y el EMC han sostenido combates en la zona pero el control lo tiene el Clan.
Las afectaciones de un nuevo paro minero serían devastadoras para la población. Al parecer el Bajo Cauca no sería el único lugar de Colombia que estaría en peligro de un nuevo paro. En Montelíbano, Cordoba, se reportó que las estaciones de gasolina están colapsadas porque la gente se estaría preparando para un nuevo paro armado promovido por el Clan del Golfo.
Mientras que Petro propone sentarse a hablar con todos los grupos armados, los va presionando. La molestia del Clan del Golfo con el gobierno por su accionar contra la minería ilegal, es una clara prueba de ello.
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