Juan Fernández Carrasquilla y su Derecho Penal de la Liberación
- Juan Guillermo Sepúlveda Arroyave
- 8 jul
- 7 Min. de lectura
Actualizado: hace 5 días
Por Juan Guillermo Sepúlveda Arroyave[1]

“La necesidad del derecho penal puede fungir como pretexto para la reflexión. Pero el carácter necesariamente liberal del derecho penal opera como barrera de contención porque promete, nada menos, la posibilidad de un derecho penal de la liberación.”[2] Juan Fernández Carrasquilla (1984)
Con este mensaje inauguró Juan Fernández Carrasquilla, el I Congreso Mundial de Criminología Crítica en la Universidad de Medellín en agosto de 1984[3]. La importancia del evento fue sin precedentes, porque se realizaron los siguientes encuentros: “El séptimo congreso internacional de delitos de Cuello Blanco”, “El Segundo Encuentro del Grupo de Criminología Crítica de América Latina y “El I Seminario de Criminología Crítica”.
En el evento, se dieron cita los más progresistas penalistas y criminólogos críticos de la época, como Alessandro Baratta, Massimo Pavarini, L.H.C. Hulsman, Roberto Bergalli, Juan Bustos, Rosa del Olmo, Lola Aniyar, Emiro Sandoval Huertas, Emilio García Méndez, Eugenio Raúl Zaffaroni y Argenis Riera, entre otros.
El evento sin precedentes en la historia jurídico-criminológica del país, partió en dos el pensamiento criminológico de Colombia y América Latina. Puso a pensar fuera de la caja a más de 600 abogados participantes, estudiantes y profesores venidos de todo Colombia, que durante una semana siguieron las teorías: clásica, positivista, de la reacción social, el pensamiento crítico y el abolicionismo, las teorías del Etiquetamiento (Labelling Theory), el proceso de criminalización, de la reacción social, los estereotipos, entre otros.
Al final del evento todos tenían el libro las ponencias que habían escuchado durante la semana que duró el evento, bajo el título “Criminología Crítica. I Seminario”; además, tomaron contacto con los pensamientos vanguardistas de autores de la talla de Taylor, Walton y Young, Radbruch, Chapman, Merton, Rusch y Kirchheimer, entre otros.
Todo lo anterior fue posible con el apoyo incondicional que Juan Fernández Carrasquilla, que como Presidente de la Consiliatura de la Universidad de Medellín, le dio a las ideas criminológicas que traje en esos años a Colombia, luego de estudiar en Europa criminología crítica. Todo lo anterior, bajo la mentoría, como lo es hasta hoy, de Nódier Agudelo Betancourt.
EL DERECHO PENAL DE LA LIBERACIÓN.
Juan Fernández, impulsado por esa corriente crítica criminológica, irrumpió el día de la inauguración del Congreso Mundial de Criminología, con la ponencia del DERECHO PENAL DE LA LIBERACIÓN, que nos puso al nivel de las teorías más vanguardistas traídas de otros países y continentes.
Juan Fernández, abogó por un Derecho Penal liberal:
“Así como la criminología, en cuanto ciencia es necesariamente crítica (crítica social y política, jurídica, criminológica y penitenciaria), el derecho penal tiene que ser, científica, social, política y jurídicamente liberal.”[4]
Juan Fernández, enfrentó los dogmas penales:
“La actitud del saber//no es la soberbia sino la admiración del ánimo y la humildad del conocimiento. La verdad absoluta y el dogma son incompatibles con la Universidad, con la libertad y con la ciencia y han producido en la historia más de una catástrofe y más de un eclipse del conocimiento.[5]
Juan Fernández, era realista frente al derecho penal liberador que proponía, y ese realismo era marcado por la condición humana:
“El derecho penal no es una panacea, pero desventuradamente no puede ser eliminado, el abolicionismo penal es y será una utopía y nada más que una bella utopía, al menos mientras la condición humana sea lo que es: imperfecta, incompleta, siempre en peligro y siempre rescatada. La pretensión de erradicar completamente el delito de la sociedad envuelve, como Carrara lo advertía, la inminencia de la tiranía y en su nombre se han perpetrado no pocos abusos ominosos”.[6]
Juan Fernández, habló de un derecho penal libertario, sinónimo de lucha que invoca los derechos individuales de la Revolución Francesa:
“El derecho penal liberal, mejor sería decir tal vez libertario (si esto fuera entendido como lucha y no como remedio), es sin duda el que establece, desarrolla y respeta efectivamente las garantías individuales que la revolución francesa y la Dogmática Penal han convertido en patrimonio de la humanidad, poniendo así límites al ejercicio y a la misma legitimidad del poder punitivo de unos estados casi omnipotentes frente a unos individuos casi derelictos”[7]
Al final de los eventos, a cada uno de los asistentes, se les entregó el libro del Congreso editado por la Universidad de Medellín, con una pintura en la portada, realizada por un estudiante de la Universidad donde se reflejaba una imagen de la justicia en versión crítica, representada en “Las venas abiertas de América Latina” de Eduardo Galeano, y en vez de una mujer representando la justicia, con los ojos vendados, era un hombre mestizo quitándosela y viendo las injusticias de la justicia.

Juan Fernández abrió el evento con las siguientes palabras:
“Señores profesores visitantes, señores funcionarios e invitados especiales, señores delegados universitarios, visitantes y estudiantes: Este congreso mundial de criminología ha quedado instalado y la polémica ha empezado ya. Mil gracias”[8]
Hasta aquí una pequeña reseña de la propuesta del derecho penal de la liberación presentado en la Universidad de Medellín en agosto de 1984.[9]
Dejo a los expertos en temas del Derecho Penal, los análisis y comentarios valiosísimos que vendrán en relación con la prolífera obra del Maestro Fernández Carrasquilla.
EL LEÓN SORDO
Con Juan Fernández, desde esa época surgió una amistad que duró hasta sus últimos días. Con muchas anécdotas e historias para recordar, pero quiero hacer mención de una en particular relacionada con el “León sordo”.
“Los juanes” como nos decían en la Universidad de Medellín, nos habíamos propuesto regar la semilla del Derecho Penal de la Liberación y de la Criminología Crítica en todo el País. En ese recorrido fuimos invitados a la Universidad de Manizales, a dictar sendas conferencias, con el ánimo de abrir la “polémica” como lo propuso Juan Fernández. Decir que la polémica que producía en ese entonces la Criminología Crítica era muy dura y 40 años después, sigue vigente, por lo punitivo de nuestra sociedad.
En la Universidad de Manizales me tocó hablar de primero pues el vuelo de Juan estaba retrasado. El auditorio estaba lleno de abogados, magistrados, jueces, fiscales y estudiantes, muy bien puestos, trajeados impecables, como no podía ser de otra manera tratándose de Manizales.
El conferencista que era yo, de tirantas y pelo largo, empieza la conferencia y a medida que iba avanzando en el tema, y que decía cosas como: el derecho penal era un instrumento de dominación, el sistema penal es un proceso de criminalización, el auditorio con los asistentes se movía hacia atrás. Yo, el conferencista que estaba hablando de Criminología Crítica apuraba un sorbo de agua, y avanzaba con frases como las cárceles son la escuela del crimen y por ello nadie sale resocializado de ellas, el derecho penal es un instrumento de dominación y el piso más se movía hacia atrás, perdiendo toda conexión con los asistentes, pero, de repente se produjo algo inesperado, empezaron a aplaudir, y pensé, ¡lo logré, me creyeron! y sonreí casi con ganas de soltar la carcajada, pero ésta me la tuve que tragar cuando vi que estaban aplaudiendo y mirando hacia el lado izquierdo donde estaba la entrada principal del auditorio, los juristas seguían aplaudiendo, yo agudicé la vista y vi aparecer en el umbral de la puerta a JUAN FERNÁNDEZ CARRASQUILLA, para el que eran los aplausos…no era para la criminología crítica y menos para mí.
Juan entró, como cuando “Pambelé” iba a subir al ring, victoreado por las tribunas, mientras yo invisibilizado, me escurría de la mesa principal por la parte opuesta del escenario por donde subía Pambelé, perdón Juan, el otro Juan, y sin que nadie me viera me senté en la última fila del auditorio, agazapado y sudoroso.
Bien, el Dr. Juan Fernández Carrasquilla fue presentado ante los juristas del evento, con todo su currículo y perfil profesional y humano, como no podía ser de otra manera.
Inicia Juan, con su carisma que siempre lo caracterizó, pero haciendo una larga pausa, los asistentes casi que cortaban la respiración, Juan dijo: antes de iniciar quiero contarles una historia, y todos asintieron, pues sabían de las formas cercanas del expositor.
Juan dijo, dentro de un silencio total en el auditorio:
Una vez en un lugar perdido de la selva, cayó un avión, todos perdieron la vida por desgracia, sólo una persona se salvó. El sobreviviente al caminar por la selva buscando salir a algún sitio seguro, de repente se encontró rodeado por un grupo de leones, que lo rodearon con intención de atacar.
El sobreviviente amenazado por los leones, de manera instintiva empezó a tocar el violín, que había logrado rescatar entre los escombros del avión. De repente los leones quedaron sumidos en una calma y poco a poco se iban adormeciendo. Pero volvían a ponerse tensos y agresivos cuando el violinista dejaba de tocar, pues los leones se despertaban.
Así durante mucho tiempo el violinista tuvo los leones dormidos, en medio del concierto, hasta que de repente llegó un león y saltó encima del violinista y se lo comió, y los demás leones exclamaron: lo que faltaba, llegó el león sordo y se tiró en el concierto.
Los magistrados, jueces, fiscales y abogados asistentes en la Universidad de Manizales, se miraron y miraron a Juan, asintiendo, pero por respeto, pues no sabía muy bien que tenía que ver un león sordo con la Criminología Crítica y con el Derecho Penal de la Liberación.
Para tranquilidad de todos, Juan continuó la historia: queridos amigos, eso pasaba en Antioquia. Todos los abogados penalistas, profesores, estábamos metido de lleno en la Dogmática Penal, hablando entre nosotros de la tipicidad, la antijuricidad, la culpabilidad y temas afines, poco nos contradecíamos, había una armonía jurídica… y de repente llegó el león sordo de la criminología crítica y nos despertó y por eso yo vengo hoy a hablarles del Derecho Penal de la Liberación, y ese león sordo está allí, atrás, y me señaló, por encima de los cientos de asistentes, el auditorio giró 180 grados y aplaudió.
Fue así, con este gesto empático y generoso y mucho otros en espacios diferentes, que Juan Fernández facilitó para que la Criminología Critica se empezara a conocer en Colombia en la década de los 80ª.
Con esta anécdota quiero reconocer a Juan, el amigo, el empático solidario y visionario.
¡Hasta siempre Juan!
El león sordo
[1] I Seminario Criminología Crítica. Universidad de Medellín. Agosto de 1984.
[2] Ibidem
[3] Ibidem
[4] Ibidem
[5] Ibidem
[6] Ibidem
[7] Ibidem
[8] Criminología Crítica, I Seminario
[9] Los interesados en el articulo sobre El Derecho Penal de la Liberación del profesor Juan Fernández Carrasquilla, favor solicitarlo al correo juanguiillermo.sepulveda@gmail.com
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