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Esta es la historia del primer estallido social en Colombia

Por: Redacción Pares




Hace unos días recordamos el estallido social que arrancó en noviembre del 2019 en Colombia, que se interrumpió por la contingencia generada por el COVID pero que se avivó en abril del 2021. La brutalidad con el que el gobierno Duque intentó reprimir el clamor popular no hizo más que echarle gasolina al incendio. El descontento general tuvo que ver, primero, con la propuesta de Reforma Tributaria que propuso el ministro de hacienda Alberto Carrasquilla al congreso. Y después con la brutalidad policial. La derecha tildó este legítimo levantamiento popular como una toma guerrillera. La verdad este no fue el primer estallido social, hay un precedente y fue el del 14 de septiembre de 1977.


El presidente era un liberal, Alfonso López Michelsen. Fue el primer gobierno post Frente Nacional y heredó una deuda de su antecesor, el conservador Misael Pastrana quien había obtenido la presidencia después de unos fuertes rumores de fraude electoral.  El mismo año en el que fue elegido, 1974, el gobierno López impuso unas medidas económicas que tenían como fin atenuar el déficit fiscal. Estas medidas son reconocidas históricamente como el primer paso de un gobierno colombiano hacia el neoliberalismo. La Colombia del periodo 1974-1978 empezó a cimentar el horror que se impondría en la década del ochenta. Empezó a nacer el narcotráfico y el gobierno, en su empeño por reducir gastos, desmontó derechos que se había ganado a pulso el trabajador colombiano.


Sin embargo la bomba de tiempo estallaría el 14 de septiembre de 1977. Se empezaron a coincidir más de 100 huelgas de todos los sectores productivos. Como sucedería cuarenta años después con el gobierno Duque, quisieron apagar el incendio con Napalm. El ministro de gobierno de López, Rafael pardo Buelvas, declaró los paros como manifestaciones subversivas. El 14 de septiembre se decretó un paro cívico que tenía las siguientes exigencias: Suspensión del estado de sitio, aumento del salario en un 50%, jornada de trabajo de ocho horas, abolición de la reforma administrativa entre otras exigencias. El país se insufló de un clima de revolución. Si bien los sindicatos fueron los que principalmente impulsaron el paro y la movilizaciones a ellas se sumó otro sector que siempre prende la mecha de los cambios: los estudiantes, los jóvenes. En ciudades como Medellín y Bogotá se montaron barricadas que recordaban el Mayo Francés. Se bloquearon las vías de las principales ciudades del país, se pusieron tachuelas en el asfalto y escombros en las esquinas. Además de las dos ciudades anteriormente nombradas se sumaron Bucaramanga, Cali y Barranquilla. En los barrios populares -como sucedería en Cali en el 2021 con Puerto Rellena- fue donde se levantaron las manifestaciones.


Lejos del diálogo el gobierno no escuchó a nadie y reprimió. Oficialmente fueron 33 los muertos y hubo tantos detenidos que se tuvo que habilitar la plaza de toros de la Santamaría para meterlos a todos. Se contaron más de 3.000. Si bien se consiguieron algunos objetivos, como el aumento salarial y el levantamiento del estado de sitio, los participantes de estas huelgas fueron perseguidos durante el gobierno de Julio César Turbay que se caracterizó por su mano dura: su estatuto de seguridad es uno de los ejemplos de represión más duros que ha vivido el país.


Septiembre de 1977 fue un mes que no se olvidará en el país, se demostró que los cambios y la verdadera democracia tenía que vivirse en las calles. Los que no aprendieron nada fueron otros gobiernos de derecha que, lejos de escuchar el clamor del pueblo, lo que hicieron fue responder con bala y garrote como sucedió con la reacción de Iván Duque en el 2021.

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