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Así fue como se hundió la Consulta Popular y revivió la reforma laboral en el Senado

  • Foto del escritor: Óscar A. Chala
    Óscar A. Chala
  • 16 may
  • 9 Min. de lectura

Por: Oscar A. Chala, investigador de la Línea de Democracia y Gobernabilidad



Fueron tres los primeros golpes que recibió el gobierno en el Senado


El ambiente ya estaba caldeado desde la noche anterior, cuando en varios encontrones, el debate que se había abierto para fijar la posición sobre la pertinencia de la Consulta Popular se había contaminado entre las acusaciones de “manos manchadas de sangre”, gritos y acusaciones de todos los datos de querer perjudicar los derechos de los y las trabajadores.


Así llegaban las bancadas a una jornada que comenzó media hora tarde y a la que asistieron finalmente los 105 senadores convocados, y que en su mayoría ya habían cantado los votos. La decisión de las bancadas del Partido Conservador, Cambio Radical y el Centro Democrático fue votar por el NO, mientras que en los partidos independientes se disputaban los últimos votos para lograr la cifra mágica de 53, la necesaria para asegurar la mayoría.


El debate comenzó con un choque entre el bloque de gobierno y los sectores independientes y opositores por definir el orden del día. La denuncia de senadores como Iván Cepeda y la bancada del Pacto Histórico fue de un entrampamiento para impedir la discusión y la votación de la Consulta, que ya Cepeda había señalado que sería votada ese día desde la semana anterior. La respuesta de la oposición fue respetar el orden que, según ellos, se pactó el día anterior y que incluía, entre otras cosas, la discusión de la apelación de la reforma laboral, presentada hace dos meses por el senador verde Fabián Díaz.


Allí estuvo la manzana de la discordia y en parte tanto los retrasos como las posteriores derrotas que tuvo el gobierno a lo largo del día.



Esto es importante, porque al final la oposición, en una movida para evitar la votación de la Consulta Popular, decidió volcarse a apoyar la apelación con su firma. La estrategia ya estaba cantada desde la jornada anterior, cuando Angélica Lozano, en su intervención, planteó la disyuntiva entre revivir la reforma laboral y tramitarla en tiempo récord, o aprobar la Consulta Popular y darle al gobierno oxígeno y discurso con fines electorales, y ya se había puesto en el debate desde la semana anterior, cuando Lozano dio visos de apoyar la Consulta, pero también dio alas para revivir la laboral en caso dado de que la Consulta no pasara.




Crónica de un hundimiento anunciado




Luego de más de 3 horas de discusión entre mediodía y las 3:55 pm, finalmente se abrió la votación para la Consulta. Abrieron registro de la votación a las 3:58 pm y lo cerraron a las 4:00 pm. Miguel Uribe, cuando vio que ya tenían los votos, comenzó a gritar "cierren, cierren, ciérrenlo, Cepeda" y Cepeda dio la orden.


El problema surgió cuando el senador Edgar Díaz emitió voto manual, habiéndose cerrado ya el registro. El secretario del Senado, quien llevaba el conteo, asumió por un gesto de su dedo que había votado por el SÍ, pero luego fue hasta la mesa a aclarar que votó NO. Allí comenzó el conteo de votos, en el que se armó una gran marejada de personas sobre la mesa directiva de la corporación, y en ese momento Benedetti se lanzó contra el secretario al ver —según él— que presuntamente se había cambiado votos y había votos repetidos.




El llamado “papel de la discordia”, en el que el secretario del Senado, Diego González, contabilizó los votos de Édgar Díaz e hizo el conteo de votos manuales que hundieron la Consulta Popular. Fuente: X (Twitter).


Tras el arranque de Benedetti, en el que quiso arrebatarle el conteo de los votos al Secretario del Senado, Diego Alejandro González, y con los gritos de la oposición a los ministros del gobierno y a los senadores de la bancada oficialista, el Secretario subió hasta la Presidencia y allí emitió el resultado. La oposición comenzó a gritarle "fuera" a la gente del Pacto, que  se comenzó a agolpóarse contra la tarima y devolvíaer los gritos de la oposición. María José Pizarro pidió la apelación de la votación señalando que habían sucedido irregularidades en el cierre de la votación y el conteo, pero Cepeda, tras haber llamado a la policía para contener el orden y proteger a González, declaró que "por condiciones adversas no se puede seguir haciendo la sesión, se levanta la sesión".


Con 49 votos en contra y 47 a favor, la Consulta terminó hundida. De inmediato las denuncias de fraude arreciaron en la sala, mientras que Pizarro, junto con Benedetti y otros senadores salían a dar sus declaraciones. La oposición celebró con júbilo. “No nos dan miedo las amenazas de Petro. Ganamos en el congreso; ganaremos también las calles. La pesadilla de gobierno se acaba en el 2026. Colombia tiene futuro.” dijo Miguel Uribe en su cuenta de X.




No obstante, desde el inicio de la jornada se podía presuponer que la tendencia sería a que la Consulta se hundiría, especialmente porque los conservadores y Cambio Radical apelaron a la disciplina de bancada para evitar que los 3 votos cantados a favor de la consulta en cada uno de sus partidos, pero también porque Benedetti realizó mal los cálculos políticos y se confió de que, con los votos del Partido de la U, de ASI y los que contaba del Verde y de los Liberales sería suficiente para al menos llegar a 53.


La realidad fue que, como lo advertimos el martes pasado, los votos de liberales como Alejandro Carlos Chacón (que tiene una mini-reforma laboral de su autoría en trámite por la Comisión Séptima de Senado) o el de Angélica Lozano (que se terminó decantando por la apelación de la laboral desde la noche anterior) y otros que se tenían en la cuenta y que terminaron volteándose a último momento descuadraron las cuentas.


Fuente: Fundación Paz y Reconciliación (Pares)
Fuente: Fundación Paz y Reconciliación (Pares)

Otro escenario donde el Gobierno también tuvo problemas en su cálculo fue en el volantazo que dio de rechazar la apelación a apoyarla. Aunque Benedetti había dicho en momentos anteriores que apoyaría cualquier iniciativa que estuviera a favor de los trabajadores (como de apoyar pasivamente la mini-laboral de Chacón), se dio la pelea durante las 5 horas del debate por no permitir que esta iniciativa siguiera su trámite. El viraje de Benedetti y Antonio Sanguino, ministro del Trabajo, por apoyarla cuando comenzaron a suponer que quizás no estaban los apoyos seguros para la Consulta, terminó siendo una derrota tanto en lo discursivo como en la estrategia del gobierno por mantenerse “con las botas puestas” hasta el último momento.


El cálculo de Benedetti y Sanguino giró sobre hacer una negociación que no tenía ningún atisbo de seguridad: permitir que se tramitara la apelación y que la laboral reviviera, pero al mismo tiempo que la Consulta popular fuera aprobada. Lo que no estaba en el cálculo de Benedetti y Sanguino es que, posiblemente de haberse aprobado ambas opciones, el trámite hubiera incurrido en vicios procedimentales de constitucionalidad, tanto porque habría redundancia entre las preguntas de la Consulta Popular y la revivida reforma laboral (junto con la mini-laboral, que también hace trámite), así como se superpondrían mecanismos sobre un mismo tema.


Lo que terminó sucediendo es que, con el inusitado apoyo a la laboral, el argumento de la oposición de que ya no se necesitaba la Consulta porque la causa de la misma se caía por su peso, porque habría un nuevo trámite. Lo que se esperaba que se tradujera en potenciales votos terminó siendo el factor que más arraigó los votos de la mayoría de los senadores, que ya estaban fijos.


De hecho, la variación de las votaciones entre lo que ponderamos desde la Línea de Democracia y Gobernabilidad y los votos en la sesión fue poca, con solo 2 votos de diferencia entre las proyecciones a favor de aprobar la Consulta y 3 votos de diferencia con los que la negaron. Esta diferencia se mantuvo, en parte, porque hubo dos votos que el Pacto Histórico no pudo sumar, el de Martha Peralta Epieyú, senadora del MAIS y el de Richard Fuelantala, de AICO, que estaban ausentes en el momento de la votación.




Así, el gobierno perdió en los 4 escenarios de votación, en el andamiaje discursivo con el que quiso justificar su repentino cambio de opinión y apoyo a la apelación de la reforma laboral, y en el cálculo político.


No obstante, la derrota del Gobierno es táctica, mientras que su proyección busca los escenarios futuros



Fuente: Colombia Informa
Fuente: Colombia Informa

En cierto sentido, la posibilidad de que la Consulta se cayera en Senado estaba en las cuentas del gobierno, especialmente tras el hundimiento de la Ley de Transfuguismo y los choques entre el Ejecutivo y el Legislativo luego del hundimiento de la reforma laboral, las marchas del 1ro. de mayo, el acto simbólico de la espada de Bolívar y los llamados a la radicalización democrática contra el Congreso.


También era posible la viabilidad de que el gobierno concibiera al final revivir la laboral como última opción, luego de los movimientos de Benedetti por apoyar todas las iniciativas, como la mini-laboral de Chacón con mensaje de urgencia, mientras indicaba que el camino del gobierno solo sería llegar al escenario de la Consulta. Sin embargo, la apelación puede significar una fuerte derrota para el gobierno en el corto plazo, por dos cosasrazones:

a. Porque en el trámite express que los independientes y la oposición harán de la reforma laboral, en cabeza de Angélica Lozano, los cambios que se pueden realizar sobre el articulado pueden ser mucho mayores que los que el gobierno tiene en sus cuentas. Tanto Lozano como Paloma Valencia y otros senadores indicaron que buscarían que la reforma fuera lo más concertada posible con todos los actores posibles, lo que implica que sus puntos álgidos y que han generado más ruido en la opinión pública, como el recargo nocturno y dominical, pueden cambiar.


b. Porque en caso de hundimiento de la laboral en los próximos 37 días, no está seguro de que el gobierno pueda sostener y canalizar la capacidad de movilización que ha adquirido con sus bases sociales, ni tampoco pueda oxigenarla y mantenerla con la convocatoria a una nueva Consulta Popular.


De hecho, el gobierno está cometiendo un error que no tuvo en esta primera convocatoria, y es haber ampliado y dispersado los temas en las preguntas que se formularon. Petro, horas después de hundida la Consulta, apeló a incluir preguntas de la reforma a la salud en un nuevo cuestionario si revive la estrategia en el futuro, lo que puede costarle apoyo, especialmente de haber quemado gran parte de su capital político moviendo las dos reformas a la salud que presentó en 2024.


Pero esta derrota puede concebirse como una estrategia a largo plazo, en tanto el gobierno está logrando construir la narrativa de que el Congreso está en contra de los intereses de la gente y que han sufrido de una “traición” y “fraude” por parte del Legislativo. Esto es importante porque de esta forma el gobierno y su proyecto político pueden empezar a articular sus bases alrededor de un nuevo mito que permita la supervivencia de la izquierda en un escenario post-Petro en 2026.



Y es que, aunque al final la idea del fraude se ha venido decantando con el paso de las horas, el gobierno ha logrado instalar en la opinión pública la narrativa de que el Congreso ya no responde a los intereses de sus electores, sino de los grupos de interés y los gremios a quienes representan, por lo que está plenamente justificado buscar salidas plebiscitarias para expresar, en su criterio, la voluntad del pueblo.


Es por ello por lo que la salida del gobierno ha sido convocar de nuevo a las calles, pero con la diferencia de que no lo hace en el mismo momento en el que se hunde la Consulta, sino que lo proyectó para el próximo lunes 19 de mayo, haciendo un llamado a las asambleas populares y a los cabildos abiertos para que sesionen y “decidan el camino que el país debe tomar”, en sus palabras.


El gobierno, así, renunció a la posibilidad de convocar un paro nacional en su propia boca, que terminabda de agravar los choques con las élites y llegar a un punto de no retorno con ellas, pero también buscando construir el escenario espontáneo que necesita para que la chispa de un potencial nuevo estallido emerja en la coyuntura. La pregunta que queda es ¿podrá hacerlo?

El hundimiento de la Consulta no solo marca una derrota táctica del gobierno, sino también un punto de inflexión: si el Ejecutivo no redefine su relación con el Congreso y logra articular su base social con una agenda clara y cohesionada, el proyecto de ‘radicalización democrática’ podría verse cada vez más acorralado entre los márgenes institucionales y la volatilidad política. La Consulta cayó, pero la pugna por el modelo laboral, democrático y político sigue en pie.


2 comentários


wanglin7566
19 de mai.

La situación política en el Senado, como menciona Óscar A. Chala, parece haber tomado un giro inesperado con el hundimiento de la Consulta Popular y el resurgimiento de la reforma laboral. Este tipo de eventos resalta la fragilidad del diálogo político en nuestro país. Si bien la política puede sera caótica, siempre es bueno encontrar un espacio para la creatividad y la diversión. Para aquellos interesados en explorar nuevas formas de expresión, les recomiendo probar スプランキー , un innovador juego de creación musical que combina ritmo y entretenimiento.

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raghavroyseo
17 de mai.

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