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Roy Barreras: el irresistible encanto de un camaleón político

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    Iván Gallo - Coordinador de Comunicaciones
  • hace 1 día
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: hace 9 horas

Por: Iván Gallo - Coordinador de Comunicaciones




Hace unas semanas Roy Barreras anunció que sacará una serie por TikTok. Serán capítulos de ocho minutos en los que contará su vida. Una de las virtudes que ha alargado su carrera política durante más de veinte, a pesar de sus escándalos, es la capacidad que tiene de reírse de sí mismo. A finales de la década pasada sacó un show de comedia que alcanzó a presentar en el Astor Plaza de Bogotá, se llamaba El culo de Antanas. El desafortunado nombre se le ocurrió a Roy porque creía que ese lugar era lo más limpio de la política colombiana. Médico, liberal, uribista, comediante y petrista, acaba de ganarle la pelea a un cáncer y, a pesar del descrédito que le han traído sus escándalos, su piel es dura y cambiante, y está listo para aspirar a la presidencia, de la mano del asesor político más brillante de la historia del país: Angel Becassino, a pesar de que el fantasma de Papá Pitufo lo ronda.


A principios de febrero, desde Londres, Roy Barreras recibió, vía La W radio, la noticia: era protagonista de un nuevo escándalo. Su nombre también apareció en la marquesina, al lado de Papá Pitufo. El exministro de Comercio, Luis Carlos Reyes, aseguró que mientras era el presidente del Congreso, Barreras, con su eterna sonrisa, le pidió que designara dos recomendados suyos para puestos claves en la Dian de Buenaventura y Cali. Vale recordar que Diego Marín Buitrago, señalado como el zar del contrabando, manejaba la Policía Aduanera y a funcionarios de la Dian como Omar Ambuila, y así pudo establecer y fortalecer su imperio del contrabando, que le generaba 8 billones de pesos de ganancias anuales.

  

Según Reyes, Barreras le entregó dos hojas de vida de dos recomendados para ocupar altos cargos en la Dian. Reyes fue director de esta entidad en los dos primeros años del gobierno Petro y fue uno de los funcionarios destacados de esta administración. Un día después de los señalamientos, Barreras salió a la arena en la red social X donde escribió este mensaje: “¿Tanto temor le tienen a que juguemos algún papel en el destino de 2026? Nada opinaré por ahora sobre esa campaña electoral que se avecina, pero (vienen) una batalla y una guerra sucia que no deben detener a quienes, de buena fe, quieran construir para Colombia una solución estable y no odiadora”.


Cuando conocí a Roy Barreras, entendí por qué la gente que lo rodea lo define como un tipo encantador. Fue el 20 de junio de 2022, faltaban minutos para que Gustavo Petro fuera proclamado como el primer candidato de izquierda en ganar unas presidenciales en Colombia. Estábamos esperando los resultados en el Movistar Arena y Roy salió, con una chaqueta azul tipo salvavidas, a saludar a los medios. Los muchachos de Fucks News salieron a interpelarlo, a hacer el tipo de periodismo que les reporta tantos clics, y Roy, rápidamente, dejó de ser el blanco de las bromas para bombardearlos a preguntas y reventarlos de risa.  Barreras ya estaba enfermo, tenía el cáncer de colon que se haría público en septiembre de ese año, pero en ese momento rezumaba salud.

 

Hijo de un médico caleño, Roy ejerció la medicina hasta llegar a los cuarenta años. Desde entonces ha sido uno de los operadores políticos más eficientes. Ha demostrado que no le importa el color político sino el poder del que manda. Por eso no tuvo empacho en crear, en la primera década de este siglo, el Partido de la U, en honor al entonces todopoderoso presidente Uribe, de quien fue uno de los escuderos más incisivos defendiendo su reelección. Cuando llegó Santos, mudó de piel y fue uno de los defensores acérrimos del acuerdo de paz. La relación fue tan cercana, que Roy nombró a Santos padrino de su segundo hijo.

  

En ese gobierno protagonizó un escándalo: fue señalado de adueñarse de la EPS Caprecom. La lucha por esa prestadora de salud llevó a la quiebra de la misma. Daniel Coronell, en una de sus columnas, lo bautizó como un Judas Iscariote de la política colombiana. Era demasiado flexible.

  

En la presidencia de Iván Duque se pasó a la oposición de centro. Duró 14 meses tratando de armar el centro hasta que las divisiones internas, traducidas en siete candidatos presidenciales, lo inclinaron a apoyar a Petro. Fue en enero de 2021, en plena pandemia. El lugar fue Florencia, Italia. Según ha contado Petro y el mismo Roy en varias entrevistas, la consolidación de la alianza no pudo ser más cinematográfica: ambos caminando por las empedradas calles de la cuna del Renacimiento. Allí acordaron una alianza que le garantizaría a Petro ampliar su espectro político. En las elecciones de 2018 había logrado un tope histórico para un candidato de izquierda: superar las barreras de los 8 millones de votos. Pero con Roy en sus filas estos votos se ampliaron hasta los 11 millones. Por eso, en la tarde del Movistar Arena, a Roy poco o nada le importaba que dos humoristas se burlaran de él.

 

Sus problemas de salud lo alejaron del gobierno. Muchos afirman que, si se hubiera mantenido como presidente del Congreso, Petro no hubiera tenido los problemas que padecen sus reformas sociales. Se fue a la embajada en Londres y desde allá le empezaron a salpicar escándalos. En enero de 2023, la Fiscalía le abrió una investigación formal sobre una red de corrupción con recursos destinados para la paz en Colombia. Ese mismo año, la Corte Suprema le abrió investigación por la supuesta entrega a dedo de un millonario contrato en el canal del Congreso. Y así, debajo de una roca, siempre le va a aparecer un nuevo escándalo, ya sea por supuesta corrupción o por sus acostumbradas traiciones. Dentro del progresismo, figuras como Gustavo Bolívar han cuestionado su vinculación con el gobierno del cambio, pero Roy siempre tendrá la calma necesaria para soltar un chascarrillo. Pocos han olvidado que, además de médico y político, este hombre es novelista, poeta y comediante. En 2022 se estrenó en el stand up ‘El culo de Antanas’, con el que empezamos este artículo. Un fracaso absoluto del que también se levantó.  El irresistible encanto de Roy lo ha salvado más de una vez. ¿Le seguirá alcanzando para las acusaciones que le vendrán encima por el caso Papá Pitufo?


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