Por: Juan Manuel Torres Erazo. Coordinador oficina regional Pares-Pacífico
En el Distrito de Buenaventura se vienen recrudeciendo los fenómenos de violencia. Hasta el 31 de mayo 2019 reportaban 46 homicidios versus 26 personas asesinadas en el mismo periodo del año pasado, un incremento del 77,0% según los datos de Policía. En las últimas semanas ha desmejorado la percepción de seguridad por una serie de homicidios y delitos de alto impacto y por la desconfianza contra las autoridades debido a la vinculación de uniformados de la Policía con el crimen organizado y los grupos armados.
Dicha situación se vio reflejada en el intento de asonada contra la Policía la noche del martes 28 de mayo en el barrio Colón mientras adelantaban la persecusión de una persona armada: la población les reclama por sus actuaciones desmedidas en algunos de sus operativos. Los señalamientos se agravan porque el subcomandante de la policía local, Mayor Cristhian Adrián Torres Castellanos y un patrullero fueron capturados acusados de tener alianzas con el Clan del Golfo.
Las autoridades locales adelantaron un Consejo de Seguridad el pasado lunes 27 de mayo encabezado por la alcaldesa Maby Yineth Viera y la gobernadora del Valle Dilian Francisca Toro, entre las decisiones tomadas está la de militarizar las comunas 10 y 12, prohibir el parrillero hombre, traer cuerpos élite de la policía y reforzar los controles en toda la ciudad.
Para terminar de agravar lo que viene aconteciendo y mostrar las medidas tomadas como insuficientes, comenzando junio no paran las afectaciones sobre la juventud y ni mejora la confianza con las autoridades policiales, pues sucedieron este fin de semana festivo dos hechos que ahondaron la sensación de zozobra en la población.
En primer lugar el atroz crimen que acabó con la vida de Diana Tatiana Rodríguez de 11 años de edad y que fue encontrada muerta en la mañana del domingo con signos de violencia sexual y maltrato físico, lo que motivó a que miles de personas se unieran a una marcha en rechazo al cruel asesinato de Diana Tatiana el día martes 04 de mayo en la tarde.
En las últimas horas el CTI de la Fiscalía y la Sijín de la Policía Nacional capturaron a Jhon Eduard Quintero Urquiza, tío de la víctima, a quien acusan de haber abusado, asesinado e intentar desaparecer el cuerpo. Al parecer ya aceptó su autoría cuando se entregó por miedo a represalias de la comunidad. Están esperando los resultados de las pruebas para comprobar su responsabilidad y la de otros involucrados en el feminicidio agravado en concurso heterogéneo con acceso carnal violento con menor de 14 años. Pero en otro suceso del martes en la noche, muere en el barrio San Francisco la persona identificada como Mauro Portocarrero Riascos producto de varios disparos y a quien vinculan en la violación, desaparición y asesinato de Diana Tatiana.
En segundo lugar, en un hecho confuso, ocurrió la muerte del comerciante Rubén Darío Gómez Herrera sobrino del reconocido empresario Alfonso Gómez (‘Carepalo’), cuando un joven de 24 años que está diagnosticado con problemas mentales y que prestó servicio militar en el pasado, despojó del arma de dotación a un policía al adelantar labores de control el lunes festivo. Con pistola en mano comenzó a disparar en una calle céntrica de la ciudad hasta descargar el proveedor e intentar darse a la fuga. Los hechos quedaron registrados en videos que son virales en las redes sociales mientras que las discusiones, señalamientos y críticas recaen sobre nuevamente sobre la policía.
Frente a estas complejidades en Buenaventura y el papel de las autoridades, levanta la voz el líder social Leonard Rentería, quien argumenta que los jóvenes del área urbana de Buenaventura parecen condenados a transitar los senderos de la muerte, en una guerra donde pagan los más pobres. Leonard ha sufrido amenazas, desplazamiento y ha estado expuesto a violencias directas, tiene esquema de protección y vive en el barrio donde encontraron el cuerpo de Diana Tatiana.
Los datos le siguen dando la razón cuando en el 2019 el 68,6% de los muertos por homicidio en el área urbana tienen 30 años o menos de edad. Las cifras también muestran que el homicidio se concentra en tres comunas de la ciudad que son la 10, 11 y 12, donde ocurrieron 24 de los 35 asesinados en el área urbana frente a 8 en zona rural y 3 homicidios en zona de carretera.
Desde Pares-Pacífico hablamos con Leonard de temas referentes al cruce que se presenta entre el orden social violento y la juventud en Buenaventura, en el marco de unas autoritades con la credibilidad minada y de una paz que no se nota.
La lucha por la juventud bonaverence
JMT: ¿Quién es Leonard Rentería?
LR: Soy una persona que trabaja en lo social, en las comunicaciones y el arte. Mi reconocimiento ha sido por esa veeduría hacia la institucionalidad, por ese trabajo comunitario alrededor de las realidades de la juventud, siempre denunciando. La confrontación se da a partir de observar las realidades territoriales que tocan la emocionalidad. Me he caracterizado por criticar a los gobiernos sobre lo que se está haciendo mal, no con críticas vacías sino llegando a los espacios a proponer, ingresando a los territorios a trabajar con jóvenes.
Hace diez años estábamos en la pelea por la Política Pública de Juventud, esa lucha que ha sido eterna y la logramos en el 2015 y quedó un documento, que no es el mejor, pero nosotros necesitábamos que se aprobara porque luego íbamos a trabajar en los ajustes. La juventud es un sector poblacional que lamentablemente ha sido lanzado a la violencia, que ha sido excluído, estigmatizado y que requiere la atención de todos los bonaverences.
JMT: ¿Quién es el joven de Buenaventura, qué perfiles podemos encontrar?
LR: Hay varios tipos. Están los que siguen creyendo en la educación como una herramienta de transformación. Hay otros que han tenido que escoger entre estudiar o resolver sus necesidades básicas. Está también el joven que en su adolescencia la violencia condicionó su conducta y comenzaron a relacionarse con la ilegalidad, sea por la vía del consumo de drogas y hasta llegar a formar parte de los grupos.
Tambpoco hay que desconocer que la juventud en Buenaventura ha estado ligada culturalmente al arte y por este medio intentar mejorar sus condiciones de vida, están en la tensión entre salir adelante y contextos donde no han tenido el respaldo, acompañamiento y la presencia institucional. Habitan en territorios hostiles que están constantemente en disputa, sea por los intereses empresariales o por las rutas del narcotráfico: la misma realidad de violencia los ha arropado.
JMT ¿Hay procesos juveniles para rescatar?
LR: Pienso que hay muchos procesos significativos sin los cuales Buenaventura estaría peor de lo que hoy está: si la mayoría de su juventud no está perdida o en lo ilegal es porque hay procesos en los territorios. Por ejemplo, estrategias de prevención social del delito por medio del deporte, el arte y la cultura; ejercicios de memoria, acompañamiento a víctimas; recuperación de espacios como las esquinas; otros trabajan lo medio ambiental, defensa de los DD.HH etc.
Los riesgos de entrar a los senderos de la muerte
JMT ¿A que te refieres en tus publicaciones con el concepto de los senderos de la muerte?
LR: Son todos esos senderos que articulados terminan conduciendo al joven hacia la muerte, realidades que ponen a cualquier joven en mayor riesgo de encontrarse con la muerte. Las estadísticas hablan solas: la mayoría de los que han caido en la ola de la violencia son jóvenes. Te vas por un lado y te encuentras la falta de oportunidades, falta de opciones terminan llevando al joven hacia delinquir o encuentran un actor armado ilegal de los que hay en todos lados dispuestos a darte un arma y ofrecerte un dinero para que te vincules.
JMT ¿Que cambios sugieres para entrar en un sendero de oportunidades?
LR: Una apuesta es tomarse los territorios. Sí los grupos armados ilegales que no son una mayoría considerable han logrado construir una agenda alrededor de la violencia, ¿por qué la institucionalidad, de la mano con las organizaciones que están haciendo trabajo, no se toman los territorios para desarrollar una agenda alrededor del tema de la paz?
Desconfianza creciente hacia las autoridades
JMT: ¿Crees que es posible establecer lazos de confianza con las autoridades, especialmente la Policía?
LR: En algún momento comencé a desconfiar de la Policía por muchos antecedentes y circunstancias que viví en mi barrio: esa no es nuestra policìa me decía. Pienso que comencé a recobrar la confianza cuando en una ocasión estaba promoviendo una marcha, la Policía me llamó, me preguntó dónde vivía y llegaron a mi casa, un subcomandante pidió información sobre la acciones programadas. Yo le expliqué las razones por el incumplimiento de temas relacionados con la juventud, que la idea no es entrar en choque. La Policía ese día no fue con la lógica de interrumpir sino de acompañar.
JMT ¿Qué se puede hacer lograrlo?
LR: Ellos comenzaron bien con un trabajo adelantado con una organización que se llama Iniciativas de Paz en el marco de los Acuerdos. Un grupo de policías estaban comenzando a tejer relaciones comunitarias, se podía dialogar con ellos, hacer de mediadores entre la Fuerza Pública y la gente.
Hay que profundizar en lo anterior pero también fortalecer la investigación. Es que cuando te encuentras que el subcomandante actual es capturado por nexos con organizaciones criminales, uno dice: pero sí es que la cabeza, que puede dar órdenes, tiene esas relaciones, ¿cuántas órdenes vienen desde arriba?
JMT ¿La brecha parece hacerse más grande entre la población y la Policía?
LR: Al ver el enfrentamiento reciente de la gente con la Policía, opino que no estoy de acuerdo con ninguna acción donde la comunidad tenga que enfrentarse a la Policía, eso no conduce a nada y perpetúa la violencia. Peleamos con quien no tenemos que pelear y eso nos impide establecer las sinergias para resolver los problemas. Pero tampoco hay que negar que el proceder judicial no es el mejor: hay un abuso de autoridad muy marcado en Buenaventura.
JMT ¿La militarización de ciertas zonas de Buenaventura a qué contribuye?
LR: En algunos casos va a frenar el accionar de algunos actores. Pero puede traer situaciones de ‘falsos positivos’ con gente que nada tiene que ver con temas de delincuencia. En el pasado se ha visto a los militares vinculándose con las adolescentes del territorio y poniéndolas en riesgo. También depende de cómo la comunidad los recibe, aunque la militarización de por sí no resuelve nada de raiz.
La conveniencia de la violencia y los intereses sobre el territorio
JMT ¿Aquién le conviene que exista un orden social violento?
LR: Coincidencialmente, o no se si tanto, la violencia ha estallado justo en los territorios donde en algún momento por x circunstancias va haber algún tipo de proyecto. Por ejemplo, en la comuna 5, toda la violencia que se vivió y años después tuvimos TCBUEN (Sociedad Portuaria Terminal de Contenedores de Buenaventura). Sin olvidar lo que sucedió en Cristo Rey y Balboa, que es la zona donde ahora está la Sociedad Portuaria y que fue de los primeros ejercicios de sacar a las comunidades porque llegan las grandes empresas. Luego en la comuna 12 que ha sido epicentro de la violencia llega el CAEB (Centro de Actividades Económicas de Buenaventura).
Los intereses están sobre la tierra y es difícil que las empresas privadas cumplan con los protocolos de consulta previa, lo ven como los enemigos que quieren oponerse al desarrollo, cuando nosotros queremos entender hastá donde piensan llegar con el ‘desarrollo’.
JMT ¿En Buenaventura hay jerarquías criminales o crees que son muchas delincuencias desarticuladas?
LR: Aquí hay jerarquías, no es posible creer que cada quién está por su cuenta. Esto funciona como cuando tu contratas a una empresa x para que haga algún trabajo, no se sabe quién las contrata y con qué propósito. Acá, por ejemplo, hace mucho rato se habla de las relaciones entre la ilegalidad y quienes llegan al poder.
JMT ¿le encuentras alguna explicación a los hechos recientes de violencia, hay muchas hipótesis e información circulando?
LR: Mucha gente asume que parte de lo que está pàsando es desenlace por la muerte de alias Trompi. Pero ves que la dinámica está territorializada y no es generalizada, y como se dan varias realidades uno termina desconcertado sin poder concentrarse en un punto para encontrar respuestas de dónde está surgiendo todo. Parece que existiera una planificación para no entender concretamente qué es lo que hay detrás, ¿fronteras invisibles, ajustes de cuentas, extorsión, reacomodamientos?
La paz con las Farc y efectos sobre los procesos sociales
JMT ¿Qué impactos crees que generó el proceso y el acuerdo de paz en la dinámica social de Buenaventura?
LR: Fue favorable en la lógica de entender que podría existir la tranquilidad, entonces la gente cree en el proceso: en la posibilidad de caminar hacia la paz. Pero cuando se contextualiza todo, se termina cuestionando, pues la paz no es un ejercico que vayamos a vivir ahora mismo porque con quien se firmó el acuerdo, que fue las Farc, no es predominante su accionar acá en el territorio urbano, m´ñas en lo rural, y además no se han desmantelado los grupos criminales. Estamos aterrizando los alcances del acuerdo con una institucionalidad que no ha entendido la coyuntura para avanzar hacia la paz.
JMT ¿Consideras que el Paro Cívico de Buenaventura de 2017 aprovechó una ventana de oportunidad que abrió el acuerdo de paz para que afloraran otros conflictos?
LR: El Pero Cívico fue una buena oportunidad para hermandar a la comunidad en una lucha y poder llevar el mensaje que Buenaventura puede caminar hacia un cambio cuando. Logramos movilizarnos en la calles y que el Estado nos prestara atención. Aunque luego se falló en la comunicación entre el comité central y las bases, tanto así que hasta ahora no se conoce lo suficiente hasta dónde se ha avanzado y da lugar a a críticas.
Faltó pensarse más el despues de. Creo que después de un paro cívico se debe tener una propuesta política para poder hacer posible que se cumpla lo acordado. Pero eso debió ser claro desde un principio, porque nunca se habló de la posibilidad de avanzar hacia la dinámica electoral.
El otro mensaje, que es difícil, es la no hay articulación entre los candidatos alternativos, el panorama que queda ante la comunidad es que se pasó de una lucha conjunta a que cada quién vaya por su lado y terminen por dividir a la población. Hay reflexiones para hacer en el camino y ojalá conduzcan a la articulación, a discutir en consenso para buscar una salida política propia. Hay unas transformaciones por hacer y las comunidades tienen que asumir el protagonismo.
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