top of page

El Ministerio de la Igualdad, el gran fracaso de Francia Márquez

  • Foto del escritor: Iván Gallo - Coordinador de Comunicaciones
    Iván Gallo - Coordinador de Comunicaciones
  • hace 1 día
  • 3 Min. de lectura

Por: Iván Gallo Coordinador de Comunicaciones




Francia Márquez viene de La Toma, Cauca. Desde que tenía 15 años aprendió a ser líder. Una multinacional minera quería quitarles el río que ha besado sus orillas desde hace siglos. Fue acosada, amenazada, ignorada. Pero su voz fue más potente que cualquier ruido. Ha sido un referente mundial del cuidado del medio ambiente. Se convirtió en una líder en el Pacífico. A través de un grupo de WhatsApp movilizó a comunidades enteras -sobre todo de mujeres- y puso una cifra histórica en la consulta popular del Pacto Histórico: 700.000 votos. Este resultado fue decisivo para que Petro la escogiera como fórmula vicepresidencial, por encima incluso de otros nombres, como el de María Emma Mejía.


Francia Márquez le daba al actual presidente una frescura que no tenían muchos de sus aliados de otros partidos como Armando Benedetti, quien, además de sus escándalos personales que incluyen denuncias de violencia de género, cargaba con el sambenito de ser un efectivo operador político, es decir, podía pactar con cualquier tipo de partido político, algo que molestaba profundamente al seguidor de Petro caracterizado por su espíritu progresista, algo parecido a lo que despierta Roy Barreras, quien incluso llegó a ser uno de los mosqueteros más fieles de Uribe y promovió su reelección.


Así que, para Petro, Francia Márquez era un personaje puro, lejos de cualquier tipo de vestigio de los viejos vicios politiqueros. Francia fue una bocanada de aire puro en la alcantarilla de la política colombiana, en donde se incluía la izquierda colombiana. Era común decir de la gente que votaba por el Pacto Histórico “Yo no voto por Petro, yo voto por Francia”. Era vicepresidente e iba a tener algún tipo de relevancia, tendría incluso un ministerio propio, el de la igualdad.


El 4 de enero de 2023 se inauguró el ministerio, pero este nunca despegó. Un año después, el diagnóstico era inapelable, el ministerio había fracasado. En un gobierno con tantas dificultades para ejecutar, el ministerio solo lo hizo con el 0,2% del presupuesto designado de los 1,3 billones de pesos para 2024. Hemos hablado con gente cercana al gobierno y, en lo que coinciden es que Francia Márquez, a pesar de sus innegables condiciones humanas, de sus dotes como lideresa, no tenía condiciones para estar al frente de un ministerio, por su falta de experiencia en las políticas públicas.


Empezaron a llegar denuncias, se afirmaba que ese ministerio estaba hecho para crear 744 nuevos puestos para el Estado, además se crearon cinco viceministerios para alimentar aún más la burocracia. A medida que el escándalo crecía, se expandía, las viceministras iban renunciando. Así lo hizo la viceministra Luz María Múnera; la viceministra de mujeres, Diana Gómez y el viceministro de diversidades, Juan Carlos Florián. El Ministerio de la Igualdad era un barco que se estaba hundiendo.


El tiempo pasó y Francia Márquez terminó siendo una vicepresidenta más, es decir, un personaje completamente aislado, ninguneado por el propio gobierno y que además ha tenido que recibir una fuerte reprimenda por parte de las mismas comunidades negras. A comienzos de esta semana, el líder y activista afro Alí Bantú publicó un video en donde se cuestiona seriamente a la vicepresidenta, le reprocha el haber recibido con bombos y platillos el año pasado al príncipe Harry, símbolo del colonialismo mundial y, además, le reprocha estar recibiendo consejos de alguien tan contrario al gobierno como es Álvaro Leyva:


“Vicepresidencia y ministerio juntos, pero hay que ejecutar de verdad. Malos consejos de Leyva que ahora el mismo Leyva no reconoce”. Este video fue compartido desde sus redes sociales por el presidente Petro, lo que deja en evidencia que la distancia entre los dos es cada día más grande. En otro aparte, Bantú se extiendo aún más en las críticas: “La vicepresidenta no logra ver más allá de sus cejas. Tiene un problema con leer el país en el que vive, con entender las múltiples opresiones que vive no solo la gente negra, sino la mayoría de los colombianos”.


Ninguneada, callada, arrinconada, el final de la gestión de la vicepresidenta está siendo muy triste, algo que no se merece una figura de las dimensiones de Francia Márquez.

bottom of page