Diego Cadena, el abogado de Uribe que hizo una fortuna defendiendo narcos duros
- Iván Gallo - Coordinador de Comunicaciones
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Por: Iván Gallo Coordinador de Comunicaciones

Este martes, 8 de julio, se acabó el juicio al expresidente Álvaro Uribe por manipulación de testigos. Desde mayo, cuando se abrió la última fase del juicio, pasaron 95 testigos. La defensa de Uribe practicó su mantra de “dilatar, dilatar y dilatar”, pero al frente tuvo la entereza de una jueza como Sandra Liliana Hernández. El próximo 28 de julio tendremos el fallo definitivo y sabremos si Uribe será condenado o no.
Uno de los grandes perjudicados en este tema es el abogado Diego Cadena. La Fiscalía General de la Nación pidió un fallo condenatorio contra él y otro abogado, Juan José Salazar, por presuntamente presionar a exparamilitares para que cambiaran la versión de sus declaraciones y enlodaran al senador Iván Cepeda.
Desde hace unos años ha sonado con fuerza el nombre de Diego Cadena, pero ¿quién es él?
En septiembre de 2014 ocurrió en el Senado uno de los más trascendentales debates que recuerde esta institución: Iván Cepeda intentaba demostrar los nexos del entonces también senador Álvaro Uribe con la creación del Bloque Metro y su cercanía a círculos mafiosos. Las pruebas las venía recopilando desde 2009 cuando, entrando a las cárceles del país y también de los Estados Unidos, acompañado algunas veces por personajes como Piedad Córdoba o Danilo Rueda, se entrevistaba con paramilitares de peso como Salvatore Mancuso, Pablo Hernán Sierra o Juan Guillermo Monsalve. Uribe, aguerrido, sabedor de que no existe mejor defensa que un buen ataque, abandonó el recinto para interponer una demanda contra Iván Cepeda ante la Corte Suprema, por el delito de manipulación de testigos.
La investigación se alargó lo suficiente como para que Uribe repitiera legislatura en el Congreso. Cuidadoso, como buen penalista que es, el expresidente se reunía en su finca en Rionegro, que resulta siendo su base de operaciones y lugar donde realiza sus cónclaves, para ver qué fichas mover en sus estrategias políticas. En febrero de 2016, Mario Uribe, su primo, barajó un nombre: Diego Cadena. Acostumbrado a relacionarse con dos pesos pesados del derecho nacional, Jaime Lombana y Jaime Granados, el nombre de Cadena era desconocido en el círculo de Uribe y también en los grandes medios.
Cadena no se caracterizaba por ser un gran litigante; su especialidad era ayudar a capos de la mafia a entregarse. Su lista de clientes es realmente escalofriante. Entre sus defendidos están Diego León Montoya, conocido como “El señor de la guerra” o “Don Diego”, líder del cartel del Norte del Valle, quien, a punta de sus millones, pudo corromper a políticos de ese departamento y a altos oficiales del ejército. Don Diego, capturado en 2007, tenía excelentes relaciones con el Chapo Guzmán. Cadena también defendió a Diego Pérez Henao, fundador de la temida banda “Los Rastrojos”, además, arrancó su vida delictiva como sicario a sueldo y luego se convirtió en un gran capo de la mafia; Víctor Patiño Fómeque, un exagente de la policía que se volvió mafioso gracias a la habilidad que tenía con los químicos. En 2023, el narcotraficante Francisco Javier Zuluaga, alias Gordo Lindo, salió de la cárcel. Su caso se convirtió en un escándalo, ya que se hizo pasar como paramilitar para recibir los beneficios de Justicia y Paz.
Mario Uribe le recomendó a Cadena y lo llevó a una reunión a Rionegro, en 2016, donde se lo presentó a su primo, el expresidente. Para los despistados, Mario Uribe fue representante a la Cámara, senador y presidente del Senado. Gracias a la investigación de la Corporación Arco Iris, se descubrieron sus lazos con el paramilitarismo. Fue condenado y después absuelto. Mario Uribe era un hombre curtido en los bajos fondos del derecho en donde —según lo reconoció el propio Cadena —, él era un “abogánster”, un tipo destinado a hacer algunas triquiñuelas que necesitaba el empantanado caso de Uribe, quien ya percibía que podría írsele en su contra.
Por eso fue designado para ir a hablar en la cárcel La Picota con Juan Guillermo Monsalve, testigo estrella del caso Uribe y a quien ya referenciamos en el capítulo sobre la creación del Bloque Metro. Con un poder otorgado por el propio presidente Uribe sobre la hora —el caso estaba a punto de pasar a otra instancia (HAY QUE PRECISAR ESTE DETALLE) — Cadena visitó a Monsalve y le pidió cambiar su versión como testigo en el caso Uribe a cambio de prevendas. Lo que desconocía el autodenominado “abogánster” es que estaba siendo grabado por el reloj-cámara que tenía el exparamilitar. Ahí quedó la frase en donde Cadena presiona a Monsalve y le exige que firme “el hijueputa documento”. Monsalve no era la única persona a la que visitaba Cadena en La Picota. También, como se comprobó revisando la lista de visitantes, entre 2016 y 2018, realizó varias visitas en ese lapso al condenado secuestrador Enrique Pardo Hasche quien, por esos años, estaba en el mismo patio con Monsalve. Por estos hechos, Cadena fue detenido el 12 de agosto de 2022, cuando fue sorprendido por las autoridades justo antes de abordar un vuelo a México. Dos años después, por vencimiento de términos, fue liberado. Hasta abril de 2025 su caso continuaba siendo investigado y abierto.
Cuando Cadena tenía abiertas sus redes sociales, su ostentación solo era comparable a la de Jenny Ambuila, la hija de Omar, el funcionario de la Dian por el que se descubrió la corrupción que rebozaba en esa institución en Buenaventura.
En las fotos se podía ver cómo colgaba en sus muñecas Rolex de 150.000 dólares, se desplazaba por las destartaladas calles bogotanas en Lamborghini, un auto que en Colombia cuesta tres millones de dólares y en donde no hay vías para exprimirle su potencial. Además de este auto de alta gama, Cadena, que sabía negociar con los bandidos a los que defendía, se le sumaban en Bogotá cuatro camionetas Toyata Sahara; un Penthouse en el barrio Rosales que había negociado en 2016 en 239 millones de pesos, un precio extremadamente bajo para la ubicación y tamaño del inmueble; tenía en la carretera a Tunja un predio que le compró en 600 millones de pesos al dueño del equipo Patriotas; poseía seis apartamentos regados en las ciudades de Bogotá, Cali y Roldanillo; una empresa en Delawere y otra en Miami.
No podemos pasar por alto que si bien fue Mario Uribe quien llevó a Rionegro y presentó a Cadena a Uribe, fue Abelardo de la Espriella, quien es del resorte del expresidente, quien dio su recomendación decisiva. La misión de Cadena era “desmontar el montaje” pero todo resultó al revés. Pocas veces Uribe ha pagado tan caro una de sus equivocaciones, como sucedió con el “abogánster”. En las redes sociales es obvia la comparación con Abelardo de la Espriella. Sus mocacines de 5 millones de pesos, sus trajes de colores rechinantes y su jet privado. Porque Cadena tiene jet propio, valorado en 8 millones de dólares y cuya matricula es N119 TC.
Su impericia ha quedado en evidencia en las mismas indagaciones que ha tenido durante el juicio. En abril de 2025, se vivió una escena que se acercaba peligrosamente a la ópera bufa. Iván Cancino, el abogado que lo está defendiendo en este juicio, lo regañó en público y le exigió estar más concentrado con las preguntas que le hacía la fiscal.
Vale aclarar que, desde el 26 de enero de 2023, la Comisión Nacional de Disciplina Judicial suspendió a Cadena por sus actuaciones irregulares en el mismo caso por el cual es procesado Uribe, por presunto fraude procesal y soborno a testigos.
Cadena es uno de los personajes más oscuros y claves para entender las complejidades del juicio de Uribe. Otra de las personas que recibieron dinero de Cadena pudo haber sido Carlos Enrique Vélez, quien también dio su versión en el juicio, en abril de 2025. Una de las frases de Vélez sobre el trato que realizó con Cadena, resume la condición del abogado. “Entre bandidos uno se da la palabra”.
Es llamativo por qué Uribe, teniendo a dos de los penalistas más reconocidos del país, terminó confiando en un abogado que había hecho fortuna, logrando acuerdos jurídicos para mafiosos y paramilitares.