Cayó uno de los terrores de las disidencias de las Farc
- Redacción Pares
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Por: Redacción Pares

Un día de horror vivió el occidente de Colombia por culpa de las disidencias de las Farc. Fueron por lo menos 15 atentados reflejados en bombas, ataques sicariales contra la población en los departamentos del Valle y Cauca. Uno de los fines con estas acciones era crear un corredor entre Cauca y Huila, para eso estaba encomendado el insurgente conocido como alias Chilonga. El ministro de Defensa, Pedro Sánchez, lo describió así: “Este individuo había sido designado para consolidar un corredor de movilidad entre Cauca y Huila, clave para el accionar delictivo de esa estructura. Era uno de los mayores articuladores de terror en el suroccidente del país”.
Iván Mordisco está desatado y en este momento se constituye como uno de los mayores peligros que sufre la democracia colombiana. Chilonga era uno de sus hombres más fieles. Las acciones que terminaron con su muerte fueron dirigidas por la policía y el ejército. Era el cabecilla de uno de los bloques móviles llamado Isaías Pardo.
Las labores de Chilonga tenían que ver con extorsión, reclutamiento de menores, operaciones logísticas del narcotráfico e intimidación de las comunidades. Porque uno de los principales objetivos de las disidencias es el ensañamiento contra firmantes de paz, exFarc que se han mantenido fieles a los compromisos adquiridos desde noviembre de 2016, cuando firmaron los acuerdos con el presidente Juan Manuel Santos. El verdadero nombre de este insurgente era Wilmar Pazu Rivera, tenía más de dos décadas dentro de la organización y después de los acuerdos de paz ganó importancia. El lugar donde cayó, según relató el Comando Conjunto de Operaciones Especiales, CCOES, fue en el municipio de Páez, específicamente en el caserío de Las Dalias.
Durante la ola de terrorismo que han activado las disidencias han muerto ocho personas. Se repite que se suman 19 acciones terroristas en apenas un día. Sumado al atentado contra el candidato del Centro Democrático Miguel Uribe Turbay, la última semana que ha vivido el país pone en entredicho una de las políticas banderas del presidente Gustavo Petro. La gente cada vez cree menos en la posibilidad de una paz total, el máximo anhelo que debemos tener como colombianos. Pero, viendo este tsunami de violencia, las condiciones aún no están debidamente establecidas para conseguirlo.
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