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Al borde de la extinción: el mono Tití de Caquetá

Por: Conflicto, paz y postconflicto-Pares


Muchas especies emblemas de la biodiversidad en Colombia vivieron durante la guerra una doble realidad. Por un lado, los actores armados controlaron en muchas zonas el tráfico ilegal de fauna silvestre, lo que agudizó la amenaza de extinción para muchos animales habitantes de la Amazonía colombiana. Según los registros, hay un solapamiento geográfico entre zonas que habitan especies imprescindibles para la estabilidad ecosistémica con los núcleos de deforestación en el país.

En el año 2010, los científicos Marta Bueno, Thomas Defler y Javier García descubrieron una nueva especie de mono tití en las selvas del sur de Colombia. Se trató del Mono Tití del Caquetá (Callicebus caquetensis), una especie endémica de Colombia que en la zona era reconocido como ‘Tití barba roja’. En los bosques de Cartagena del Chairá y San Vicente del Caguán se concentra la reducida población del Tití del Caquetá. Durante el conflicto armado, la Columna Teófilo Forero de las FARC circuló por el ecosistema del mono, lo cual contribuyó a que el fenómeno de la tala y la expansión de la frontera agropecuaria no llegara a dimensiones trágicas para esta especie. 

Hoy, la disidencia del Frente 14 ha dado vía libre a los madereros ilegales, a la par que la minería ilegal se toma los cuerpos hídricos que garantizan la sostenibilidad ecológica del Amazonas colombiano. El hábitat del mono Tití del Caquetá se encuentra fragmentada por la deforestación en áreas protegidas del sur del país, y la población se encuentra disminuida a menos de 250 monos adultos.

Estrategias contra la degradación ambiental en ‘zonas postfarc’

El carácter disperso y aparentemente acéfalo de la deforestación en Colombia ha significado que las autoridades ambientales nacionales, regionales y municipales replanteen sus hojas de ruta. Hay varias iniciativas, no todas promovidas desde el gobierno, para hacerle frente a la debacle ambiental en el sur del país desatada con la salida de las FARC. Comunidades, gobierno nacional, Corporaciones Autónomas, excombatientes y empresas han puesto en marcha varios planes en virtud de restaurar ambientalmente varias zonas del país que fueron afectadas ambientalmente por el conflicto, y que actualmente aún se encuentran en vulnerables ante los nuevos rostros de la criminalidad en las regiones.

  1. Bosques de paz (Gobierno Nacional) Programa construido por el Ministerio de ambiente como una oportunidad de integrar a las comunidades habitantes de áreas de alto interés ambiental para restaurar ecosistemas y construir un monumento vivo de la paz en territorios de antigua influencia de la guerrilla de las FARC.

  2. Monitoreo Biológico ETCR La Macarena (Excombatientes FARC) Iniciativa de excombatientes que adelantan su proceso de reincorporación en el ETCR Urías Rondón, en dónde se realizó una investigación para identificar las especies de fauna que habitan la zona para ordenar el territorio de acuerdo a los corredores biológicos en el área rural de La Macarena.

  3. Burbujas Ambientales (Gobierno Nacional) Esta es una estrategia de focalización, en la cual diferentes sectores del Estado colombiano (Ejército, Min Ambiente, Corporaciones Autónomas, etc.) se articulan departamentalmente para llevar a cabo monitoreo, prevención y control de fenómenos como la deforestación y la contaminación de cuerpos hídricos.

  4. Delimitación de páramos (Gobierno Nacional) De los 37 páramos que hay en territorio colombiano ya han sido delimitados. El Ministerio de Ambiente ha venido adelantando una de las tareas comprometidas por el Estado colombiano en La Habana: La zonificación ambiental. Aunque han surgido conflictos con comunidades residentes en los páramos, el gobierno nacional ha actualizado el inventario ecológico del país para renovar técnicamente los planes de manejo ambiental en zonas de antiguo control de la guerrilla de las FARC.

¿Qué está pasando con el Mono Tití del Caquetá?

La distribución geográfica del mono Tití del Caquetá es de 100 kilómetros, que coinciden determinantemente con los municipios más deforestados del país. La presencia de cultivos y prados para el ganado, que no existían en la zona hace 2 años, han generado una dispersión peligrosa para el mono Tití ya que debe cruzar cada vez más prados abiertos y alambres de púas para llegar a nuevos fragmentos de bosque. La violencia residual de los desertores de las FARC, junto a la expansión del Clan del Golfo y el fortalecimiento de mafias regionales, ha generado que no sean más de 10 kilómetros cuadrados los que hoy tiene este primate para alimentarse, reproducirse y demás fases de su ciclo vital.

En varias ocasiones, el Tití del Caquetá ha sido confundido con el mono churuco, que también habita la zona. El tráfico de fauna silvestre se suma a las amenazas ya mencionadas. Corpoamazonía ha reportado monos Titís en manos de ilegales y dispuestos a ser comercializados en el mercado ilegal. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) ha declarado esta especie en peligro crítico de extinción.

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