
Este fin de semana el gobierno de Gustavo Petro siguió moviéndose. Algunas cabezas cayeron, otros enroques se confirmaron. Alexander López, quien estaba en el DNP, llegó a la jefatura del despacho. Benedetti, la piedra de la discordia en el famoso consejo de ministros, reemplazó a Juan Fernando Cristo en el ministerio del interior a quien el presidente le terminó cobrando la supuesta gripa el día que decidieron meterle una cámara a esa reunión de gabinete. Los movimientos seguirán dándose. Se rumora que Luis Carlos Reyes, ministro de comercio, saldría. Esta salida no es una retaliación por haber enlodado, entre otros funcionarios, a Roy Barreras en el caso de Papá Pitufo. La decisión se habría tomado días atrás.
Pero tres semanas después, luego de que Gustavo Petro se fuera de gira por el medio oriente, todas las heridas parecen cerradas. Susana Muhamad aceptó seguir trabajando con Armando Benedetti. En la carta que le entregó al presidente afirmó que renunciaba porque pensaba más como persona que como funcionaria y habían rayas que ella no estaba pensando en cruzar: “No es que sea él o yo, eso sería egocéntrico de mi parte, pero más bien es decir yo no estoy dispuesta a tener todos los riesgos políticos y jurídicos que implica estar en un proceso de cambio tan complejo como el que impulsa el presidente Petro con una persona en el despacho del presidente como Armando Benedetti”. El consejo se dio el pasado 4 de febrero y tenía como principal objetivo tratar -en teoría- la crisis humanitaria derivada de la ofensiva del ELN en el Catatumbo.
Con la nueva movida de ministros el presidente piensa acercar más a los partidos liberales y conservadores y mantenerlos en la coalición de gobierno.