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El Clan del Golfo intenta expandirse en Antioquia

Por: Línea Paz, Posconflicto y Derechos Humanos

Foto tomada de: Infobae y Caracol Radio


El departamento de Antioquia desempeña un papel crucial en la economía colombiana, ya que concentra una de las mayores producciones de oro en el país y contribuye significativamente al PIB nacional, representando el 15% de este. Es por ello que ejercer el control territorial en Antioquia se convierte en una estrategia fundamental para cualquier estructura criminal, ya que esto les permitiría incidir de manera constante en los asuntos que marcan la agenda económica, política y social del país.


No en vano, según datos de la Fundación Paz & Reconciliación (Pares), en este departamento se registra presencia de cinco grupos armados ilegales. El Clan del Golfo, que abarca 59 municipios, lidera en términos de expansión territorial; seguido por el Ejército de Liberación Nacional, presente en 31 municipios; el Estado Mayor Central (EMC), con presencia en 19 municipios; Los Caparrós o Los de Abajo, con influencia en 11 municipios; y la Segunda Marquetalia, que opera en 4 municipios. El Clan del Golfo, el ELN el y EMC tienen profundas raíces históricas en diferentes lugares del departamento que poseen ciertas características geopolíticas relevantes para estos grupos armados ilegales.


El Clan del Golfo se caracteriza por su presencia en zonas costeras y fluviales, regiones fronterizas, centros urbanos y corredores de tráfico de drogas del departamento de Antioquia, donde pueden proteger sus intereses económicos, como la minería ilegal y el narcotráfico. Algunos de los municipios con una fuerte historia de paramilitarismo en Antioquia son Turbo, Necoclí, Carepa y Puerto Berrío, entre otros. Por otro lado, los grupos armados guerrilleros como el ELN y EMC se ubican en áreas montañosas y rurales, selvas y bosques, corredores fluviales, áreas fronterizas y zonas estratégicas desde el punto de vista político o económico de las organizaciones. Algunos municipios históricamente afectados por las guerrillas son Ituango, San Andrés de Cuerquia, Zaragoza, Yondó y otros. Este nuevo panorama de conflicto territorial agrega complejidad a la situación de seguridad en Antioquia.


Mapa No. 1 Presencia de Estructuras Armadas Iilegales en Antioquia 2023

Elaborado por: Fundación Paz & Reconciliación (Pares). Fuente: Sistema de Información de la Fundación Paz & Reconciliación (Sipares)


El cese al fuego entre el ELN y el Gobierno Colombiano en el marco de la propuesta de Paz Total del gobierno de Petro, y la posibilidad de instalar una mesa de diálogo entre el Estado Mayor Central (EMC) y el Gobierno, ha dado lugar a nuevas dinámicas del conflicto en varias de las subregiones de Antioquia. Estos cambios en las dinámicas están dados por las incursiones del Clan del Golfo en áreas que históricamente estuvieron bajo el dominio de grupos guerrilleros. De esta manera, se han incrementado las incursiones y enfrentamientos entre el Estado Mayor Central y el ELN contra el Clan del Golfo, que ha evidenciado unas alianzas entre estos grupos guerrilleros para defender el control territorial sobre las intenciones de expansión del Clan del Golfo en el departamento.


Un ejemplo de ello es lo que ocurre en la vereda San Pablo, ubicada en el municipio de Cáceres. El 23 de agosto de 2023, aproximadamente 30 hombres armados pertenecientes al Clan del Golfo llevaron a cabo una masacre que resultó en la trágica muerte de seis personas, incluido el líder de la asociación de barequeros de la vereda. Además, capturaron a cinco individuos vinculados al ELN y al Estado Mayor Central, quienes fueron mantenidos como prisioneros de guerra hasta ser finalmente liberados el 06 de septiembre de 2023 y entregados a organismos internacionales y locales, como la Misión de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia (MAPP/OEA), el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), la Iglesia Católica, la Personería Municipal de Tarazá y la Comisaría de Familia de este municipio.


Esta situación también ha tenido un impacto significativo en otras subregiones del departamento, en particular en el Norte y Nordeste Antioqueño. El 29 de julio de 2023 se desencadenaron múltiples enfrentamientos entre el Clan del Golfo y el ELN, lo que lamentablemente resultó en la pérdida de una vida civil y el desplazamiento forzado de más de 150 personas en la zona rural del municipio de Segovia. Además, en la subregión del Norte, el Estado Mayor Central ha perpetrado asesinatos y amenazas contra líderes sociales en el municipio de Ituango, acusándolos de colaborar con el Clan del Golfo, según lo informado por Óscar Yesid Zapata, un defensor de derechos humanos afiliado a la Fundación Sumapaz.


Estas incursiones del Clan del Golfo en territorios que históricamente han estado bajo la influencia de grupos guerrilleros, como el municipio de Ituango, la vereda de San Pablo en Cáceres y algunas áreas montañosas, rurales y remotas en los centros poblados de los municipios de Segovia, Remedios y Anorí, plantean interrogantes cruciales.


Este fenómeno no se viene dando de manera exclusiva en este departamento, pues también en Córdoba el Clan del Golfo ha centrado su interés de expansión, según lo denunció la Defensoría del Pueblo en una de sus alertas tempranas. Este ente defensorial señaló que la estructura criminal ha intentado hacerse al control territorial en siete (7) municipios cordobeses; San Carlos, Ciénaga de Oro, Chimá, Sahagún, Chinú, San Andrés de Sotavento y Tuchín.


Hay que recordar que, desde finales de 2022, el Clan del Golfo como estructura armada también manifestó interés en participar en la propuesta de Paz Total del Gobierno, como salida dialogada al conflicto. Sin embargo, el mismo Gobierno manifestó la decisión de suspender las acciones de negociación con este GAO por su presunta participación en el Paro Minero que tuvo lugar en las subregiones de Nordeste y Bajo Cauca Antioqueño durante los meses de marzo y abril, ya que, según el Gobierno Nacional, dicha estructura armada ilegal orquestó y financió las acciones de vandalismo que se presentaron en medio de la protesta.


Lo anterior se relaciona con los intereses que tiene este GAO en el control de las economías ilegales en el departamento y que estarían impulsando dicha expansión territorial. Tanto las regiones del Nordeste Antioqueño y el Bajo Cauca cuentan con una gran cantidad de títulos mineros en el departamento, además de servir como corredores clave para el tráfico de drogas y presentar una fuerte presencia de cultivos de uso ilícito.


Otros factores que podrían motivar su expansión en Antioquia y en otras áreas del país, serían:


· Control territorial estratégico: el control de ciertas áreas puede proporcionar ventajas estratégicas, como el acceso a rutas de contrabando, la capacidad de esconderse en terrenos difíciles de alcanzar o el dominio sobre corredores de transporte clave.

· Poder político y social: el Clan del Golfo podría buscar influencia política y social en estas regiones, utilizando su presencia para ejercer presión sobre las comunidades locales y las autoridades.

· Lucha por recursos naturales: las áreas con ricos recursos naturales, como tierras fértiles o recursos hídricos, pueden ser atractivas para el control del Clan del Golfo, ya que les permitiría ejercer control sobre la producción agrícola y la distribución de agua, lo que puede generar ingresos significativos.

· Desestabilización y control del territorio: la presencia de grupos armados ilegales puede contribuir a la desestabilización de una región, lo que a su vez facilita el control territorial y económico. Esto puede incluir la extorsión a empresas y la imposición de impuestos ilegales.

· Protección de intereses criminales: además de la minería ilegal y el narcotráfico, el Clan del Golfo podría estar interesado en proteger otras actividades ilegales, como la tala ilegal de madera, la pesca ilegal o el contrabando de productos.


En resumen, la presencia y expansión del Clan del Golfo en Antioquia plantean desafíos significativos en el contexto del conflicto armado en Colombia. Antioquia, con su importancia económica y territorial, se ha convertido en un escenario crítico donde varios grupos armados ilegales compiten por el control. La reciente escalada de enfrentamientos y la alteración de las dinámicas de poder en la región, como resultado del cese al fuego entre el ELN y el EMC, destacan la complejidad de la situación.


Si bien se han planteado posibles motivaciones detrás de la expansión del Clan del Golfo, incluidos los intereses económicos y la dinámica de los procesos de paz, la realidad es que esta situación sigue evolucionando y generando incertidumbre en Antioquia y sus subregiones. La interacción entre factores políticos, económicos y sociales sigue siendo un tema de estudio crucial para comprender plenamente las dinámicas del conflicto en la región.


El Estado, las organizaciones de derechos humanos, la academia y la sociedad en general deben continuar monitoreando de cerca esta situación y trabajando juntas para abordar las causas subyacentes del conflicto y buscar soluciones que promuevan la Paz Total y la estabilidad en Antioquia y en toda Colombia. El camino hacia una salida del conflicto sigue siendo un desafío, pero es esencial persistir en la búsqueda de vías que permitan avanzar hacia un futuro más pacífico y justo, sobre todo para estos territorios tan profundamente afectados por décadas de violencia y conflicto armado.




 

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