La foto entre el presidente Gustavo Petro y la secretaria de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, Kristi Noem, sirvió para acallar las voces que se frotaban las manos y hablaban de una inminente desertificación de Colombia en Washington. Contrario a todos sus ritos Gustavo Petro llegó temprano a la cita el pasado jueves en el Palacio de Nariño, llegó incluso antes que su invitada, algo contrario a sus lógicas. En la reunión, que se llevó a cabo en un clima distendido, en donde Noem al parecer olvidó que Petro llamó en enero “Nazi” a la administración Trump por la manera indigna en la que eran devueltos al país inmigrantes colombianos, amarrados y tratados como criminales, estuvo presente la gran gestora del encuentro, Laura Sarabia, la criticada canciller colombiana quien ha logrado limar asperesas en una situación entre el gobierno nuestro y el de Estados Unidos que parecía irreconciliable.
Noem había pasado antes por El Salvador en donde la relación entre los mandatarios Bukele y Trump pasa por un momento de “luna de miel”. El salvadoreño dispuso las megacárceles de su país para que traslade el gobierno de Estados Unidos a los presos por migración que disponga, convirtiéndose en la nueva Guantánamo. Noem incluso posó ante las cámaras con las filas realmente impactantes de los presos detenidos en El Salvador.



