
Rodríguez Gacha fue un hombre tan poderoso como Pablo Escobar. Nunca escondió su origen campesino. Le gustaban los caballos, la música mexicana y el fútbol. En todos sus gustos se desbordó. Tenía caballos tan famosos como el azabache Tupac Amarú. Se decía que costaba 2 millones de dólares en 1986. Le tenía un apartamento en Bogotá. Lo sentaba en su misma mesa, como Calígula con su caballo Incitatus. Le gustaba el fútbol entonces compró un equipo, el Millonarios. Se gastó millones en esto. Se trajo jugadores mundialistas de Argentina. Tenía una hacienda que se llamaba Chihuaha otra que se llamaba Cuernavaca para adorar a sus dioses de la música mexicana. Por eso le llamaban el mexicano.
Buena parte de esta fortuna la consiguió no sólo a través del narcotráfico sino también por el despojo de tierras. Rodríguez Gacha dirigió y entrenó grupos paramilitares que incurrieron en el delito de desplazamiento a comunidades campesinas.