Para la ONU lo que está haciendo EEUU en el Caribe son “Ejecuciones extrajudiciales”

El jueves en la tarde un buque destructor que estaba apostado frente a Trinidad y Tobago, a unos 10 kilómetros de aguas venezolanas, decidió moverse del lugar después de estar cuatro días allí, generando aún más incertidumbre de la que hay desde el 2 de septiembre. Es que ese día los EEUU decidieron atacar con toda su fuerza a una lancha que presuntamente llevaba droga. Hasta el momento los ataques a lanchas se han multiplicado al igual que las víctimas. El clima se hace todavía más áspero por culpa de las declaraciones de Donald Trump quien no ha duda en afirmar que arrancará una ofensiva por “tierra” para acabar con un supuesto Cartel de los soles sobre el que no hay una prueba contundente.

Debido a estas acciones militares contra lanchas rápidas que presuntamente llevan droga al mar abierto, la ONU acaba de declarar como “ejecuciones extrajudiciales” estos ataques. El alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Volker Turck, después de recordar que estas acciones han muerto 60 personas se refirió a ella como “inaceptables” y ordenó a EEUU “poner fin a dichos ataques y tomar todas las medidas necesarias para evitar las ejecuciones extrajudiciales de las personas a bordo de esas embarcaciones, más allá del presunto comportamiento delictivo que se les atribuya”.

En su barrida a todo lo sensato el gobierno Trump ha querido incluso romper y negar la importancia de la ONU. Estados Unidos fue uno de los países que con más determinación decidió crear la ONU después de que Europa viviera el horror nazi. Ahora esto ha cambiado dramáticamente.

Para el organismo Washington está obligado a investigar los hechos porque estos están llenos de dudas. No se sabe incluso si efectivamente las personas asesinadas en estas lanchas pertenecen a un grupo criminal o están implicados en algo turbio: “Según la escasa información facilitada públicamente por las autoridades estadounidenses, ninguna de las personas que se encontraban en las embarcaciones atacadas parecía representar una amenaza inminente para la vida de otras personas ni justificaba el uso de la fuerza armada letal contra ellas en virtud del derecho internacional”.

Gustavo Petro, presidente de Colombia, ha rechazado con vehemencia estos ataques a pesar de que buena parte de la derecha colombiana los aprueba e incluso sugieren una intervención norteamericana en suelo norteamericano si esto serviría para sacar del poder a Nicolás Maduro. Igual se sabe el desprecio absoluto que siente esta administración por reconvenciones, sobre todo si es con la ONU, organismo con el que se encuentra distanciado.