Rodrigo Tovar Pupo ha afirmado ante la JEP estar muy arrepentido de todos los crímenes que cometió. Sin embargo, su compromiso con la verdad ha sido nulo. En Valledupar afirmaban que antes que la vorágine de la guerra lo consumiera, era un hombre prestante de la ciudad, un cantante de vallenatos ocasional que sus amigos adoraban por su humor indomable. Incluso llegó a ser cercano de Ricardo Palmera quien terminó convertido en uno de los hombres duros de las FARC, un tal Simón Trinidad.
Sin embargo, los que llegaron a conocer a los paramilitares en plena avanzada recuerdan a Jorge 40 como uno de los hombres más grises en la guerra. Algunos lo describen como un hombre “realmente perturbado, aislado, alguien que no salía de su carpa”. El caso es que la JEP lo rechazó en 2018 por su poco compromiso con la verdad. En mayo de 2023, la fundación Paz y Reconciliación registró justamente el momento en el que la JEP volvió a rechazarlo por su evidente falta de compromiso:
La Sala de Definición de Situaciones Jurídicas de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) rechazó el sometimiento de Rodrigo Tovar Pupo, alias “Jorge 40”, porque no proporcionó suficientes pruebas para demostrar su papel como vínculo entre la Fuerza Pública y los paramilitares. La JEP concluyó que “Jorge 40” no presentó información nueva que no estuviera disponible en la justicia ordinaria o en los procesos de Justicia y Paz, tras analizar la audiencia única de aporte de verdad que se llevó a cabo en Ibagué en enero de 2021.
El punto es que el temible comandante del Bloque Norte de las AUC, cuyo hijo, además, llegó a ocuparse de las víctimas en el gobierno de Iván Duque, le debe a la justicia y a los miles de colombianos a los que su legado de muerte les torció la vida. Su relato era muy importante para reconstruir los capítulos de violencia de la costa Atlántica que no han podido ser esclarecidos. Uno de esos eventos fue el asesinato del profesor y defensor de derechos humanos Alfredo Correa de Andreis.
Hay algunos miembros de este bloque que han podido contar verdades que han sido fundamentales a la hora de reparar víctimas. Uno de ellos es Edgar Ignacio Fierro Flórez, conocido como “Don Antonio”, cuyo computador fue fundamental para desentrañar las conexiones entre políticos y paramilitares. Otro fue José Gelvez Albarracín alias el Canoso.
Como recuerda cada tanto Verdad Abierta, se necesita saber el testimonio de Jorge 40 para conocer las entrañas de lo que se conoce como la “paraeconomía”. El computador de Don Antonio -en donde estaban los principales financiadores del Bloque Norte- se pudo reconstruir como este grupo paramilitar se nutrió de la contratación de departamentos como Magdalena y Atlántico.
Hay muchos cabos sueltos, se necesitan nombres, saber cuáles son los empresarios que estuvieron detrás del financiamiento paramilitar. Lo que se conoce son algunas conversaciones de Jorge 40 que quedaron grabadas en interceptaciones telefónicas: “Nosotros a los municipios no les quitábamos un peso, pero eso sí, a cada empresario que llegara a la región para enriquecerse como contratista, le gravábamos el 5% del 70% del valor de la obra”.
Se necesita saber quiénes son los políticos que ayudaron a los paras en la costa. Ya fueron condenados el exgobernador del Magdalena Trino Luna, también el exalcalde Francisco Zúñiga y el exsenador Dieb Maloof. Se necesita saber, desde hace 12 años, quiénes conformaban el “grupo de los ocho”, quiénes manejarían la política en el Cesar.
Otro aspecto que tiene que hablar y esclarecer Jorge 40 es el del carbón, qué tanto tuvo que ver las grandes multinacionales que operan en la costa para el financiamiento de paramilitares.
Además de todo esto, le debe el testimonio a más de 3000 familias que tuvieron que soportar el hecho de perder a un ser querido por su salvajismo. Jorge 40 apenas ha dado explicación por 600 casos, una tercera parte de lo que debe. A Agosto de 2025 urge que Roberto Tovar Pupo muestre algo de arrepentimiento si quiere hacer la paz más importante: la que cada persona tiene derecho a hacer consigo mismo.