“Goles por la Juventud y la Vida”: deporte, reconciliación y esperanza en las zonas vulnerables de Cúcuta 

En el barrio Los Alpes y el barrio Comuneros del municipio de Cúcuta, donde la violencia forma parte del día a día para muchos jóvenes, una nueva iniciativa se abrió camino como símbolo de reconciliación y paz.  

Se trata de “Goles por la Juventud y la Vida”, un proyecto comunitario que utiliza el deporte como herramienta para transformar conflictos, fortalecer el tejido social y construir cultura de paz en entornos marcados históricamente por la exclusión y la estigmatización. 

 La propuesta nace del trabajo articulado de Edson Fuentes del colectivo social La Gloriosa Banda Rojinegra, Emily Portillo de la Corporación Movimiento Analítico para la Transformación Social (MATS), y Brayan Gómez de la fundación La Banda del Indio. Su propósito común: hacer del fútbol una plataforma de encuentro, donde niños, niñas y adolescentes aprendan a resolver sus conflictos de forma pacífica, refuercen su identidad desde lo positivo, y construyan nuevas formas de relacionarse basadas en el respeto, la solidaridad y el diálogo. 

La iniciativa surge como respuesta al preocupante aumento de la violencia juvenil, especialmente entre adolescentes vinculados a barras populares de fútbol organizadas. Esta problemática, presente en varias comunas de Cúcuta, se alimenta de factores estructurales como la falta de oportunidades, la exclusión social, la presión de grupo, la normalización de la violencia y la carencia de referentes positivos. 

“Goles por la Juventud y la Vida” busca romper ese ciclo de violencia a través de la formación en habilidades para la vida, el fomento de la convivencia pacífica y la creación de espacios seguros para la juventud. Todo esto se desarrolló en dos escuelas deportivas donde se atendió a cerca de cuarenta y cinco niños, niñas y adolescentes provenientes de contextos vulnerables. 

Entre las actividades contempladas en el proyecto, se encuentra el diseño e implementación de una “caja de herramientas pedagógica” que sirvió como base metodológica para trabajar la transformación y resolución de conflictos, la cultura de paz y la comunicación asertiva. 

Asimismo, se llevaron a cabo tres talleres temáticos sobre convivencia, resolución de conflictos y cultura de paz, promoviendo la reflexión crítica y la empatía en los participantes. Estos espacios formativos no solo buscan cambiar actitudes individuales, sino también reconstruir los lazos sociales rotos por la violencia y la desconfianza. 

La estrategia también contempló acciones simbólicas y comunitarias, como la entrega de uniformes deportivos y la realización de un festival deportivo entre las dos escuelas participantes, como expresión del compromiso con la paz y la integración. 

Más allá del deporte, esta iniciativa apuesta por la construcción de un nuevo relato sobre la juventud cucuteña: uno donde los jóvenes no son vistos como una amenaza, sino como agentes de cambio, protagonistas de un proceso colectivo de reconciliación y transformación. 

“Queremos demostrar que, desde nuestras organizaciones, incluso las más estigmatizadas, podemos construir país, transformar realidades y ofrecer alternativas reales a la violencia”, afirmó Edson Fuentes, uno de los impulsores del proyecto. 

No obstante, los organizadores insisten en la importancia de crear alianzas público-privadas, acceder a subvenciones y donaciones, y consolidar redes de apoyo institucional que aseguren la sostenibilidad a largo plazo de este tipo de proyectos. 

Educación emocional, liderazgo y paz duradera 

Uno de los aspectos más valiosos del programa es su enfoque en la formación de líderes juveniles dentro de las organizaciones barras populares. Al capacitar a estos jóvenes en mediación de conflictos, comunicación asertiva y liderazgo social, se siembran semillas de transformación que pueden perdurar en el tiempo, incluso después de finalizar el proyecto. 

Estos líderes serán claves para replicar la experiencia en otros sectores de la ciudad, multiplicando su impacto y consolidando una red juvenil comprometida con la paz y la convivencia en Cúcuta. 

“Goles por la Juventud y la Vida” no solo representa una acción puntual, sino un llamado a mirar el deporte y el trabajo comunitario como caminos legítimos hacia la reconstrucción del tejido social, especialmente en territorios golpeados por la violencia, la pobreza y la falta de oportunidades. 

El modelo propuesto puede convertirse en una iniciativa de referencia nacional, ya que responde de manera integral a una problemática estructural mediante un enfoque participativo, cultural y educativo. 

En tiempos donde la juventud es constantemente señalada por su relación con fenómenos de violencia urbana, este tipo de apuestas recuerdan que cuando se les brindan herramientas, oportunidades y acompañamiento, los jóvenes no solo cambian su entorno, sino también el futuro de sus comunidades por medio de la generación de nuevas alternativas de vida, donde el fútbol es un medio de transformación social. 

El proyecto “Goles por la vida y la juventud” fue auspiciado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) en el marco de las Escuelas de Liderazgo Juvenil en Norte de Santander que adelantó la Línea de Jóvenes en Riesgo y Participación Juvenil de la Fundación Paz y Reconciliación (PARES). 

 

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