
La semana pasada la exministra de Igualdad y vicepresidente de Colombia, Francia Márquez, recibió otro golpe. Esta vez, por parte de la Sección Quinta del Consejo de Estado, que tumbó la personería jurídica de su partido “Soy porque Somos”. Este partido la había recibido el 20 de diciembre de 2023 por parte del Consejo Nacional Electoral, bajo el argumento de que tenía representación política tanto por la elección de Francia Márquez como vicepresidente, así como por la elección de Dorina Hernández como representante a la Cámara por el departamento de Bolívar dentro de la lista cerrada que se presentó a esta corporación en 2022.

Lo primero que aclaró Ximena Echavarría en sus declaraciones fue que la decisión de impugnar las personerías de estos partidos no fue premeditada bajo un argumento ideológico o político, sino como un ejercicio académico resultado de analizar la manera como estos partidos habían adquirido la personería.

Frente a esta interpretación, la trabajadora social y lideresa afro de Chocó, Luz Marina Becerra, quien declaró en el proceso como tercera interviniente, opuso en sus argumentos que era necesario mantener la personería jurídica de Soy porque Somos para romper la brecha de representatividad e incentivar la participación política de las mujeres afrodescendientes en un escenario de justicia racial y de género frente a la exclusión política en Colombia. No obstante, el Consejo de Estado tomó sus declaraciones a título personal y no los tuvo en cuenta en el momento del fallo.
Así como los procesos contra los 4 partidos a los que Echavarría les tumbó la personería, iban otros procesos que la abogada chocoana estaba liderando como demandante frente a la nulidad de la elección de Carlos Amaya como gobernador de Boyacá y de Irene Vélez como cónsul en el Reino Unido. Echavarría consideró que Amaya había incurrido en doble militancia, debido a su apoyo abierto a candidatos de partidos que no estaban en su coalición Boyacá Grande, que integraban los partidos Alianza Verde, Dignidad & Compromiso, En Marcha, Colombia Renaciente y Verde Oxígeno. El proceso de Amaya terminó cayéndose también en la Sección Quinta del Consejo de Estado, en tanto el alto tribunal consideró que Amaya no había incurrido en doble militancia, como lo denunció Echavarría en la demanda interpuesta.
Sin embargo, Echavarría sintió que igual tuvo una pequeña victoria en el tribunal: “El fallo fue en diciembre del año pasado (2024). Fue un fallo desfavorable para mí, donde el Consejo de Estado determinó que él no estaba en curso de doble militancia. Sin embargo, hubo un salvamento de voto y una aclaración de voto que me dan la razón. El salvamento vino de la magistrada Ana María Montoya, donde ella definitivamente determina que sí hubo un ejercicio de doble militancia —por eso ella no acompañó la decisión—, y una aclaración de voto de Omar Barreto, magistrado de la Sección Quinta, donde también acompañó la decisión, pero con unos reparos serios respecto de las definiciones de doble militancia”, indicó.
Frente a la demanda de Irene Vélez ante el Tribunal Administrativo de Cundinamarca, admitida por este tribunal el 15 de agosto de 2024, y que la abogada justificó en que su designación era irregular —ya que el acto administrativo que la nombraba daba la impresión de que ocuparía un cargo inferior (cónsul auxiliar), pero en la práctica, ejerció como cónsul general, con la finalidad de presuntamente eludir los requisitos exigidos para ese cargo—, Echavarría indicó que sentía cierta frustración por su posible nombramiento como directora de la ANLA.
A este respecto, respondió: “me tiene muy triste este tema de Irene, porque yo siento que es evadir un fallo judicial posterior. Ese proceso en este momento yo presenté los alegatos de conclusión junto con un colega, Juan Sebastián Camargo Antolínez. Presentamos los alegatos de conclusión el año pasado, como más o menos en septiembre, octubre, y ese proceso ya iba para fallo. Estoy segura de que iba a ser un fallo desfavorable para la doctora Vélez, donde iban a declarar la nulidad del acto administrativo que la puso”.
En ambos casos, Echavarría justificó estas demandas como un ejercicio de veeduría ciudadana. No obstante, en entrevista con El Tiempo de mayo de 2024, también indicó que hizo estas actividades como manera de sobrellevar su ‘tusa’ política frente a la desilusión que le había causado su salida del Partido Verde Oxígeno. Mismo argumento que también señaló en esta entrevista.
“La democracia está sufriendo un daño que de alguna manera tiene que ser solucionado” – Echavarría
Frente a la fragmentación de los partidos políticos en Colombia, Echavarría indicó que lo que ella considera como una “excesiva” dispersión de nuevos partidos con nuevas personerías jurídicas afecta la democracia al generar confusión en los electores y al debilitar la financiación de los partidos políticos establecidos. Argumentó que la proliferación de partidos no garantiza necesariamente una democracia sana, sino que puede derivar en problemas de corrupción y en una menor representatividad real en el país.
Según Echavarría, el Estado colombiano financia los partidos a través del Fondo Nacional de Financiación Política. Sin embargo, al aumentar el número de partidos, los recursos se dividen más, reduciendo el apoyo a los partidos ya establecidos. Esta falta de recursos limita la capacidad de estas colectividades para llegar a todo el país y motivar la participación política, en un contexto donde la abstención es un problema grave.
Echavarría también señaló que algunos partidos pequeños, sin vocación de permanencia o poder, terminan convirtiéndose en estructuras dedicadas a vender avales en las regiones, lo que afecta la transparencia del sistema político. Es desde esa postura que defendió su acción de presentar nulidades contra el reconocimiento de partidos que, bajo su criterio, no cumplen los requisitos legales, argumentando que, si no tenían derecho a existir jurídicamente, tampoco debían recibir recursos del Estado.
“La democracia está sufriendo un daño que de alguna manera tiene que ser solucionado y, en mi caso, consideré que la manera podía solucionarse ese problema era presentando las nulidades de los actos administrativos que reconocieron a esos partidos, pues porque si no tienen el derecho respecto de los requisitos jurídicos, ¿por qué van a tener un derecho respecto de los recursos del Estado para funcionar?” remarcó.
Echavarría también habló de su disputa con el Partido Verde Oxígeno

Frente a la denuncia que el Partido Verde Oxígeno interpuso contra Echavarría por presunta violación del secreto profesional y de incumplir con sus deberes como abogada en la Comisión Nacional de Disciplina Judicial, Echavarría reseñó en esta entrevista, de manera muy breve, su historia dentro de ese partido, habiendo indicado que llegó a ser veedora nacional y directora jurídica del mismo, luego de haberse conocido con Íngrid Betancourt, de la que Echavarría expresaba sentir bastante admiración.
“Yo llego a verde oxígeno en el 2022 como resultado del fanatismo y de una idolatría absurda hacia Íngrid Betancourt, porque siempre consideré que era la representación de lo que era el ejercicio político de una mujer transparente en Colombia. Siempre pensé que ella vivió situaciones difíciles en su ejercicio político por ser como era. Siempre me identifiqué mucho con sus maneras, con sus formas”, recalcó.
No obstante, Echavarría señaló que comenzó a recibir presunto maltrato psicológico y ataques por parte de Betancourt y de su equipo, luego de que la abogada comenzara a interpelar a la directora de su partido en varias decisiones al interior de la colectividad, lo que llevó a su salida en junio de 2023 y a una disputa jurídica en la que Echavarría demandó al partido por incumplimiento en el contrato laboral, junto con la posterior respuesta del Partido con una demanda por presuntas faltas a los deberes profesionales, por violar el secreto profesional, no entregar los bienes recibidos en virtud del cargo y no rendir cuentas, como lo señaló en su momento La Silla Vacía.
La discusión entre representación y participación política en el escenario preelectoral colombiano sigue firme tras la decisión del Consejo de Estado. Ya son 6 partidos los que han perdido en general su personería en estos últimos años (sumando los 4 indicados en este artículo junto con Creemos, el partido de Federico Gutiérrez y Nueva Fuerza Democrática, de Andrés Pastrana) y podrían sumarse en el futuro Poder Popular, de Ernesto Samper y Gente en Movimiento, de Mauricio Lizcano. En todos, hay intentos jurídicos por revivir estas personerías, pero es poco probable que logren subvertir el argumento del Consejo de Estado, especialmente frente a lo que señala el artículo 108 de la Constitución.