
En los años que llevo trabajando en la Fundación Pares, he acuñado un concepto: “Comunicación para la incidencia”. Decidí estudiar periodismo más por vocación e integridad que por la búsqueda de beneficios económicos. Fue en el camino donde me di cuenta de lo profundamente transformador que puede ser este oficio: la comunicación tiene el poder de cambiar el mundo. Podemos resolver problemas reales de las personas a partir de nuestro trabajo. Pero más que cambiar el mundo en su totalidad, podemos apostar por los cambios que nuestro país tanto necesita.
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Sostenibilidad de los proyectos: Uno de los mayores desafíos es garantizar la continuidad de los proyectos de comunicación para el cambio social, especialmente cuando dependen de financiación internacional que no siempre se ajusta a las prioridades locales.
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Adaptación tecnológica: A pesar del creciente acceso a Internet y a nuevas tecnologías, persiste una brecha digital en las zonas rurales y comunidades étnicas. Es esencial diseñar estrategias que incluyan a estos sectores, para evitar que las inequidades se reproduzcan.
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Protección de los y las comunicadoras: En un país donde ejercer el periodismo crítico pone en riesgo la vida de los comunicadores, las amenazas constantes son un obstáculo estructural que limita el impacto de la comunicación para la incidencia y el cambio social.
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Lucha contra la desinformación: La proliferación de noticias falsas y la polarización del discurso público representan un reto ético y operativo para quienes trabajamos en este campo.
La comunicación para el cambio social: una oportunidad para 2025
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Consolidación de narrativas locales: Las comunidades han demostrado su capacidad para contar sus propias historias. Acompañarlas y potenciarlas puede fortalecer los procesos de transformación social desde la base.
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El auge de las alianzas multisectoriales: Organizaciones de la sociedad civil, el sector privado y la academia han comenzado a colaborar en proyectos de comunicación para el cambio social, creando redes más amplias y sostenibles.
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El potencial de la tecnología: Las herramientas digitales son aliadas poderosas para amplificar las voces de las comunidades, siempre que se utilicen de manera inclusiva y estratégica.
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Generación de datos para la incidencia: En 2025, el acceso a datos más precisos sobre problemáticas sociales fortalecerá la capacidad de argumentación y advocacy en los diversos espacios de decisión.
La comunicación para el cambio social en Colombia en 2025 requiere una mirada integral que combine innovación, inclusión y sostenibilidad. Es un campo donde convergen creatividad y compromiso, y donde el mayor reto es convertir las narrativas en acciones concretas que transformen la vida de las personas. Como comunicadores, nuestro rol no es solo amplificar voces, sino también cuestionar estructuras, abrir caminos y construir puentes hacia un país más justo y equitativo.
Mientras la inteligencia artificial representa una amenaza para muchos oficios, la empatía inherente a la comunicación para la incidencia hace inconcebible que el corazón humano pueda ser reemplazado por un robot. Trabajar en comunicación para el cambio social en estos tiempos se convierte en una gran oportunidad para las nuevas generaciones de comunicadores. Por eso, durante este año, en Pares apostamos por trabajar en alianza con organizaciones en territorio, fortalecer nuestra relación con los grandes medios de comunicación, explorar la posibilidad de hacer red con portales alternativos en ascenso tanto a nivel nacional como internacional, y, sin duda, buscar una relación más fluida con los medios del gobierno actual para establecer un puente de comunicación entre la sociedad civil y los tomadores de decisión. Así, podremos generar los cambios sociales que nuestro país necesita.