El reinado de Pablo Escobar duró de 1978 a 1991. Estos fueron los años de esplendor de un narco que se convirtió en uno de los 30 hombres más ricos del mundo. Analistas afirman que si Escobar hubiera sabido guardar más prudencia con su imagen y mantener un perfil más bajo, este reinado sería aún más largo. Entre 1978 y 1984, fecha en la que asesina al ministro de justicia Rodrigo Lara Bonilla, Escobar atendía en su hacienda Napoles a senadores como el liberal Alberto Santofimio Botero, a generales de la república y a periodistas, todas las esferas de poder se acercaban a él con la pasión que lo hacen las moscas a la luz. Hay que recordar que en el momento en el que Santofimio se rindió a los pies de Pablo Escobar él era el presidente de la Cámara.
Santofimio, quien soñaba con tener una parte de su fortuna, convirtió a Escobar en su perro faldero. Lo llevó incluso a la posesión presidencial de Felipe Gonzalez. Testigos afirman que era tal el poder que tenía Santofimio sobre él que en una reunión el político puso a servir tragos en Madrid al Zar del narcotráfico.



