Álvaro Leyva: una puñalada en el corazón de Gustavo Petro

A comienzos de junio de 2022, un mensaje de Álvaro Leyva contra Rodolfo Hernández, en lo más álgido de la segunda vuelta presidencial, dejaba a las claras que, aunque venia de una tradición conservadora, Leyva tenía sangre progresista. En el duro mensaje, el político confrontaba al empresario santandereano, quien en ese momento tenía un cabeza a cabeza con Petro, para que saliera y diera la cara, ya que se había ido a los Estados Unidos y había rechazado incluso la posibilidad de un debate contra el candidato del Pacto Histórico. Leyva era el puente perfecto entre el centro y el progresismo. Desde el gobierno de Belisario Betancur, en 1985, demostró su voluntad de tender puentes hacia la paz. Por eso, Petro lo escogió como su canciller, una decisión ampliamente aplaudida.

La confianza que tenía el nuevo presidente en el viejo político era absoluta. Tenía dos misiones encomendadas por el propio Petro, estar pendiente de la paz total y reestablecer relaciones con Venezuela. Allí aparecerían los primeros roces. Leyva no estaba de acuerdo con el nombramiento ni con un supuesto mal comportamiento del embajador en Caracas, el siempre discutido Armando Benedetti, así que las quejas constantes llegaban al Palacio de Nariño.
 
Pero Leyva seguía firme en el Ministerio de Relaciones Exteriores. Petro estaba lejos de pensar en removerlo. Cuando lo hizo, fue contra su voluntad. Apareció el escándalo de los pasaportes y la inhabilitación para ejercer cualquier cargo público por parte de la Procuraduría. El presidente no pudo hacer nada. Leyva creía que podría seguir siendo una ficha importante para Petro, por eso esperaba un nuevo nombramiento en un cargo clave, pero este jamás llegó. Al contrario, el presidente cada vez lo fue apartando más hasta el punto de que, tal y como lo dice el artículo del diario El País de España, en donde se revelan unos audios que demuestran que Leyva estaría participando en una supuesta conspiración para derrocarlo. Jamás le volvió a contestar el teléfono ni los mensajes. Entonces, aparecieron desde hace dos meses una serie de cartas del excanciller, señalando las supuestas adicciones del presidente.
 
Según el artículo, el excanciller Leyva buscó en Estados Unidos la complicidad de Trump para tumbar a Petro, hacía parte de una estrategia de desprestigio para ir minando la credibilidad del presidente. Usando los contactos que tienen Leyva y su hijo dentro del Partido Republicano, alcanzaron a reunirse con el senador Mario Díaz-Balart, jurado enemigo de Petro y este le planteó la posibilidad de tumbar al presidente. A Petro le llegaron con las grabaciones, y antes de que estas fueran publicadas por el diario El País, el presidente pudo escuchar lo que Leyva decía de él ante el senador republicano:

“Hay que sacar ese tipo. Ese tipo presidiendo las elecciones [las presidenciales que están por celebrarse en 2026]… es que, además, el orden público se desbordó. Eso no puede suceder, sino con un gran acuerdo nacional, en donde tiene que estar, ELN, los del Clan del Golfo. (…) Yo he hablado con los gremios más importantes (…). Es que aquí han venido los del Clan del Golfo, una vaina muy jodida. Este país va al despeñadero”.
 
El servicio secreto colombiano fue quien recibió estos mensajes. Lo más grave es que, dentro del complot, aparece el nombre de otra de las personas en las que el presidente había confiado: Francia Márquez. Leyva supuestamente aprovechó un momento de debilidad de la vicepresidenta, el primer consejo de ministros de febrero de este año, en donde mostró públicamente su desacuerdo con el presidente por haber nombrado como jefe de gabinete al siempre discutido Armando Benedetti. El servicio secreto alcanzó a grabar el momento en el que Leyva leía una serie de mensajes en donde Francia Márquez, supuestamente, se habría mostrado de acuerdo con los planes de Leyva. El presidente confrontó a su vice y ella le negó todo. Desde ese reclamo, se acabó cualquier tipo de relación entre Petro y Francia.

En este momento, tal y como lo revela El País, Leyva viajó a Madrid a refugiarse en esa ciudad, mientras pasa la tormenta. Algún sector de la derecha más radical ha decidido nombrar a Leyva como una especie de prócer. La verdad es que, desde los años de Ernesto Samper, se viene hablando de lo volátil de su carácter, de su vocación hacia la conspiración y de su poca lealtad. Este es otro de los capítulos vergonzosos de la historia de la democracia colombiana. Una puñalada en el corazón de Petro, quien confió ciegamente en un político conservador que creyó que jamás lo traicionaría.
 
 
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Iván Gallo

Es guionista de dos películas estrenadas en circuito nacional y autor de libros, historiador, escritor y periodista, fue durante ocho años editor de Las 2 orillas. Jefe de redes en la revista Semana, sus artículos han sido publicados en El Tiempo, El Espectador, el Mundo de Madrid y Courriere international de París.