
Desde la Fundación Paz y Reconciliación entendemos que la palabra que mejor define al primer gobierno de izquierda en Colombia es transición. Para muchos, una transición caótica; para otros, profundamente disruptiva. Con un estilo político altamente semiótico, señalado por sus rezagos en ejecución y cumplimiento, el gobierno Petro ha impuesto una presencia constante en el debate público. Difícilmente transcurre una semana sin que la agenda política esté marcada por sus decisiones, anuncios o controversias.