
En los últimos días, el pozo de gas Sirius-2, ubicado en las profundidades del imponente mar Caribe colombiano, vuelve a ser noticia no solo por ser uno de los mayores descubrimientos de gas en la historia del país, sino también por ser el resultado de la articulación entre Ecopetrol y Petrobras, hecho que garantiza la transformación del panorama energético de Colombia y fortalecer su seguridad en el suministro de hidrocarburos.
Otro aspecto crucial es la inversión necesaria para la explotación comercial del pozo. Se estima que la fase de exploración ha requerido una inversión cercana a los 1.200 millones de dólares, mientras que la operación a gran escala podría superar los 3.000 millones. Esto incluye la instalación de una línea de flujo submarina para transportar el gas hasta una planta de procesamiento en tierra, asegurando su distribución eficiente.