Desde principios de septiembre, cuando empezaron a aparecer los primeros buques de guerra en aguas del Caribe, Donald Trump ha mantenido su narrativa de una posible invasión para sacar a Maduro de Venezuela. En las últimas horas incluso se especuló con que, después de una llamada del presidente norteamericano, Maduro puso pies en polvorosa y se dirigió hacia la frontera con Brasil, algo que jamás pudo ser comprobado. La tensión aumenta y en Estados Unidos el presidente vive una presión constante por parte de la población de la Florida, donde reside la mayoría de la diáspora venezolana, para que realice acciones fulminantes contra el régimen. En rueda de prensa dada el pasado dos de diciembre el presidente norteamericano afirmó que se está planeando un ataque terrestre contra Venezuela y que a Colombia le podría salpicar un poco de esa guerra:
“Colombia está fabricando cocaína. Tienen fábricas enteras de cocaína. Y luego nos venden la cocaína. Agradecemos mucho eso, pero sí. Cualquiera que haga eso y lo venda en nuestro país está sujeto a ataque”.
Ante la gravedad de esta amenaza el presidente colombiano ha salido al paso y sin ambigüedades ha respondido: “Venga, señor Trump, a Colombia, lo invito, para que participe en la destrucción de los nueve laboratorios diarios que hacemos para que no llegue cocaína a EE. UU. Sin misiles he destruido en mi Gobierno 18.400 laboratorios, venga conmigo y le enseño cómo se destruyen, un laboratorio cada 40 minutos, pero no amenace nuestra soberanía, porque despertará al jaguar. Atacar nuestra soberanía es declarar guerra, no dañe dos siglos de relaciones diplomáticas”.
Si bien los cultivos de coca han subido de manera dramática en el último año, también este gobierno puede preciarse de haber incautado cifras históricas de cocaína. Está claro que el presidente Trump tiene un conflicto ideológico con el gobierno colombiano y está usando cualquier medio para amedrentarlo, limitarlo y promover candidaturas a la presidencia más afines con su discurso. Los ataques al gobierno colombiano y a su presidente han sido constantes hasta el punto de haber incluido a él y a miembros de su familia en la lista Clinton. Trump se ha referido a Petro como el “jefe del narcotráfico”. Por eso nuestro presidente afirmó lo siguiente: “Ya me calumnió, no continúe por ahí. Si un país ha ayudado a detener miles de toneladas de cocaína para que no la consuman los norteamericanos, ese es Colombia”. Además Petro lo tildó de “Genocida”.
Este contrapunto entre mandatarios colombianos y norteamericanos es inédito en la historia, por eso hay preocupación sobre lo que pueda suceder en un futuro inmediato.



