Desde 1994, cuando apareció la figura del vicepresidente, han existido relaciones tirantes entre el presidente y su segundo. Debido al escándalo de los narcocasetes, en los que se demostraba que el Cartel de Cali ayudó económicamente a la campaña de Ernesto Samper, Humberto de la Calle, vice de Samper, rompió con él. Hubo distancia, también, entre Juan Manuel Santos y Germán Vargas Lleras y, además, hubo roces entre Iván Duque y Marta Lucía Ramírez. Pero, jamás, una relación había sido tan complicada como lo es la que mantienen Francia Márquez y su jefe directo Gustavo Petro.
Tampoco le habría caído bien a la vicepresidenta el reciente nombramiento del pastor Alfredo Saade, reconocido por sus comentarios misóginos. Francia Márquez, en 2022, se convirtió en una bocanada de aire fresco en la segunda vuelta de la campaña presidencial de Petro y llevó a una buena cantidad de progresistas a decidirse a votar por la propuesta del Pacto Histórico a pesar de tener cerca a politiqueros como Armando Benedetti.



