La firme candidata en el Valle que crece a la sombra de un presunto agresor sexual

En el Valle del Cauca, un movimiento ciudadano se muestra firme. Firme en su discurso, firme en su estructura, firme en su aspiración al poder. Pero esa firmeza está sostenida sobre el pacto patriarcal que protege y defiende a un agresor sexual (presunto).

Es una candidatura que crece con aparente fuerza, pero también con sombras. Una mujer que aspira a representar el cambio, mientras su proyecto político se sostiene sobre el respaldo de un hombre acusado por varias mujeres de ser un agresor sexual y apoyado por un círculo de hombres que lo defienden en firmes manadas.

Lo más preocupante es que su firme ascenso se da dentro de un movimiento que dice representar las banderas del cambio, aun cuando les vimos estar igual o más firmes en la campaña del alcalde de derechas Alejando Eder, y frente a esto desde hace semanas me sumé al llamado de varios sectores progresistas a Bajar Manguitos del árbol de los avales del Pacto Histórico. La experiencia nos muestra que no podemos permitirnos el riesgo de avalar personajes que terminan alineándose con la derecha, traicionando el mandato del cambio y esta falta de filtros y coherencia afecta el proyecto político desde adentro.

Como mujer feminista creo que nuestras apuestas políticas también implican tener la osadía de señalar cuando el poder de las mujeres se construye sobre las mismas estructuras que nos violentan. El crecimiento político de las mujeres no puede sustentarse en las redes del silencio, la complicidad y la negación del daño.

La consulta de este domingo 26 de octubre, donde se definirán la candidatura presidencial y las listas al Congreso, es central para que no terminen entrando perfiles que reproducen las mismas lógicas de la política tradicional, y peor aún, las lógicas que naturalizan la violencia y la complicidad patriarcal. No se trata de “cancelar”, sino de tener la claridad para no legitimar candidaturas firmemente cuestionables.

Y aquí hay que decirlo firme, no se puede ser alternativa mientras se protege a agresores. No se puede hablar de cambio cuando se reproducen las mismas dinámicas de impunidad y silenciamiento. Por eso, cuando esta candidata y su grupo hablan de ser firmes, hay que preguntarles ¿firmes para quién?, ¿firmes hasta dónde?

 

La infiltración de perfiles oportunistas, con poca o sin trayectoria en el movimiento social, que aprovechan los avales de los sectores alternativos para posicionarse en el escenario político, debilitan al Pacto frente a la ciudadanía, que necesita de la coherencia, transparencia y compromiso real con las transformaciones estructurales. Por esto, mi invitación para la consulta del Pacto Histórico, es que votemos por mujeres con liderazgos que sí han construido desde los territorios, desde el movimiento social y desde las luchas colectivas. Votemos por quienes no necesitan crecer bajo firmes sombras problemáticas y cuestionables, porque lo que está en juego en la consulta es el sentido mismo del cambio.

Romper con los agresores sexuales (aunque presuntos), con sus redes de poder y con quienes les encubren, también es parte del firme cambio.

Paola Quiñonez D´haro, romper con Juan Camilo Castilla Ospina (el presunto) y su manada de defensores, eso sí sería estar firme con el cambio.

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Ghina Castrillón Torres