Una hora antes de que empezara la transmisión Jorge Rojas, quien estaba recién posesionado como director del DAPRE, le advirtió a su jefe directo, Gustavo Petro, que la transmisión televisiva del Consejo de Ministros podría salir mal. El presidente hizo lo que acostumbra hacer, ignorar las advertencias de sus asesores directos. Esto no fue, ni de lejos, la razón por la que Jorge Rojas decidió renunciar al aire, mientras lo entrevista en su Reporte para la W radio Daniel Coronell. Ya conocía bien los devaneos de Petro. Quien fue su jefe en la Alcaldía de Bogotá. Mucho antes de que existiera Laura Sarabia en su panorama, Gustavo Petro confiaba en Rojas, un técnico curtido y hábil, para ordenar su planificación. Durante su alcaldía fue su secretario privado, su secretario de gobierno y su secretario de integración social. No, sabía que Petro tenía sus arranques. Lo que jamás llegó a pensar es que Armando Benedetti fuera una pieza indispensable para su proyecto político a pesar de representar unas maneras que el gobierno del cambio prometía erradicar.
Ese consejo se planeó a espaldas de los ministros para que fueran expuestos. Benedetti fue el que le aconsejó al presidente que, para curarse en salud y evitar una renuncia masiva de su gabinete, televisara la reunión. La mayoría de ministros al enterarse sobre la hora que sería una exposición brutal frente a millones de colombianos, reaccionaron como vimos a Susana Muhamad, a Francia Márquez y al propio Gustavo Bolívar, con la mirada vidriosa, la voz partida y la rabia floreciente. Petro los exponía por consejo de un indeseable que recién aterrizaba al gobierno ya impartía ordenes. Benedetti nunca habló, mantuvo la mirada abajo mientras el presidente lo defendía y llamaba “Robespierre” a los que lo atacaban. Jorge Rojas no pudo soportar esa humillación pública, esa declaración de fidelidad inquebrantable a Benedetti y simplemente renunció.
Pero la relación con Petro se volvió amistad en la primera década de este siglo cuando, junto con Iván Cepeda, escribieron uno de los libros más importantes en la historia de este país, “A las puertas del Ubérrimo” publicado en el 2008, una fecha en donde Alvaro Uribe Vélez, según los medios de comunicación colombianos, tenía un 75% de popularidad. En la investigación le quita la máscara a Uribe y muestra el fenómeno de paramilitarismo en Córdoba, el departamento en donde el presidente era terrateniente. Petro se acercó con admiración a Rojas y desde entonces lo tuvo como uno de sus asesores y amigos más cercanos.



