Por: Redacción Pares
Sobre la medianoche del 29 de julio el Consejo Nacional Electoral de Venezuela anunció la victoria de Nicolás Maduro después de seis horas de tensión y de no tener reportes desde las mesas. El margen no pudo ser más estrecho: con un 80% de las mesas escrutadas Maduro obtuvo 5.120.092 votos con un 51.20% de los votos. El líder opositor Edmundo González logró el 44.2% con 4.445.978 votos. Nunca, en 25 años de chavismo, unas votaciones fueron ganadas por el oficialismo por un margen tan estrecho. En diferentes ciudades de Colombia, desde Cúcuta a Bogotá, los venezolanos residentes en el país, que, desde el 2015, se han contado poco más de tres millones, salieron a las calles a festejar lo que ellos llamaban un posible regreso a la libertad. Nicolás Maduro Moros es presidente desde el 2013. La posta la recibió de Hugo Chávez quien sucumbió a un cáncer ese año. Chávez obtuvo su triunfo desde 1999. Con esto el chavismo cumplirá 25 años en el poder y se extendería seis años más.
La oposición se ha quejado de falta de transparencia por parte del gobierno a la hora de entregar resultados y se está pidiendo reconteo de votos. Sobre la demora para obtener los resultados el presidente del CNE anunció que se trataría de “un ataque terrorista”. Maduro se basó en esa frase para decir lo siguiente rozando la medianoche: “Venezuela sufrió un ataque en la noche. Un hackeo masivo. Ya sabemos de qué país viene. No lo voy a decir. Ya la huella quedó. Un hackeo masivo al sistema de transmisión del Consejo Nacional Electoral porque los demonios no querían que se totalizara y se diera el boletín oficial".
Quien fuera el ganador tendría dificultades para legitimar ese triunfo. El clima en Venezuela era caldeado a pesar de que la jornada electora se llevó a cabo con relativa tranquilidad. Las quejas de la oposición son claras y se basan en el mismo sistema de votación en donde el gobierno tiene el control absoluto de cada máquina de votación. Las quejas también apuntan a la inhabilidad que tuvieron candidatos como María Corina Machado, quien fue inhabilitada y en su lugar tuvo que nombrar al empresario Edmundo González de 74 años. A pesar de que la diáspora venezolana ha crecido en 8 millones desde el 2015, el número de los que pudieron votar fue mínimo. En Colombia han recaído tres millones de venezolanos, de ellos sólo estaban habilitados para votar 7.000 personas. Al final, por ejemplo, en Cúcuta, terminaron votando poco menos por doscientos. Cambios en última hora impidieron que los venezolanos ejercieran su derecho al voto.
No son claros cuales son los caminos que le quedarían a la oposición a la hora de reclamar. Se apela a la comunidad internacional quien están exigiendo reconteos. Las encuestas mostraban un amplio ganador en González. Fueron más de 11 millones de votos los que se efectuaron para la elección de un nuevo periodo presidencial de Maduro. Según analistas las consecuencias de un nuevo periodo podrían derivar, incluso, en la salida en las próximas semanas de cerca de un millón de venezolanos. El presidente Petro ha mantenido una posición de ambigüedad con respecto al sistema democrático venezolano. Colombia está amarrada con Venezuela por que es garante de paz con el ELN y por el intercambio comercial que ha intentado reestablecer Petro desde su llegada a la presidencia en agosto del 2022. La cooperación con Venezuela es fundamental para controlar a los grupos armados que han ubicado sus campamentos detrás de una frontera cada vez más espesa y difícil de monitorear.
Un mes después realizó un acto en la frontera con Cúcuta en donde se volvió a habilitar el puente Simón Bolívar, que une a Cúcuta con San Antonio, camiones con mercancías que llegaban desde Venezuela. El flujo comercial está muy lejos de parecerse a la última época de bonanza en el comercio entre los dos países que fue en el 2007 y que llegó a los 10 mil millones de dólares. En Cúcuta había una ilusión de que un cambio pudiera reconfigurar el comercio de la ciudad. Aún se desconoce si los millones de venezolanos que votaron contra el oficialismo saldrán a las calles a hacer presión. Lo que si queda claro es que el gobierno venezolano cada vez tiene menos respaldo popular y su margen de maniobra es cada vez más estrecho.
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