Por: Fredy Chaverra
Operativo en el que fue asesinado el minero Dario Arnulfo Ospina - Foto cortesía policía
Se cumple un año del Paro Minero que sacudió los cimientos del Bajo Cauca antioqueño.
El Paro Minero que se dio hace un año evidenció la problemática socioambiental asociada a los precarios niveles de formalización en uno de los territorios con mayor potencial aurífero del país, así como la baja implementación de la reforma rural del Acuerdo de Paz y la capacidad de infiltración de los actores armados ilegales con presencia en la subregión, entre ellos el ELN y las disidencias de las Farc.
Después del primer año del Paro Minero y como muestra de rechazo al asesinato del minero Darío Arnulfo Ospina el pasado 24 de marzo en medio de un operativo de la Fuerza Pública contra la minería ilegal en zonal rural de El Bagre, cerca de 5.000 mineros de todos los municipios de la subregión, se reunieron el jueves 4 de abril para avanzar en una movilización pacífica.
Aunque desde el Comité por la vida y formalización minera del Bajo Cauca, Valdivia y Sur de Córdoba se planteó la convocatoria como una movilización pacífica y no como la antesala a un nuevo Paro minero, los ecos del Paro Minero de marzo de 2023, caracterizado por algunas expresiones de violencia y bloqueos que no solo paralizaron la actividad económica del Bajo Cauca y el Nordeste por cerca de un mes; sino que, además, evidenciaron el poder de instrumentalización de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia -AGC-, permanecían en el aire como un factor a repetirse en una movilización considerada como “conmemorativa”.
De ahí que las alcaldías de Nechí, Cáceres, Tarazá, Zaragoza y El Bagre, ante la amenaza de nuevos bloqueos y actos violentos, hayan publicado decretos de Ley seca y de restricción del parrillero con la finalidad de: “prevenir eventuales situaciones de alteración del orden público”. En Caucasia el comercio no abrió sus puertas y las clases fueron interrumpidas.
Sin embargo, ese temor rápidamente se disipó ante la petición del Comité promotor y a lo largo del 4 de abril la movilización transcurrió pacíficamente. No se registró una infiltración violenta por parte del Ejército Gaitanista.
A Caucasia llegaron delegaciones de asociaciones mineras de toda la subregión para rechazar la violencia de la Fuerza Pública en los operativos contra la minería “ilegal”-como el operativo que le costó la vida a Darío Arnulfo Ospina-, también para exigir el cumplimiento de los acuerdos logrados con el Gobierno Nacional entre marzo y abril del 2023.
Entre las peticiones de las asociaciones mineras se encuentran rechazo a los operativos contra la minería en zonas rurales de Cáceres y El Bagre, avanzar en los procesos de formalización minera y consolidación del Distrito Minero del Bajo Cauca y el Nordeste.
Para avanzar en el cumplimiento de estos acuerdos y así evitar movilizaciones que escalen en acciones violentas, el próximo 11 y 12 de abril, en el marco de la apertura de la oficina regional de la Agencia Nacional Minera en Caucasia, se instalarán mesas para acelerar los procesos de formalización en la subregión.
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