Por: Sergio Saavedra. Periodista Pares.
El informe ‘Conflictos socio-ambientales en el Pacífico’, de la Fundación Paz & Reconciliación, ha llamado la atención, especialmente, por las consecuencias sociales y ambientales que plantean las aspersiones por glifosato en el municipio de la Costa Pacífica Nariñense: Tumaco. Entre otras cosas, Tumaco es un estudio de caso en razón a las vicisitudes del conflicto armado y, por supuesto, de la política antidroga estadounidense, en la que ha insistido —por ejemplo— el gobierno del presidente Iván Duque.
Tal como lo resalta el informe, el municipio de Tumaco ha sido víctima de la “peor agresión socio ambiental de la que se tenga registro en la historia. Agresión de la que aún no se ha recuperado”. Incluso, según las conclusiones para el apartado del caso de Tumaco, las proyecciones indicarían que esta región esté ad portas de volver a vivir su peor crisis de esta materia.
15 años de glifosato
De acuerdo con el informe, durante quince (15) años consecutivos las comunidades afrodescendientes e indígenas de Tumaco fueron víctimas de aspersiones de glifosato. De tal manera mientras su población consumía agua y alimentos en la región, durante casi dos décadas, se iba incubando un cáncer que avanza ‘silencioso’ por cuenta de la aspersión.
Según el informe “En abril de 2015, debido a la presión de la Comunidad Científica Internacional, estudiosa de los efectos nocivos de dicho herbicida, la OMS reconoció públicamente la toxicidad cancerígena del glifosato”.
Asimismo, el informe insiste en que el glifosato, entre otras patologías, es también causante de “abortos, partos prematuros, defectos de nacimiento, enfermedad crónica renal, problemas gástricos, respiratorios y dérmicos”. Además, sin nombrar los extensas e irreversibles daños en materia de fuentes hídricas y biodiversidad.
De acuerdo con Ivonne Quiñónez, investigadora de la Costa Pacífica Nariñense de Pares, en esta subregión se ubica, justamente, el segundo municipio de Colombia con mayor concentración de cultivos de uso ilícito; Tumaco. Este municipio, para 2019 —según cifras del Observatorio de Drogas— existen alrededor de 11.830 hectáreas de coca sembradas.
Una guerra sin cuartel
De acuerdo con este informe, el Pacífico Nariñense —compuesto por 10 municipios que conforman tres subregiones: el Pacífico Sur, constituido por Tumaco y Francisco Pizarro; la Subregión del Sanquianga, de la cual hacen parte, Olaya Herrera, Mosquera, El Charco, Iscuandé y La Tola; y por último, ElTriángulo del Telembí, del cual hacen parte Barbacoas, Roberto Payán y Maguí.
Sumados a Tumaco, los otros nueve (9) municipios continúan, desde 2017, exigiéndole al Gobierno Nacional la implementación de la Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito. No obstante, de acuerdo con Ivonne, su implementación “ha sido precaria, pues tan solo al Programa de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito han sido vinculado cuatro (4) Consejos Comunitarios de los 54 existentes.”
Por otra parte, la investigadora de Pares, ha insistido en que el Gobierno Nacional ha acrecentado la tensión y la crisis por cuenta de su insistencia en la restitución forzadas y su búsqueda por la reactivación de la aspersión de glifosato. “Situación en las que se han cometido graves violaciones a los Derechos Humanos propiciados por la Fuerza Pública. infracciones al Derecho Internacional Humanitario por cuenta de las Estructuras Armadas Ilegales dedicadas al narcotráfico”.
Asesinatos en el marco de la insistencia del Gobierno Nacional
De hecho, de acuerdo con investigaciones Pares, en 2020 —en el marco de los operativos de erradicación forzada adelantadas por el Ejército Nacional— se han presentado cuatro (4) ejecuciones extrajudiciales, en el Pacífico Nariñese. Por otra parte, se ha registrado la muerte de siete (7) personas por minas antipersonas y cuatro (4) miembros de la Fuerza Pública.
Pobreza y violencia
De acuerdo con el informe Pares, los municipios que conforman la subregión del Pacífico Nariñense poseen una tasa de pobreza multidimensional que supera el 90% la situación de marginalidad y ausencia total del Estado. Panorama sumado a la presencia y disputa, a sangre y fuego, de las Estructuras Armadas Ilegales que hacen presencia en los 10 municipios.
De hecho, según cifras Pares, el Clan del Golfo hace presencia en siete (7) de los 10 municipios de esta subregión: Tumaco, Olaya Herrera, Mosquera, La Tola, Francisco Pizarro, El Charco y Barbacoas. Por otro lado, también los Grupos Armados PostFARC hacen presencia en la subregión a través de cuatro (4) frentes. El Frente Oliver Sinisterra opera en seis (6) municipios de la subregión, el Bloque Occidental Alfonso Cano en cuatro (4), Guerrillas Unidas del Pacífico en siete (7) municipios. También, la guerrilla del ELN en siete (7) municipios.
Líderes y lideresas
De acuerdo con las cifras del SIPARES, en el departamento de Nariño han asesinado a 31 líderes y lideres tras la firma del Acuerdo de Paz. 15 de los casos, casi la mitad, han ocurrido en Tumaco. Los perfiles mayormente victimizados son los liderazgos indígenas, comunidades afrodescendientes, presidente o miembro de Juntas de Acción Comunal
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