Tuluá bajo el asedio criminal de La Inmaculada
- Nicolás León Rodríguez
- 6 jun
- 5 Min. de lectura
Por: Nicolás León Rodríguez
Investigador Línea de Paz, Seguridad y Derechos Humanos

Tras dos noches de toque de queda en Tuluá, el panorama es de suma incertidumbre para sus habitantes. Los hechos de violencia en la ciudad estarían relacionados con los trámites de extradición adelantados por la Policía Nacional en contra de ‘Pipe Tuluá’, líder de La Inmaculada. La organización delincuencial amenazó con continuar las acciones violentas, mencionando a funcionarios del INPEC y otros “enemigos de la paz”.
¿Qué está pasando en Tuluá? ¿Va a continuar la violencia en la ciudad? ¿Qué esperar tras la aparentemente inevitable extradición de su líder?

El poder de La Inmaculada en Tuluá
Esta organización delincuencial ha logrado consolidar su gobernanza criminal en el casco urbano de Tuluá. Según investigaciones previas de la Fundación Pares, durante la administración del exalcalde Jhon Jairo Gómez Aguirre, miembros de esta organización habría permeado al menos tres secretarías clave: Tránsito, Planeación y Hacienda. Desde Tránsito ejercían vigilancia y control sobre la dinámica urbana, mientras que en Hacienda accedían a información sensible sobre bienes inmuebles y comerciantes de la región. Esto les permitía operar con total conocimiento de los movimientos económicos y territoriales del municipio (Pares, 2024). De esta forma, en 2023 La Inmaculada habría alcanzado un nivel de influencia tal que se configuró un escenario que permitió que la organización delinuencias permeara las instituciones locales.
A partir de esta connivencia con las autoridades locales, lograron consolidar su control sobre las economías ilícitas en la ciudad. Los mercados del microtráfico y particularmente la extorsión son la principal fuente de financiamiento de este grupo. De acuerdo, con una fuente del municipio “aquí no se mueve nada sin la aprobación de ellos, el mercado de los alimentos es el ejemplo de esto, existe el cartel de la cebolla, el cartel del cilantro…Los campesinos y agricultores, todos tienen que pagar unas vacunas para que las dejen salir de Tuluá”.
Tras la llegada del Alcalde Gustavo Adolfo Vélez en 2024, tanto La Inmaculada como la administración municipal tomaron una postura mucho más confrontativa. Las amenazas, asesinatos de funcionarios públicos y los atentados terroristas como los del pasado miércoles se han venido convirtiendo en repertorios de violencia cada vez más comunes en la ciudad. A esto se le suman otras acciones vulneratorias que ya venía sosteniendo la agrupación y que se han venido normalizando, como el reclutamiento de menores, los homicidios selectivos y los llamados ‘homicidios ejemplarizantes’.
Aunque en 2024 hubo una reducción de las cifras de homicidios los primeros meses de 2025 han mostrado una fuerte tendencia hacia el incremento, superior al 37%, siendo el mes de abril el más violento desde noviembre de 2023. Lo que resulta sintomático de un deterioro paulatino de la violencia en la ciudad.

La importancia de Alias ‘Pipe Tuluá’
La captura de alias Pipe Tuluá, uno de los máximos cabecillas de La Inmaculada en 2015 no ha representado un impacto significativo para sus actividades criminales. Desde su detención ha sido traslado a diferentes centros carcelarios del país, en Cómbita, Ibagué, Valledupar, Bogotá, entre otras, donde ha logrado la obtención de beneficios carcelarios y mantener un rol de mando en los internos para la organización de actividades delictivas.
Además, se le señala de ser uno de los principales participes del grupo “Muerte a Guardianes Opresores”- MAGO, organización que amenaza y atenta en contra de los funcionarios del INPEC. De hecho, tras conocerse la preparación de la extradición, el grupo publicó un comunicado anunciando acciones armadas contra los funcionarios penitenciarios.

Del otro lado, La Inmaculada ha fortalecido su control territorial, caracterizadas por el aumento de extorsiones, amenazas y homicidios. En tal sentido, la captura alias Nacho (segundo cabecilla de la organización y hermano de ‘Pipe Tuluá’) y de otros miembros de la organización han sido estrategias poco efectivas para quitarle poder a la organización. Según una fuente en territorio: “lo que ha pasado históricamente es que los mandos medios terminan ocupando esos cargos de poder. Esto es una dinámica que viene de muchos años atrás y la captura o extradición de un líder no garantiza que está dinámica territorial se deje de presentar porque las finanzas siguen moviéndose”.
Asimismo, desde la los centros penitenciarios ‘Pipe Tuluá’ estaría tejiendo una red de alianzas del narcotráfico en la región con personajes como Diego Optra, Guacamayo, Martín Bala, entre otros (El País, 2024). Estas acciones hacen parte de la reconfiguración de la criminalidad en el Norte del Valle del Cauca en el que nuevos y viejos actores criminales de la región estarían articulando esfuerzos para consolidar un emporio criminal. De acuerdo con fuentes en la Secretaría de Paz de la Gobernación del Valle la llegada de estos actores “está relacionado con recuperar predios y propiedades que consideran les son propios y consideran importantes para recuperar el control territorial”.
La respuesta institucional, por su parte, se ha enfocado en el fortalecimiento del pie de fuerza y la acción conjunta de la Policía y el Ejército, y la imposición de toques de queda impuesto, medidas de contingencia que si bien han impedido el escalamiento de la violencia, no son efectivas para contrarrestar la gobernanza criminal de esta organización.
De acuerdo con Mario Mejía, Concejal de Tuluá “Si no hay una estrategia de inversión en los barrios para atender las situaciones de pobreza, desigualdad e inequidad esta dinámica criminal va a seguir replicándose con énfasis en los barrios más vulnerables”.
Escenario de riesgo
La inminente extradición de ‘Pipe Tuluá’ y la respuesta de su organización criminal deja entrever al menos tres escenario de riesgo:
i) Las acciones de contingencia funcionan para evitar un desescalamiento de la violencia en la ciudad. Sin embargo, La Inmaculada continúa ejerciendo la gobernanza criminal y fortaleciendo su portafolio de economías criminales en la zona urbana de Tuluá. En este sentido, la extradición de ‘Pipe Tuluá’ no genera mayores diferencias al interior de la organización y, como ya ha sucedido, la línea de mando pasa sin mayores dificultades a uno de los mandos medios de la organización.
ii) La organización sigue con su arremetida violenta en la ciudad desencadenando una crisis de seguridad tanto en Tuluá como en Centros Penitenciarios del país, ejerciendo acciones de violencia pública de alto impacto mediático. Esto provoca una respuesta militar a la situación y un aumento del riesgo de vulneración de derechos humanos en la población.
iii) La extradición de ‘Pipe Tuluá’ genera diferencias al interior de la organización, generando un rebrote de las violencias selectivas entre los mismos miembros de la organización. La disputa por definir un nuevo liderazgo del grupo, además, supone un alto riesgo de fragmentación criminal que pueda llevar a un nuevo ciclo de violencia en la ciudad.
Ahora bien, aunque la Alcaldía Municipal ha hecho énfasis en la interdicción y las respuestas de corte militar, desde la Fundación Paz y Reconciliación consideramos fundamental articular este tipo de estrategias con acciones concretas de inclusión e integración que desincentiven el ejercicio criminal. De lo contrario, la juventud en Tuluá continuará sometida a un ciclo continuo de violencia y crimen en la ciudad.
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