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Tras 50 años de guerra, este podría ser el último cumpleaños

Foto Antonio Salos


Se cumplen 50 años de la formación de una de las guerrillas comunistas más viejas del mundo, las FARC. Un balance sobre estas cinco décadas de guerra, su evolución militar y un análisis de sus aspiraciones políticas son fundamentales para entender su estado actual.

Cinco períodos han marcado la historia de las FARC.  El primero va desde 1949 hasta 1974; en este nacieron, crecieron y se desarrollaron. El segundo, desde 1975 y 1988, comprende la negociación en la Uribe, Meta, el diseño del plan estratégico para la toma del poder y la guerra “sucia”.

El tercer período, entre 1989 y 2000, se caracterizó por la ofensiva de las FARC, las pescas milagrosas, la respuesta de contraofensiva paramilitar en el norte del país y el inicio de los diálogos del Caguán. En el cuarto período de su historia, que va desde el 2001 hasta el 2008, fue el Estado el que retomó el protagonismo y las FARC se replegaron hacia el centro del país y perdió a sus principales comandantes. El último período va desde el 2008 hasta hoy.  En este, las FARC se han reestructurado, han arreciado los ataques a la estructura petrolera y el grupo guerrillero intenta volver a la política.

La historia comienza con el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán que desató en todo el país una ola de violencia y llevó a la formación de varias guerrillas liberales. En total, para 1950 existían 36. Entre las más fuertes estaban las de los llanos orientales. El Partido Comunista también había dado la orden de crear autodefensas campesinas en sus zonas de presencia, con el objetivo de defenderse de la ola de violencia que se vivía en el país.

Luego del golpe de Estado, liderado por Rojas Pinilla, se dio una posibilidad de amnistía a estos grupos armados. La dirección del partido Liberal ordenó a las guerrillas de este partido entregar las armas, la mayoría lo hicieron, aunque algunas continuaron en armas. El Partido Liberal se dividió entre ‘limpios’ y ‘comunes’.

Los limpios obedecían a la dirección del partido y varios de estos se rearmaron y se convirtieron en estructuras paramilitares, los llamados ‘pájaros’, que comenzaron a asesinar a sus antiguos compañeros. Los comunes fueron las guerrillas que se mantuvieron en armas y se unieron a las autodefensas comunistas que tampoco se entregaron. Esta confluencia de grupos guerrilleros y autodefensas llevó al nacimiento del Bloque Sur y en 1964 de las FARC o Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. Desde ese momento las FARC comienza un lento crecimiento, alejada de la vida política del país, de hecho llegó a tener un gran revés militar en el departamento del Quindío que casi la lleva a su desaparición.

En 1974 se realizó la quinta conferencia guerrillera, que es la reunión de todos los mandos de la guerrilla. Las FARC decidieron dejar de ser una autodefensa y comenzar a formar una estructura militar. Hasta esa fecha, las FARC habían funcionado como una autodefensa, que realizaba grandes movilizaciones con población civil, una suerte de colonización armada. Cada vez que se producía una ofensiva militar, las FARC marchaban hacia el interior del país, con mujeres, niños, ancianos, en busca de tierras, selva adentro. A estas  se les denominó Columnas en Marcha. Desde 1974 abandonaron esa dinámica y se propusieron avanzar en el crecimiento militar.

La segunda etapa de las FARC estuvo marcada por tres situaciones. En 1982 en el marco de la séptima conferencia guerrillera, se creó el ‘Plan estratégico para la toma del poder’, que era el plan militar diseñado para cercar a Bogotá y tomar el poder por vía armada.

Este plan estratégico, entre otras acciones tácticas, disponía que se debía concentrara el 50 % del total de estructuras de la guerrilla sobre la Cordillera Oriental rodear la capital del país y se disponía realizar un desdoblamiento de frentes. Para 1982, las FARC tenían 27 estructuras. Diez años después llegaron a cerca de 48 frentes. Esta creación de estructuras se desarrolló con el financiamiento de cada uno de los frentes, la mayoría se hizo con dineros provenientes del secuestro. Producto de la creación de este Plan, a la sigla de las FARC, se le agrega el EP o Ejército del Pueblo.

El segundo hecho significativo de este período fue el proceso de paz de la Uribe en el Meta, que tal vez, junto al actual proceso de paz, fue el momento histórico en el que más cerca estuvo la firma de la paz. Fue en el que nació la Unión Patriótica como producto del acuerdo de paz.

Por último, durante estos años, se desarrolló en el país la denominada guerra sucia, en la que cientos de líderes de izquierda fueron asesinados. La UP prácticamente fue aniquilada. Una confluencia entre narcos, políticos y miembros de los aparatos de seguridad colombianos llevó al asesinato de centenares de militantes de izquierda, con ello las aspiraciones de un proceso de paz se fueron al traste.

El tercer periodo se desarrolló entre 1989 y el 2000, el cual se caracterizó por el fin de las negociaciones de paz de la Uribe, y el inició de la verdadera guerra en Colombia. Para finales de la década de los ochentas mientras se derrumbaba el muro de Berlín y la mayoría de guerrillas comunistas negociaban la paz o se entregaban en todo el mundo, Colombia tuvo un comportamiento atípico: las guerrillas comenzaron a crecer vertiginosamente.

Durante este período cuatro situaciones marcaron el devenir de esta guerrilla: primero, la guerrilla de las FARC comenzó a percibir grandes recursos de dinero producto de los “impuestos” que les cobraban a campesinos y narcotraficantes. Los dineros del narcotráfico le permitieron a esta guerrilla desarrollar rápidamente más de 30 estructuras militares. Los secuestros se incrementaron, llegaron a su punto más alto y de demencia con las denominadas pescas milagrosas, cientos de colombianos cayeron en estos retenes.

La tercera situación fue la creación de  las AUC y sus dos oleadas de expansión por todo el país, miles de colombianos murieron, se desplazaron, las masacres paramilitares se desarrollaron por todo el país, y Colombia entre 1995 y el año 2002 padeció una verdadera guerra en varias regiones.

Por último, durante este período las FARC pusieron en marcha dos estrategias militares, por un lado “la nueva forma de operar”, que significaba la movilización de grandes contingentes de tropa y la toma a cabeceras municipales. Decenas de municipios del país fueron destruidos durante estos años. La siguiente gráfica muestra la evolución a las cabeceras urbanas del país.

Evolución anual de las tomas a cabeceras municipales realizadas por grupos guerrilleros. 1985-2009.

Bases de datos Corporación Nuevo Arco Iris.

El punto más álgido de este esta estrategia fue la toma a Mitú en el año de 1998. La otra estrategia fue la de “vacío de poder” la cual consistió en la eliminación sistemática de autoridades políticas, secuestros, atentados y homicidios que se desarrollaron en las zonas de presencia de las FARC. Mientras los paramilitares se dedicaron a aliarse con políticos, las FARC se dedicaron a destruir al Estado colombiano. Para este momento se inician los diálogos de paz del Caguán y las FARC llegan a su punto más alto de poderío militar. El siguiente mapa muestra la presencia de las FARC para el año 2002 cuando contaba con algo más de 18 mil miembros en armas.

El cuarto período de la historia de las FARC se inicia en el año 2001 y culmina en el 2008, con la puesta en marcha del Plan Colombia y el proceso de restructuración de las Fuerzas Militares. Las FARC lentamente comienzan un proceso de repliegue. Durante estos años el Estado colombiano logró controlar los grandes centros de comercialización y producción del país y las vías de comunicación. La operación ‘Libertad I’ desarrollada en el 2003 sacó siete estructuras de las FARC del centro del país.

Así creó la imagen de unas FARC, casi derrotadas. En la segunda administración de Álvaro Uribe se  utilizaron expresiones como el “fin del fin”, la post-victoria entre otras. Sin embargo, las FARC nunca estuvieron tan débiles como se dijo durante ese Gobierno, aunque recibieron su mayor derrota estratégica que fue perder el centro del país. En sus zonas históricas continuaron siendo fuertes y regresaron a la vieja táctica de guerra de guerrillas. En este período el Estado colombiano desarrolló dos ventajas estratégicas: la aviación, que marcó el punto de quiebre del conflicto y la inteligencia artificial.

En el año 2008 comienza su último período que se caracterizó por un proceso de restructuración de la guerrilla de las FARC, que consistió en varios cambios tácticos: se descentralizaron sus mandos, se crearon unidades tácticas de combate (estructuras de no más de 10 guerrilleros expertos en explosivos y en tiros de alta precisión pero que no están en la capacidad de entrar en combate, debido a la desventaja frente a la aviación). El otro cambio estratégico fue impactar con ataques sorpresas en sus zonas de operación, de hecho los ataques a la infraestructura petrolera comenzaron a crecer desde el año 2008. La siguiente gráfica muestra la evolución anual del total de acciones de esta guerrilla.

Evolución anual de las acciones de las FARC- 1997-2013.

Base de datos Fundación paz y reconciliación.  

Nótese en el gráfico como el punto de quiebre se dio en los dos últimos años de la administración Uribe. La conclusión es que el total de acciones se incrementó, pero el tipo de acciones cambió, es decir se pasó de grandes ataques a cabeceras urbanas a ataques más dispersos y letales. El siguiente mapa muestra la presencia de las FARC para el año 2013.

Se puede observar como las FARC perdieron los grandes centros de desarrollo, como Cundinamarca, Boyacá, la Costa Atlántica y la alti-llanura. Desde el año 2008, el Estado comenzó una estrategia de contención, de mantener estos grupos en sus zonas históricas y periféricas, sin embargo, es en estas zonas donde se encuentra gran parte de la riqueza minera y petrolera del país.

Esta historia de 50 años arroja dos grandes conclusiones, por un lado las FARC han sufrido un revés estratégico, en la medida que han perdido el centro del país, pero no han sido derrotados militarmente. En varias de sus zonas históricas aún conservan una capacidad militar importante, de hecho operan en 242 municipios de algo más de 1100 que tiene el país. La segunda conclusión es que nos encontramos en lo que se denomina un empate técnico negativo, es decir, unas FARC con grados de debilidad en varias zonas del país, con una fuerza pública al frente pero con imposibilidad de derrotar definitivamente al grupo armado ilegal. Esta es la razón por la que es necesario que el acuerdo de La Habana llegue a feliz término. Hay que poner fin a 50 años de desangre del país.

Artículo publicado en Semana.com


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