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¡Siempre tendremos navidad!

Por: Walter Aldana

Político social alternativo


Un video editado, según el protagonista, circuló por redes sociales y causó indignación entre las personas habitantes de Popayán. En este, un reconocido dirigente indígena expresa que si el Gobierno nacional no responde positivamente a su exigibilidad de derechos, consignados en múltiples ocasiones en actas de acuerdo, e incumplidos por la institucionalidad, no habrá navidad.


La reacción de rechazo a estas palabras se dio por el peso familiar y comunitario que, para la mayoría de las personas, tiene esta temporada decembrina. Lo comento en esta columna porque no soy la excepción frente al impacto generado por dicha frase; con la misma alegría, esperanza y cánticos con los que voy a la movilización pacífica, disfruto la celebración de los actos navideños: el manjar blanco; la batida del dulce; la elaboración y compartir del plato navideño caucano con el vecindario; la lectura de la novena de aguinaldos; e incluso, la búsqueda de apoyo para la compra de los regalos para la niñez de las comunidades más vulnerables.


En los movimientos cívicos aprendí que los pueblos, para conquistar sus demandas, integran algunos elementos: la organización (el comité), la exigibilidad de derechos (el pliego de peticiones) y la metodología (la movilización, el paro), todo ello amparado por nuestra Constitución Política. De igual manera, la historia enseña que cada momento trae su afán; como cuando una importante y mayoritaria parte de la insurgencia armada se aprestó a un proceso de negociación porque en su lectura fue imposible el triunfo armado; o como hace el campesinado y los pueblos indígenas o afro al apresurarse a recoger la cosecha cuando el fruto ya está maduro.


Por ello nosotros, que seguimos soportando los embates del conflicto armado y social en el Cauca, nos molestamos cuando un dirigente expresa tal afirmación, (según él editada y fuera de contexto), porque si hay una época que coloca una sonrisa en los rostros de la mayoría de las personas es esta, la que involucra la navidad. No en vano quienes viajan por nuestros centros poblados, en la capital y por las carreteras del departamento, se encuentran con un alto porcentaje de casas con sendas extensiones de bombillos de colores; expresión de alegría desde la familia a lo comunitario.


Al fin y al cabo, por fuera de nuestra casa están los espacios públicos y estos son para recrearlos y llenarlos de colorido. De manera que, así como reivindico la marcha sobre la vía, de igual forma aplaudo la importancia de este tiempo de regocijo colectivo.


En una sociedad el uso del lenguaje es muy importante; recrea el tipo de estado y modelo a implementar: donde el gobierno no humille (como lo hace el actual) al gobernado, y donde entre similares (la comunidad); no se señalen. Esto no significa, para nada, esconder los postulados; creo, más bien, se trata de saber expresarlos con las palabras acertadas y en el momento preciso.

Claro que habrá navidad. No depende de alguien externo, parte de nuestros corazones y nuestra razón, y es lo que nos lleva al clímax del cántico y el abrazo.


Recordemos esa esencia colombiana que se resume en la hermosa y decembrina tonada de la Palmireña, Lucy Figueroa, que dice: “Llegó diciembre con su alegría, mes de parranda y animación (...)”.


*Las opiniones expresadas en esta publicación son de exclusiva responsabilidad de la persona que ha sido su autora y no necesariamente representan la posición de la Fundación Paz & Reconciliación al respecto.



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