Por: Katerin Erazo, Periodista
En un giro significativo en el ámbito judicial colombiano, hacia el mediodía de este miércoles, vehículos de la Unidad Nacional de Protección (UNP) ingresaron a la cárcel La Picota con el propósito de ejecutar los procedimientos necesarios para la liberación de Salvatore Mancuso. El exjefe paramilitar, deportado desde Estados Unidos, se encuentra a punto de salir en libertad, según informes del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec), que concluyó que no tiene pendientes judiciales que justifiquen su permanencia en prisión.
El Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC) emitió un comunicado informando sobre el proceso llevado a cabo para la liberación de Salvatore Mancuso Gómez, tras recibir la notificación de la boleta de libertad por parte de la Juez de Ejecución de Penas de Justicia y Paz. El INPEC, en el Complejo Penitenciario y Carcelario de Bogotá “La Picota”, dispuso de un equipo jurídico para revisar exhaustivamente la hoja de vida de Mancuso y remitió 31 oficios a diversas entidades judiciales, incluyendo Fiscalías, Juzgados, el Tribunal Superior, la Unidad Nacional de Lavado de Activos, Justicia Transicional, Derechos Humanos y la JEP, con el fin de determinar o descartar medidas de aseguramiento.
Tras concluir el trámite administrativo, el INPEC emitió un concepto de viabilidad que otorga la libertad a Mancuso, asegurando la trazabilidad del proceso con cada una de las autoridades implicadas. Además, el INPEC ha solicitado a la Unidad Nacional de Protección que realice las gestiones necesarias para garantizar la seguridad del liberado.
Desde su regreso al país el pasado 27 de febrero, se había especulado sobre la posible libertad de Mancuso. Sin embargo, este proceso se había visto obstaculizado por tres condenas en la justicia ordinaria relacionadas con crímenes cometidos durante su liderazgo en las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), específicamente del Bloque Catatumbo. Además, diversas medidas de aseguramiento habían sido impuestas en su contra, las cuales fueron desafiadas por su defensa, liderada por los penalistas Jaime Paeres y Nelson Menjura.
En relación con las tres condenas, la juez Luz Marina Zamora había concedido a Mancuso la libertad a prueba hace unos meses. Sin embargo, el proceso se complicó debido a un conflicto entre Justicia y Paz y la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), ambas reclamando jurisdicción sobre los casos judiciales que involucran al exjefe paramilitar. Este conflicto llevó a que el caso fuera llevado ante la Corte Constitucional para una resolución definitiva.
Mientras tanto, la juez Zamora optó por no emitir más pronunciamientos hasta que la Corte Constitucional tomara una decisión. No obstante, la Sala de Justicia y Paz del Tribunal de Bogotá ordenó hace unas semanas que, dada la naturaleza fundamental del derecho a la libertad, se debía tomar una decisión a pesar del conflicto en la Corte.
A raíz de esta orden, los abogados defensores de Mancuso presentaron un habeas corpus ante el Tribunal de Bogotá para acelerar su liberación. Este proceso implica que el Inpec debe emitir un boleto de salida una vez confirme que Mancuso no tiene requerimientos pendientes en ninguno de los más de 30 procesos que tenía en el sistema judicial.
Una vez en libertad, Mancuso al parecer se dirigirá a Medellín, donde espera la formalización de su papel como gestor de paz, una designación otorgada por el Gobierno del presidente Gustavo Petro. No obstante, esta designación ha sido cuestionada por la Sala de Justicia y Paz de Barranquilla debido a la falta de claridad sobre las funciones y las áreas específicas en las que Mancuso desempeñaría este nuevo rol.
Isaac Morales, coordinador de la Línea de Seguridad y Convivencia de la Fundación Paz & Reconciliación (Pares), comentó sobre el caso de Salvatore Mancuso y su proceso en la Justicia y Paz. En primer lugar, mencionó que Mancuso forma parte del proceso de Justicia y Paz, el cual permite una suerte de alternatividad penal. En este contexto, el juez de Justicia y Paz puede otorgar libertad a Mancuso, aunque este debe seguir cumpliendo ciertas medidas, como reportarse regularmente y posiblemente no salir del país. Estos detalles necesitan ser revisados minuciosamente, pero están dentro de la potestad legal del juez.
En cuanto a la necesidad de esta decisión, Morales sugirió que Mancuso podría ser una figura clave en el proyecto de Paz Total del presidente Petro, especialmente en el acercamiento a grupos con herencia paramilitar. Para desempeñar su papel de gestor de paz, Mancuso necesitaría libertad de movimiento.
Morales también reflexionó sobre el futuro de Mancuso y las implicaciones de su posible liberación. Afirmó que Mancuso seguiría respondiendo ante la justicia y los tribunales de Justicia y Paz, cumpliendo con los requisitos impuestos por el juez. Asimismo, Morales destacó la importancia de definir claramente el rol de Mancuso como intermediario o gestor de paz y su contribución a los procesos de acercamiento con los grupos herederos del paramilitarismo.
Además, Isaac Morales enfatizó que Mancuso aún tiene temas pendientes, especialmente en lo que respecta a su aporte a la verdad y la reparación a las víctimas. Aunque desde la cárcel es difícil que pueda contribuir significativamente, Morales expresó la necesidad de creer en la voluntad de paz manifestada por Mancuso. Sin embargo, aclaró que la sustitución de penas no implica una absolución, un punto crucial que debe quedar claro.
La liberación de Mancuso podría plantear varias incógnitas, pero lo que se debe tener claro es que él es un gestor de paz del cual se espera que su voluntad pueda contribuir significativamente a la paz total por la que se está trabajando. Aunque se desconoce la hora exacta de su liberación, en este momento se están llevando a cabo todos los protocolos necesarios.
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