Por: John Jairo Correa Romero
Fuente: Ministerio de Energías
Las comunidades energéticas en Colombia representan una iniciativa esencial en la transición energética, promoviendo un modelo de generación de energía distribuida y sostenible. Sin embargo, su implementación ha encontrado múltiples obstáculos, principalmente en las regiones rurales y vulnerables donde la estructura económica y social aún depende de actividades extractivas. Uno de los mayores desafíos para la consolidación de estas comunidades es la dependencia de la financiación externa y la falta de mano de obra calificada para operar y mantener las instalaciones de energías renovables.
Dependencia de Financiación Externa
La dependencia de financiamiento externo limita la sostenibilidad de las comunidades energéticas, ya que los recursos necesarios para iniciar y mantener estos proyectos suelen provenir de fondos internacionales o préstamos de instituciones como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Aunque esta inversión inicial es fundamental, la falta de recursos internos y capacidades para gestionar y escalar los proyectos genera una dependencia que puede ser insostenible a largo plazo. La financiación externa también puede implicar condiciones que no siempre se alinean con las necesidades locales, creando una falta de autonomía en la toma de decisiones.
Fuente: IPSE
Falta de Mano de Obra Calificada
Otro desafío fundamental es la carencia de personal capacitado en tecnologías de energías renovables en comunidades rurales. La escasez de programas de formación en estas zonas hace difícil contar con técnicos y profesionales locales que puedan operar y mantener los sistemas de generación de energía, lo cual incrementa los costos operativos y dificulta la autogestión de los proyectos. La implementación de energías renovables requiere conocimientos específicos en instalaciones fotovoltaicas, eólicas y mantenimiento de equipos, entre otros, áreas en las que muchas comunidades carecen de experiencia.
Fuente: Guida del GAS
Implementación de Granjas Fotovoltaicas como Alternativa de Sostenibilidad
Para reducir la dependencia de capital externo y fomentar la sostenibilidad de las comunidades energéticas, una alternativa viable sería el desarrollo de granjas fotovoltaicas. Estas instalaciones permiten que las comunidades compartan recursos y generen economías de escala, lo que puede reducir costos y hacer que el proyecto sea más autosuficiente. La implementación de granjas fotovoltaicas permitiría a las comunidades acceder a una fuente de ingresos estable a través de la venta de excedentes de energía a la red nacional, fortaleciendo su autonomía financiera y contribuyendo al desarrollo económico local.
La transición energética en Colombia a través de comunidades energéticas enfrenta grandes desafíos que deben abordarse de manera integral. Es crucial que se fortalezca la formación técnica en energías renovables en las comunidades rurales, mediante programas educativos y alianzas con instituciones técnicas y universidades. Además, fomentar el modelo de granjas fotovoltaicas puede contribuir a la sostenibilidad y a la reducción de la dependencia de financiación externa. Si se logra un desarrollo gradual y comunitario, las comunidades energéticas en Colombia no solo contribuirán a la diversificación de la matriz energética, sino que también promoverán un modelo de desarrollo económico inclusivo y sostenible.
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