¿Qué pasó en Medellín en los años 90ª?
- Juan Guillermo Sepúlveda Arroyave
- 12 may
- 9 Min. de lectura
Por :Juan Guillermo Sepúlveda Arroyave[2]

“Estoy de acuerdo con bombardear a Medellín y Apoyaría invasión de E.U. a Medellín” [3]
Edward Koch, Alcalde de Nueva York, 1988
“Ahí les quedan 500 bandas y 10.000 muchachos armados pa´las que sean:
pa´lo bueno o pa´lo malo”
Pablo Escobar desde la Catedral, 1991
En Medellín es más fácil pactar la vida, que negociar la paz
J.G.Sepúlveda
El Presidente Gustavo Petro afirmó en su última alocución, que lo sucedido en Medellín en 1990 era un caso de estudio mundial, para aplicar en contextos de violencia, porque son profundamente exitosos, y una de las preguntas qué debemos hacer, es en qué consiste ese éxito…[4]
El presente artículo pretende darle respuesta al Presidente Petro y al país en general, en relación a su pregunta de qué fue lo que se hizo en la ciudad a la que el Alcalde de Nueva York de 1988, propuso fuese bombardeada por los índices de violencia que sufría, y que hoy día se muestra como modelo de seguridad en Colombia, superando a Bogotá.
Lo que a continuación se presenta no fue lo único que se hizo en ese entonces, pues fueron muchas las instituciones públicas y privadas y líderes sociales que apostaron por la paz en esos momentos de dolor y muerte, pero lo que es cierto, es que lo que a continuación se presenta tienen sus particularidades en lo interinstitucional, incluyente, participativo y alternativo, que iba de lo micro a lo macro.
Medellín de los años 90ª era una ciudad en guerra, tomada por el narcoterrorismo, que produjo 358.8 asesinatos por cada 100.000 habitantes en 1990, superando los índices de una guerra como la de Vietnam, donde los muertos del lado americano fueron 33 por cada 100.000 habitantes; y también, los de la Segunda Guerra Mundial, cuya tasa de muertos en combate fue, para Estados Unidos, de 300 por cada 100.000 habitantes.[5]
![El corolario es simple, nuestra violencia cotidiana, adobado por un conflicto deshumanizado y cruel, deja más muertos que una guerra convencional”[6]](https://static.wixstatic.com/media/fca001_23dce96027f9459c8c2a93634e720d44~mv2.png/v1/fill/w_980,h_158,al_c,q_85,usm_0.66_1.00_0.01,enc_avif,quality_auto/fca001_23dce96027f9459c8c2a93634e720d44~mv2.png)
Desgraciadamente, Medellín cumplía con la definición de “conflicto armado”[7] y creo que iba más allá, pues además de la cifra de homicidios tenía estadísticas altas en secuestros, masacres, terrorismo, tráfico de drogas, violación de derechos humanos, desplazamientos interurbanos forzados y el sicariato estaban al orden del día.
Lo anterior se le presentó al gobierno nacional de la época, para que reconociera la situación de conflicto-urbano-armado que vivía la ciudad y muchos municipios del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, que ameritaba una salida pacífica, representada en una negociación urbana o algo similar, pero el gobierno hizo caso omiso aduciendo que en Medellín no había conflicto armado que ameritara una negociación con los grupos en conflicto, perdiendo así la posibilidad de hacer un proceso de paz urbano como existe hoy en día con el gobierno actual, 30 años después[8].
En lo local, los alcaldes quedaron solos con el problema del conflicto urbano-armado, debiendo escoger entre la seguridad pública como sinónimo de orden público o de servicio público; la seguridad pública dependiendo solo de los organismos de seguridad o también de la participación y cohesión social.
Ante esta dicotomía, las administraciones municipales de la época de Luis Alfredo Ramos y Sergio Naranjo Pérez, echaron pa´lante con las segundas opciones, representada en la convivencia ciudadana dirigida a proteger la vida, con una visión integral que cubriera el gobierno local, los medios de comunicación, el sector educativo, la cárcel y el barrio, y de todo ello quedó una metodología para atender el conflicto urbano, denominada Espiral de Paz.
Ver diagrama de paz urbana
![Fuente: Vivencias Urbanas de Paz, Medellín década de los 90a[9]](https://static.wixstatic.com/media/fca001_6ce15ad5f9104f50a30ba0d46ba1fafa~mv2.png/v1/fill/w_498,h_420,al_c,q_85,enc_avif,quality_auto/fca001_6ce15ad5f9104f50a30ba0d46ba1fafa~mv2.png)
La Seguridad se escribe con C de convivencia
El centro del programa fue la convivencia ciudadana, pues se partió de la premisa que, al lado de los Planes de Seguridad clásicos, representados en la policía, dotación y equipos de vigilancia, también debían estar los programas de convivencia ciudadana. El concejo de la ciudad por primera vez aprobó un Plan Integral de seguridad y convivencia ciudadana.
La convivencia es la savia que alimenta todas las seguridades, sin ésta, no hay seguridad que permanezca en el tiempo, por la falta de reconocimiento y legitimidad comunitaria.
Producto de lo anterior, se creó la Asesoría de Paz y Convivencia (APC), que tenía como finalidad atender los conflictos barriales de las comunidades en compañía del sector privado como la Cámara de Comercio de Medellín, la Iglesia católica, fundación y corporaciones comunitarias. La APC, estaba conformada por un equipo interdisciplinario, con aptitud, actitud y compromiso.
Desde lo local, se acompañaron los procesos de paz que se llevaban a cabo en el gobierno nacional con el M-19, la Corriente de Liberación Nacional (CRS), grupo disidente del Ejército de Liberación Nacional, ELN; el Ejército Popular de Liberación, EPL, el Partido Revolucionario de los Trabajadores, PRT, las Milicias Populares, entre otros.
En dicho contexto, la administración local se enfrenta con la experiencia agridulce que dejó la negociación adelantada con la Milicias Populares y con la herencia nefasta que le dejó el Cartel de Medellín a la ciudad después de su entrega en 1991: 500 bandas la mayoría armadas, integradas por 16.270 jóvenes, enfrentados en los barrios por guerras territoriales.
Este es el origen de los Pactos de Convivencia, promovidos por la Alcaldía y pactados por los jóvenes que tenían voluntad de paz[10], que no pertenecían a ningún grupo guerrillero.
Los Pactos de Convivencia fueron herramientas en caliente, ofrecidas por los Gobierno locales de Medellín y Bello, que tenían como prioridad proteger la vida, que sirvieron de válvula de escape, permitiendo que los jóvenes aprendieran de las bondades del diálogo, el acatamiento de los acuerdos y ante todo el respeto por la vida.
Los Pactos de Convivencia atendían a los jóvenes en conflicto con la ley penal, que estaba al margen de la ley, pero la gran mayoría eran adolescentes al “margen del Estado”, sin estudio, trabajo y proyecto de vida. En este nivel, entraban las otras instancias de la alcaldía a atenderlos en educación, oportunidades de trabajo, etc.
Como consecuencia de lo anterior quedó la enseñanza que en Medellín es más fácil pactar la vida que negociar la paz.

“Ey, Willington, tenemos que seguirnos viendo para que no se nos olvide que somos amigos. Lo que le dijo Cesar Augusto Sanmartín (el Tino), a Willinton después de cerrar un Pacto de Convivencia. La definición más original de convivencia salida de las entrañas de los jóvenes.
Lo anterior, dio origen a una definición más elaborada: La convivencia como utopía que es, debe ser practicada con gran regularidad para que se convierta en un hecho social normal.
¡La Comunicación se escribe con P de Paz!
Conscientes de la importancia de la comunicación para construir paz, se le solicitó a los periódicos El Colombiano y El Mundo vincularse con periodistas que cubrieran desde la APC, el conflicto urbano, solicitud a la que accedieron.
Las ejecutorias fueron varias:
- El Seminario Taller “La comunicación como estrategia de paz”, hecho formativo que marcó un punto de reflexión significativo en la vivencia profesional de los profesionales de la comunicación que asistieron a las sesiones semanales de estudio y debate.
- Congreso Internacional “El Papel de los medios de comunicación, en la resolución pacífica de los conflictos”, efectuado en diciembre de 1995.[11]
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El desafío era inmenso. La poca experiencia para realizar un programa de televisión de dos horas, en vivo, vía satélite, y sincronizar voluntades y recursos, se superó de entrada ante el solemne compromiso de mostrarle al mundo las lecciones de convivencia de Medellín.
Víctor León Zuluaga, del periódico el Colombiano
Este foro mediático, con voces como los premios Nobel de La Paz Rigoberta Menchú y Óscar Arias y del escritor Ernesto Sábato, unidas a las de académicos, líderes gremiales y periodistas, de América y de Europa, Por Colombia estuvo el maestro, Javier Darío Restrepo, Ana Mercedes Gómez Martínez, Ana Cristina Navarro, Jorge Alberto Velásquez y otros más, quienes abrieron las puertas a dos asuntos para la discusión: el inicio del cambio de la visión estigmatizada de Medellín y la decisión de crear un currículo con lecciones de periodismo y convivencia para los comunicadores de la ciudad.[12]

“Los medios son el lugar de la palabra. No son las armas, ni el dinero, ni los altares, ni forma de poder alguno lo que tiene la fuerza suficiente para que un hombre se sienta con derechos iguales a los demás. Es la palabra, ese instrumento, al parecer frágil, ese sonido que dura un segundo y después desaparece, la que establece esa igualdad sobre la que se fundamenta la democracia” Javier Darío Restrepo
Carlos Alberto Giraldo, el coordinador del Seminario-Taller “La Comunicación como Estrategia de Paz”, editó dos videos documentales y tres cuadernillos académicos denominados PAZ-TA, donde se recogieron las conferencias e intervenciones de los invitados a las diferentes sesiones. Los tres números se titularon: i) La Violencia de las ideas. ii) Medios y realidad social, iii) Ciudad, violencia y medios de comunicación.
“Es necesario pensar que la “democratización de la sociedad pasa por la democratización de la información y viceversa”[13], en la tarea de crear un ambiente favorable a la paz. Prologó el primer cuadernillo PAZ-TA en los siguientes términos:[14]
Declaración de compromiso por la paz de Medellín.
Al término del Seminario-Taller “La Comunicación como Estrategia de Paz”, las entidades patrocinadoras y los alumnos asistentes, suscribieron un documento de varios puntos en el que resalta que el papel primordial de los medios de comunicación consiste en promover el compromiso de la sociedad civil en el reconocimiento y manejo del conflicto, con miras a desarrollar y potenciar así las alternativas de crecimiento social que éste conlleva.[15]
El Seminario Taller La Comunicación como Estrategia de Paz, le dejo a Medellín propuestas interesantes para consolidar:
- Crear un Centro de Resolución de Conflictos, que trabajara conjuntamente con la Universidad de la Paz de Costa Rica;
- Realizar una Maestría en Cultura de Paz entre la Universidad San Buenaventura y el Instituto Popular de Capacitación, IPC y
- Promover una Asociación antioqueña de Periodistas por la Paz, que impulse la reforma y actualización de las leyes vigentes en materia de prensa en Colombia.
[1] Los artículos que a continuación se presentan, están basados en el documento trabajado: “VIVENCIA URBANAS DE PAZ, MEDELLÍN DÉCADA DE LOS NOVENTA”, publicado por el Centro de Investigación de Relaciones Internacionales de Barcelona, CIDOB de Barcelona, España (2010).
[2] Sepúlveda, fue Procurador Regional de Antioquia (1991), consejero de Paz y Convivencia de la Alcaldía de Medellín entre 1994 y 1997. Creador y director de la oficina de paz y convivencia de las alcaldías de Medellín de Ramos Botero y Naranjo Pérez. Por problemas de seguridad se fue del país en el 2001 y regresó en el 2012. Abogado, criminólogo, con experiencia en victimología y Justicia Restaurativa. Reconocido por la Organización de Estados Americanos como generador de confianza en América Latina. Creador y director general de la Fundación Colombia Restaurativa. www.colombiarestaurativa.com juanguillermo.sepulveda@gmail.com
[3] Juan Fernando Ramírez Arango. Bombardear a Medellín. https://www.universocentro.com/NUMERO110/Bombardear-a-Medellin.aspx
[4] Alocución del presidente Gustavo Petro. https://www.youtube.com/watch?v=8izjyH2L2OQ
[5] El Colombiano, Medellín, martes 23 de enero de 2001.
[6] Idem
[7] Acnur. Se entiende por conflicto armado todo enfrentamiento protagonizado por grupos armados regulares o irregulares con objetivos percibidos como incompatibles en el que el uso continuado y organizado de la violencia: a) provoca un mínimo de 100 víctimas mortales en un año y/o un grave impacto en el territorio (destrucción de infraestructuras o de la naturaleza) y la seguridad humana (ej. población herida o desplazada, violencia sexual, inseguridad alimentaria, impacto en la salud mental y en el tejido social o disrupción de los servicios básicos); b) pretende la consecución de objetivos diferenciables de los de la delincuencia común y normalmente vinculados a: • demandas de autodeterminación y autogobierno, o aspiraciones identitarias; • la oposición al sistema político, económico, social o ideológico de un Estado o a la política interna o internacional de un Gobierno, lo que en ambos casos motiva la lucha para acceder o erosionar al poder; • o al control de los recursos o del territorio. chrome-extension://efaidnbmnnnibpcajpcglclefindmkaj/https://www.acnur.org/fileadmin/Documentos/Publicaciones/2008/6694.pdf
[8] Treinta años después, las condiciones y los actores han cambiado, lo que significa que la paz negociada en Medellín, requieres de una lectura actualizada de la ciudad y sus actores. Para mayor información consultar el artículo “Porqué es tal difícil conseguir la paz en Medellín”. https://www.pares.com.co/post/por-qu%C3%A9-es-tan-dif%C3%ADcil-conseguir-la-paz-en-medell%C3%ADn
[9] Sepúlveda, Juan Guillermo, Vivencias Urbanas de Paz, Medellín década de los 90ª, 2010.
[10] Jóvenes con voluntad de paz, fue la figura que la Asesoría de Paz y Convivencia, creó para evadir aquel requisito excluyente, consistente, en que solo se podía llegar a acuerdos de paz con la subversión, y no con los jóvenes de los barrios populares que no eran guerrilleros. Por ello, se les abrió la puerta a todos los jóvenes en conflicto, con la condición que tuvieran voluntad de paz.
[11] Evento dirigido por Víctor León Zuluaga, desde Teleconferencia con un plató en Medellín y otro en Madrid. El panel de expertos en temas de periodismo y conflicto estuvo moderado en los estudios de TVE por Ana Cristina Navarro y en Teleantioquia por Jorge Melguizo Posada, actual Secretario de Cultura Ciudadana de Medellín.
[12] Sepúlveda, Juan Guillermo, Vivencias Urbanas de Paz, Medellín década de los 90ª, 2010.
[13] Suárez, Luis. En ―Los grandes desafíos de los medios de comunicación y democracia en América Latina y el Caribe‖. Ediciones UNESCO, 1995.
[14] Cuadernillo Académico No 1 Seminario – Taller, ―La Comunicación como Estrategia de Paz‖. Edición La Asesoría de Paz y Convivencia. Medellín Julio de 1996, Pags. 10-13
[15] Sepúlveda, Juan Guillermo, Vivencias Urbanas de Paz, Medellín década de los 90ª, 2010.
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