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Qué es un río

Hoy, con motivo del Día Mundial del Agua, publicamos el texto de Hildebrando Vélez Galeano, quien en esa ocasión nos recuerda la importancia de los ríos, tanto en nuestro entorno natural, como dentro de la historia de nuestro país.

 

Por: Hildebrando Vélez Galeano


Dime: ¿Qué es un río? ¿acaso no es un río el camino que surcan las gotas de rocio para ir a su destino? ¿acaso no es la metamorfosis de una gota convertirse en mar?


Un río es las gotitas de agua que se aglomeran por coalesencia favorecidas por las condiciones de temperatura y presion atmosféricas y que por esas mismas condiciones se precipitan como rocio, como nieve, como granizo, como lluvia y hasta poéticamente como garua. Un río son las esporas y partículas minerales y vegetales alrededor de las cuales se condesa el agua formándose nubes que se precipitan como lluvias con los cambios de temperaturas de los gases atmosféricos y con los vientos que por esos cambios de densidad y la rotación y traslación de La Tierra se crean. Un río son los bosques y las selvas que adsorben energía solar y reflejan fotones rojos, trasfiriendo energía desde y hacia los gases atmosféricos que condicionan la formación de las nubes. Un río son también esos bosques y esas partículas, esos gases, esas nubes y esos vientos y esas codiciones de temperatura y presión atmosférica y ese sol y esas lluvias y hasta el canto ancestral del Tehuala que puede crearlas y moverlas con el aliento ritual de su boca.

Reemplazar una selva por una plantación modifica esa dinámica atmosférica. Talar una selva para llenar los potreros de ganado o de monocultivos es cortalre el vuelo al río. Los ríos son las nubes que vuelan. Hoy sabemos que los vientos alisios traen partículas desde Sahara que cumplen un papel de nutrientes y de condensadores de las aguas. Sabemos también que los bosques no solo procesan CO2 para liberar O2 sino también liberan esporas que son factores incidentes en la formación de las nubes, que son los ríos voladores que tributan a los hidroecosistemas terrestres, lenticos y loticos. Un río es una trama compleja de relaciones biofísicas, químicas y culturales.

Un río es una historia geológica de largo y corto plazo. Son los taludes antiguos y nuevos, son las fallas geológicas y las rocas sedimentarias, detríticas, orgánicas, salinas, calizas, rocas que pueden ser filuvianas, intrusivas y extrusivas; rocas y minerales que pueden incluso provenir de las conchas de animales que fueron antes seres vivos. Por todo ello lo inerte resulta una ficción.

Un río es las redes tróficas que se sirven y sirven a las aguas; es el fitoplancton y zooplancton, los nutrientes de sus fondos, las playas fértiles, el oro que lava y deposita en sus fondos arcillosos. Un río es los cocodrilos, caimanes y babillas; es los delfines rosados, las doradas, los corronchos, los barbudos y los bocachicos que desovan en sus madres viejas, un río son las dantas que abrevan, los tigrillos y las aves que pescan, los patos que las visitan, los chavarri, las iguasas, los psingos y los barraquetes que se regodean en las aguas.

El río es a la vez aguas arriba que aguas abajo. Acá en el suroccidente de Colombia, en el Alto Cauca, también somos parte de la desembocadura y el nacimiento del río Cauca. Por ello es comprensible que, por ejemplo, una Planta de Tratamiento de Aguas Residuales que se ha instalado en Cali sea considerada una obra civil de relevancia para toda Latinoamérica. Ella, al permitir tratar cerca del 70% de las aguas servidas de esta ciudad, removerá la carga contaminante industrial, comercial contribuyendo a la recuperación ecológica del Río Cauca y a la calidad de vida de los habitantes de los 180 municipios y poblaciones ribereñas aguas abajo del proyecto. Entonces estamos interconectados y por eso tiene sentido que quienes nos hallamos aguas arriba velemos por quienes lo están aguas abajo, y viceversa.

Un río es las culturas que se dicen ser el río porque lo saben, porque saben que “somos lo que comemos”, somos el río que nos alimenta, que nos amamanta. También es río el Hombre Caimán que habita las culturas anfibias, que bien describió el maestro Fals Borda.

Un río no es uno, es muchos, es todos, es tejido dendrítico de corrientes visibles y ocultas, pero siempre fluidas, siempre poderosas, siempre interconectadas. Los ríos son las venas de la madre tierra. Un río es una secuencia viva de ecosistemas en movimiento, camino por donde se trasportan vivos y muertos, alimento para cuerpo y espíritu. Un río es un pedazo de océano por ser, fracción de esa mezcla de todos los ríos, alícuota de ese inmenso y caótico Armagedón donde ocurrirán finalmente todas las batallas por nuestra existencia cuando los suelos sean desérticos y nuestros cuerpos se estén evaporando en la canícula. Un río es el agua que somos: causa y efecto, destino y escenario de toda nuestra existencia.

Conclusión, un río no es solo el agua que fluye por su cauce y que la mentalidad reduccionista y positivista considera sólo H2O y que por tanto puede pasarse por un tubo o por una turbina, carentes de prudencia y sin medir las consecuencias a lo largo del tiempo y en el espacio. Las conexiones son sutiles pero los efectos pueden ser estremecedores, telúricos.

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