Por: Sergio Saavedra. Redacción Pares
Contrario a lo que imaginaba el Gobierno Nacional, en cabeza del presidente Iván Duque, las imágenes no son de una bandera tricolor en las casas; sino que se izan trapos rojos solicitando ayuda humanitaria en el marco del COVID-19. Si bien esta iniciativa nació en el municipio de Soacha, hoy por hoy, en distintas ciudades de Colombia; los trapos rojos se convirtieron en el símbolo de lucha por la dignidad de las clases históricamente olvidadas por el Estado colombiano.
Soacha es un caso representativo del trapo rojo para denunciar la crisis humanitaria, es claro que hay distintos lugares donde la situación es muy compleja. Sin embargo, varios colectivos y asociaciones barriales le han manifestado a Pares que las mismas dinámicas de confinamiento han dificultado la tarea de atención y denuncia en distintos sectores de las ciudades, municipios, veredas en los que se están izando trapos rojos.
Estelas de duda
Los trapos rojos han ido siendo adoptados por las comunidades más empobrecidas en distintas ciudades, municipios, veredas del país, esto, mientras no paran los escándalos y confusiones que ha dejado el denominado ‘ingreso solidario’ que, según el director del Departamento Nacional de Planeación (DNP), Luis Alberto Rodríguez, quien anunció que 1,3 millones de giros han sido realizados. Sin embargo, las fallas de la plataforma www.ingresosolidario.dnp.gov.co mantienen en vilo a las más de 3 millones de personas que el programa espera beneficiar.
Esto tras la polémica que se desató el pasado 8 de abril cuando miles de colombianos en las redes sociales denunciaron que casi cualquier numero y usuario registraba como beneficiario. Esta estela de duda sobre la plataforma y el beneficio real que pueda traer para las comunidades más vulnerables aún no ha sido disipada por el Gobierno Nacional.
Las jugadas erráticas del Gobierno Duque
Por otra parte, tal como lo ha señalado Estaban Salazar, investigador nacional de Pares, además de las irregularidades del fondo Ingreso Solidario, se suma la advertencia sobre el riesgo presupuesto público que ya lo había alertado la Contraloría quien advirtió que la suma en peligro era de 80 mil millones de pesos. Asimismo, el investigador señala las denuncias sobre sobrecostos en mercados que algunas las alcaldías y gobernaciones han entregado.
Para el investigador, las acciones de Duque han incurrido, entre otras cosas, en centralizar las medidas en el Gobierno Nacional para ganar protagonismo, desconociendo la autonomía de alcaldes y gobernadores como la de las comunidades en sus territorios.
Por otra parte, según el investigador se modificaron los mecanismos del presupuesto general, creando una serie de fondos dentro de los cuales la sociedad civil desconoce, a nivel técnico cuáles serán sus resultados, entre esos lo que viene pasando con el Fondo Ingreso solidario”.
Finalmente, el Gobierno Duque flexibilizó los mecanismos de contratación para alcaldes y gobernadores en aras, supuestamente, de mejorar la eficiencia. Pero, para la Fundación Paz y Reconciliación -Pares, es claro que entre 2008 y 2019 se ha identificado que existen unos clanes que, si antes robaban sin ningún control, ahora el riesgo es doble”.
Soacha, un caso que clama dignidad
Soacha al ser el primer lugar en implementar los trapos rojos muestra que, a pesar de las protestas en las casas, las medidas aún están alejadas de las múltiples realidades que enfrentan las poblaciones.
De hecho, como lo señala Viviana, estas medidas deben considerar que estamos hablando de recicladores, madres cabeza de hogar, mujeres que trabajan en servicios generales, mano de obrera, trabajadora. De esta forma, los trapos rojos exigen, de una vez por todas, que las autoridades entiendan que la cuarentena no es igual para todos y todas.
Viviana Castrillón, lideresa de Soacha, cuenta que la cosa es más compleja de lo que advierten las redes de la alcaldía del municipio que colinda con la capital. De acuerdo con Viviana, uno de los aspectos que no han considerado tiene que ver con que muchas de las ayudas humanitaria no logran llegar a los lugares más recónditos de Soacha, como es el caso de la Comuna 4, a la que pertenece la lideresa.
Otro aspecto que señala la lideresa tiene que ver con que las ayudas están siendo transportados en vehículos, generando que en “las zonas que no cuentan con entrada vehicular se queden sin ayudas y la gente está con hambre”, agrega Viviana. Uno de los casos, según Adriana, lo está sufriendo el barrio Terranova al cual no han llegado ayudas y la población vulnerable está a la deriva.
Los recicladores necesitan atención
Una población que más preocupación genera, de acuerdo con Adriana, tiene que ver con los adultos mayores que trabajan como recicladores. Una población que “no tiene condiciones dignas en términos de salud y alimentación, hay población en desnutrición”, señala Viviana.
De hecho, personas como don Manuel, quien no cuanta que con la ayuda que ha ofrecido el Gobierno Nacional ponen de tajo el desconocimiento de lo que pasa en los territorios. Don Manuel, “en este momento no ha podido acceder al solidario que ofreció el Gobierno debido a que, entre otras cosas, necesita de un celular (que no tiene) para acceder al código, además, en dado caso, no tendría dinero con qué desplazarse hasta donde podría recoger el ingreso”.
Don Manuel no ha podido acceder al solidario que ofreció el Gobierno debido a que, entre otras cosas, necesita de un celular (que no tiene) para acceder al código, además, en dado caso, no tendría dinero con qué desplazarse hasta donde podría recoger el ingreso. Foto: Cortesía.
Asimismo, Viviana cuanta que las personas del sector son víctimas de cadenas falsas sobre la llegada de supuestos mercados que “hace que las personas se amontonen y esperen por más de tres (3) horas sin que nada llegue”. Además, la lideresa denuncia que hay sectores sin agua, como lo es el caso del barrio Villa Mercedes.
Así las cosas, en los sectores más apartados en donde no han llegado ayudas humanitarias, la misma comunidad es la que se ha encargado de hacer redes comunitarias para tratar de solventar la situación. Sin embargo, insta la lideresa, hay que hacer presión para que atienda esta delicada situación, pues no son suficientes las garantías frente a un panorama indigno.
Un eco nacional
Otro ejemplo de este clamor popular por la atención inmediata, que se traduzca en acciones tangibles, ya ha tenido eco en ciudades como Medellín. Paralelamente, mientras el alcalde de Medellín Daniel Quintero entrega balances positivos de la ciudad frente a la contingencia del virus, en sectores como Altos de la Virgen —en la comuna 13—, cientos de familias por medio de trapos rojos y cacerolazos exigen atención humanitaria.
Asimismo, en Bogotá ha registrado esta escena como el caso de la localidad de Ciudad Bolívar en la que cientos de hogares han puesto trapos rojos para llamar la atención del distrito.
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