Por: Redacción Pares
Dos veces en dos años ha sacudido el presidente Petro su gabinete ministerial. Esta vez no hubo una declaración oficial transmitida en cadena nacional. Los anuncios los fue haciendo por su red social favorita, X. A nadie tomó por sorpresa estas medidas. En su viaje a Suecia, a comienzos de junio, había anunciado la necesidad de tener ministros que pudieran ser más efectivos a la hora de mover sus reformas sociales en el congreso. El sábado pasado anunció el cambio más importante, se iría de la cartera del interior Luis Fernando Velasco. Durante casi una semana se venía especulando por su reemplazo. El nombre de Juan Fernando Cristo sorprendió a más de uno. Tildado por sectores progresistas como politiquero, el cucuteño ha tenido una trayectoria de 35 años jugando en las grandes ligas de la política. Fue cónsul en Caracas con Gaviria, embajador en Grecia y gran defensor de Samper, fue senador desde 1998 hasta el 2012 y fue ministro del interior de Santos.
Petro explicó para qué había puesto a Cristo en el ministerio del interior. Lo hizo a través de X “las funciones de adelantar las reformas sociales en el Congreso, articular el cumplimiento del acuerdo de paz firmado y además hacer los puentes sociales y políticos para el acuerdo nacional que promueva los cambios normativos y use el poder constituyente”.
Y por eso confía en su muñeca. Al igual que Roy Barreras Cristo es un gran “jugador de poker” sabe cómo se mueve la política y espera tender puentes con otros sectores que no son tan afectos al Gobierno del Cambio.
Cristo va a tener tres grandes retos por hacer en su ejercicio como Ministro del Interior. El primero es armonizar la relación con el legislativo, en el sentido de pasar las reformas. Pero no sólo esto. Para el investigador del área de democracia de la fundación Paz y Reconciliación, Alejandro Chalá, sus retos van más allá: “Tendrá que conciliar unas mesas directivas en las comisiones de cámara y senado más favorables con el gobierno y a las reformas darles movimiento con la experticia que tuvo moviendo el fast track en los acuerdos de paz durante el 2016, sin eso no habría tenido viabilidad jurídica el acuerdo de Paz”. Además hay que recordar que el jefe de Cristo en este momento no es Juan Manuel Santos sino Gustavo Petro “Y la conformación del Congreso no es la misma en la que estuvo en el 2016 por eso es difícil predecir si se van a mover estas reformas. No sabemos como va a ser la relación de él con los congresistas. Hay que ver cómo puede manejarse Cristo en un escenario legislativo que no es tan favorable”.
El político también tiene un encargo fundamental que es darle la viabilidad más concreta a la idea de constituyente de Petro y esto podría ser el choque entre él como ministro y el gobierno por que él hace parte de ese “santismo lejano al gobierno que no está de acuerdo con esta idea de Constituyente” y también tendrá en cuenta y será fundamental en todo lo que va a ser la relación con las bases sociales y políticas del gobierno especialmente con la alineación que va a buscar para que ellas “se perfilen alrededor de las reformas del gobierno en términos coyunturales” su rol estará ligado a evitar que estas bases se rompan y que no pasen como pasó en el tema de salud con Fecode.
Cristo, al menos en mayo y a través de su cuenta de X, criticaba abiertamente y veía inviable la posibilidad de que se hiciera una nueva constituyente. Lo fundamental frente al Congreso tendrá que ver que capacidad de negociación tendrá para que los conservadores sigan respetando sus acuerdos y que Efraín Cepeda, quien no es cercano al gobierno, pero la negociación uno a uno con los conservadores ha permitido que el cuórum no se rompa cuando la oposición lo ha querido hacer en las plenarias. “Hay que ver cual va a ser su rol con el Conservador ahora que va a tomar la presidencia del senado en ese partido y cual va a ser su relación con Gaviria con los liberales del senado y poder mover los votos gaviristas del senado y evitar que la oposición tenga juego por el lado de la ruptura del cuórum que le ha permitido tener ventaja en los debates como la reforma a la salud”. Afirmó Chalá.
Cristo, a pesar de su curriculum, no la tendrá fácil. Pero el hecho de que haya aceptado y que se le ofreciera a personas cercanas al santismo, como es el caso del cucuteño, deja claro la intención del gobierno de buscar, no sólo mover las reformas sino evitar que, mirando las elecciones del 2026, el santismo no busque alianzas con sectores de centro de cara a las elecciones tipo Claudia López. El puente con el santismo es necesario de cara a las futuras elecciones presidenciales.
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