Otra vez la amenaza: fumigación con glifosato
- Walter Aldana
- 25 oct 2020
- 2 Min. de lectura
Por: Walter Aldana. Columnista Pares.

El pasado 22 de octubre altos funcionarios del gobierno nacional, “amenazaron” con el uso del glifosato. No les bastó con que un juez de la ciudad de Pasto ordenara a la Agencia Nacional de Licencias Ambientales (Anla), suspender las audiencias comunitarias (decisión aún vigente).
El haber estado vinculado a la implementación de los acuerdos, específicamente sobre sustitución de cultivos de uso ilícito, me permite afirmar y corregir tesis sobre el particular. Dice el Mindefensa Holmes que en el Pnis “se diseñó un sistema de incentivos que terminaron siendo incentivos perversos, que se traducen en a más coca más beneficio…”; miente el ministro.

Defendemos la sustitución como la salida, la participación de los y las pequeñas productoras no maquillada sino de forma real. Una sola agenda para los pactos no es hacer un discurso en positivo frente a la sustitución, pero colocar condiciones imposibles de resolver, como por ejemplo sólo levantar el cultivo si se ve ya realizada la infraestructura institucional requerida en los territorios. Imagen: Pares.
Los 36 millones de pesos que se fijaron para el levantamiento definitivo de las matas y la construcción de apoyos a las familias, tuviesen un cuarto, media, una o hasta tres hectáreas sembradas, es menos de los “210 millones que vale asperjar una hectárea visto que se debe repasar varias veces y se debe asperjar 30 colindantes para que deberás muera” según el ex ministro de salud Alejandro Gaviria. Y no sea por ejemplo efectivo el aguamiel como el mejor antídoto a este veneno.
He llegado a la conclusión que algunos sectores le han hecho apología a los cultivos y de eso se valen los que pregonan que “no hay nada que hacer”, y se basan en su rentabilidad, olvidan el carácter ilegal, la persecución penal que en contravía al acuerdo con las Farc hace el gobierno Duque tratando a las y los pequeños productores como narcotraficantes.
Se trastocan los valores históricos del campesinado, y claro, ello le sirve a un gobierno mafioso, mentiroso, que se la juega por el fracaso de sus programas en este sector, estigmatizan regiones como el suroccidente minguero, siguen los poderosos lucrándose económicamente y van haciendo trizas los acuerdos. A eso es a lo que le apuestan.
Y nosotros en el Cauca sin liderazgo, sin gobernador que sin iniciativa repite el discurso del bajo consejero de paz Ceballos y de Archila. Defendemos la sustitución como la salida, la participación de los y las pequeñas productoras no maquillada sino de forma real. Una sola agenda para los pactos no es hacer un discurso en positivo frente a la sustitución, pero colocar condiciones imposibles de resolver, como por ejemplo sólo levantar el cultivo si se ve ya realizada la infraestructura institucional requerida en los territorios.
Recuperar la institucionalidad, la credibilidad en la palabra, determinar otros funcionarios con quienes sea posible desarrollar programas tipo PNR; construcción diferenciada de alternativas para el cañón del Micay que contiene terrenos de Argelia y el Tambo, así como para el alto Naya, a diferencia del resto de territorios.
La voluntad política nacional NO es solo buscar alternativas a la hoja de coca, es DESARROLLO REGIONAL, acordar sistemas productivos agroecológicos. Es así como superamos el retórico debate de la coca.
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