Por: Katerin Erazo, Periodista
Durante la última semana, se han reportado alrededor de 10 incidentes similares en varias ciudades y municipios del país, donde se han encontrado explosivos, panfletos y banderas relacionados con el grupo armado Ejército de Liberación Nacional (ELN). Esto ha generado alarma y zozobra en diferentes regiones del país, incluyendo Bogotá, Antioquia, Medellín, Cali, Cauca y Barrancabermeja.
Según Luis Fernando Celis, coordinador de la Línea Región, Migración y Frontera de la Fundación Paz & Reconciliación (Pares), el hecho de que el ELN haya distribuido estos panfletos es una forma en la que el grupo busca mantener su presencia en la opinión pública y demostrar que sigue siendo relevante en la vida nacional. Para Celis, esto es una estrategia comúnmente utilizada por el grupo desde su creación en 1964, ya que les permite mantenerse activos en un conflicto que aún no ha sido resuelto.
Algunos de los hechos registrados durante los últimos días ocurrieron el 10 de abril en San Cristóbal, al sur de Bogotá. La aparición de una caja sospechosa generó alarma entre los habitantes de la zona. La secretaria de seguridad de Bogotá confirmó que se desactivaron los explosivos y que no se produjo ninguna explosión. Sin embargo, alrededor de las 3:00 p.m. de ese día, sí se registró la detonación de una de las bombas panfletaria en la misma zona.
Las autoridades aseguraron que se mantienen comprometidos en mejorar las condiciones de seguridad y convivencia de los ciudadanos de Bogotá, y llamaron a la ciudadanía a denunciar oportunamente cualquier hecho que pueda afectar sus derechos y libertades.
El mismo día, en el municipio de Itagüí, Antioquia, se encontraron dos artefactos explosivos de bajo poder en el Parque del Obrero, acompañados de un panfleto del ELN. La rápida intervención de las autoridades permitió la ubicación de los artefactos en labores de patrullaje y la posterior llegada de personal experto en explosivos, quienes desactivaron uno de los artefactos artesanales de mecha lenta. Sin embargo, uno de los elementos explotó sin dejar heridos, según la información preliminar entregada por la alcaldía. Las autoridades hicieron un llamado a la comunidad a estar alerta ante la presencia de paquetes sospechosos y a informar de inmediato a la policía para evitar situaciones que afecten.
También el 10 de abril, en los barrios San Rafael y La Victoria de Cúcuta, se encontraron artefactos panfletarios del frente de guerra Urbano Nacional del ELN que tenían como objetivo activarse contra la población civil, atribuidos al comandante en jefe Camilo Torres Restrepo de este grupo armado. Ante esta situación, Diego Villamizar, defensor de los Derechos Humanos en Norte de Santander, pidió a las autoridades que refuercen la seguridad en la región, teniendo en cuenta que los grupos criminales, según el defensor, están ganando cada vez más poder. Villamizar señaló que “la seguridad ha fracasado en Cúcuta y Norte de Santander, el terrorismo y la criminalidad se ha tomado la región y que es el producto de un Gobierno que solo premia a la criminalidad y a los grupos armados”.
Debido al hallazgo de los panfletos, las autoridades emitieron una alerta máxima que fue enviada a las diferentes unidades de la fuerza pública encargadas de combatir el terrorismo. “Estamos en alerta máxima”, señaló, al medio de comunicación Semana, una alta fuente de inteligencia.
Por otro lado, uno de los hechos más recientes se registraron este 11 de abril, en la ciudad de Cali, donde se encontraron panfletos en una caja abandonada en la vía pública de la galería Santa Elena, lo que generó un operativo especial por parte de las autoridades para investigar su origen.
Los explosivos que fueron instalados en la ciudad estuvieron acompañados de un panfleto en el que el ELN expresa rechazar el asesinato de líderes y las masacres en el país. Sin embargo, no es claro cómo se relaciona el rechazo a estos hechos con la acción de instalar explosivos y banderas alusivas a la organización.
Por su parte, las autoridades de esta ciudad también pidieron a la comunidad que esté alerta y que informe cualquier actividad sospechosa en sus comunidades. A pesar del mensaje que dejó el ELN, el alcalde de la ciudad, Jorge Iván Ospina, condenó los actos del grupo armado y pidió al Gobierno Nacional tomar medidas para garantizar la seguridad de los ciudadanos.
En esta misma fecha, el 11 de abril, también fue hallado un nuevo artefacto explosivo en la vía La Paralela, en Medellín, acompañado de panfletos del ELN. La caja de icopor sospechosa fue vista en la madrugada del martes y verificada por personal de antiexplosivos. El alcalde de Medellín, Daniel Quintero, informó del hallazgo en sus redes sociales y se iniciaron investigaciones para identificar a los responsables, aunque el objeto fue abandonado en un sitio sin cámaras de seguridad cercanas.
Según Camila Fernández, investigadora nacional de la Línea Paz, Posconflicto y Derechos Humanos de Pares, estos casos suceden de forma reiterada por distintos frentes, especialmente el frente Camilo Torres que es el que hace presencia en las zonas urbanas. Para Fernández, el grupo armado estaría enviando varios mensajes. En primer lugar, sostener en el tiempo su presencia en opinión pública, especialmente después de la violenta acción que tuvo lugar hace unas semanas en el Catatumbo, la cual dejó siete personas muertas y nueve heridas; en segundo lugar, expresar con sus acciones que el ELN cuenta con una organización unificada que tiene acciones a nivel nacional, y no necesariamente una desarticulación que medios han descrito entre los delegados de las mesas de diálogo y los frentes de guerra; y en tercer lugar, mostrar su capacidad territorial en el país.
Es importante recordar que el ELN y el Gobierno retomaron la mesa de diálogo de paz con el objetivo de alcanzar acuerdos que permitan avanzar hacia la política de Paz Total, por la que el presidente Gustavo Petro ha estado trabajando. Según la investigadora nacional de Pares, este proceso funciona a través de ciclos de diálogo, en los que las delegaciones de las distintas partes, incluyendo el Gobierno, el ELN y la sociedad civil, se reúnen para materializar entre ciclos lo que se va acordando en las mesas. Ver: (Los diez logros más importantes del ciclo de México entre el Gobierno Colombiano y el ELN)
Fernández describe que una vez que se cierra la mesa, las delegaciones vuelven a sus lugares a cumplir acuerdos y a consultar con sus bases sobre qué temas pueden continuar negociando en el siguiente ciclo. Actualmente, nos encontramos entre el segundo y el tercer ciclo, que se llevará a cabo en Cuba.
Durante este período, según la investigadora, se ha observado una mayor tensión, especialmente por parte del ELN, hacia el proceso de negociación, teniendo en cuenta la bomba en el Catatumbo, el aumento de retenes, los panfletos y artefactos explosivos instalados en distintas zonas del país.
La investigadora nacional afirmó que se espera que en el tercer ciclo de negociación se alcance un acuerdo sobre el cese de hostilidades, ya que hasta el momento el ELN no ha firmado ningún cese. Fernández señaló que, al menos hasta este tercer ciclo, podrían seguir ocurriendo hechos como los registrados hasta ahora, e incluso nuevas acciones.
Lo más preocupante son las acciones con explosivos que se instalan en distintas zonas, incluyendo barrios urbano populares y vías transitadas como la Panamericana, ya que podría dejar víctimas civiles ajenas a las hostilidades del conflicto. Por esta razón, se espera que el Gobierno lleve a la mesa de negociación alguna estrategia que permita al ELN acogerse a las exigencias no solo del Gobierno, sino también de la sociedad civil que llama a la participación.
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